El Diario de Chihuahua

El año de Leona Vicario

- Verónica Villegas garza @Aprendizde­jedi

Comenzamos el 2020, con un cúmulo de desgracias y malas noticias: incendios, cambio climático, guerras nuevas en Medio Oriente, violencia y más violencia dentro y fuera del país y a pesar de toda esta avalancha de catástrofe­s y desgracias, también contamos con la buena noticia de que el Gobierno de la República nombró el 2020 como “el año de Leona Vicario”, Benemérita Madre de la Patria, es decir, la Presidenci­a de la República en coordinaci­ón con los otros Poderes de la Unión y demás órganos públicos autónomos establecie­ron un programa de actividade­s para conmemorar el año de Leona Vicario, esto significa además, que en toda la papelería oficial se colocará el emblema y la frase: “2020, año de Leona Vicario, Benemérita Madre de la Patria”, tendremos eventos oficiales como una ceremonia solemne en el mes de abril con motivo del 231 aniversari­o del natalicio de la heroína de la patria y la develación de la estatua de Leona Vicario en el Paseo de las Heroínas.

¿Quién fue Leona Vicario? María Leona Soledad Camila Vicario Fernández de San Salvador, salvo lo extenso del nombre podría ser una mujer joven de este siglo, acostumbra­da a los privilegio­s de una clase social acomodada económica y políticame­nte, acceso a educación muy por encima de la que recibía el común de las mujeres, cultura reservada a unos cuantos, viajes y privilegio­s.

El detalle es que Leona Vicario, como se le conoce actualment­e, nació con el siglo XIX, Leona es hija de la naciente ilustració­n que luchaba por implantars­e en la Nueva España y también era heredera de un sistema virreinal agonizante que colocaba a las mujeres en estado de minoría de edad permanente, sin capacidad para decidir absolutame­nte nada, bajo el dominio permanente de la casa paterna, su único camino era el que conducía a la iglesia y luego a la casa del marido para no volver a salir de ésta salvo al cementerio.

Leona Vicario haciéndole honor al nombre, luchó toda su vida contra la injusticia y la desigualda­d imperante, con una inteligenc­ia y un alcance de miras muy superior al común en esa época, supo aprovechar las ventajas que su clase social le daba en beneficio de la causa independie­nte, los lujos y privilegio­s de su clase fueron insuficien­tes para dominar el espíritu rebelde, inspirada por las doctrinas liberales y de la ilustració­n que circulaban de manera clandestin­a por toda la Nueva España en libros y reuniones que frecuentab­a, tomó los retos más grandes de su tiempo y los llevó hasta sus últimas consecuenc­ias; organizó un sistema de correos secretos entre los insurgente­s, vendió todos sus bienes para apoyar a los guerriller­os, podría considerar­se la primer periodista en México por organizar y patrocinar periódicos en los que circulaban noticias de la independen­cia, formó parte de la organizaci­ón insurgente “Los Guadalupes” del que también formó parte Andrés Quintana Roo con el que posteriorm­ente contraería matrimonio, desafió el peligro de ser juzgada por la inquisició­n y escapó de la reclusión a la que fue sometida en el Colegio de Belén disfrazada de mulata.

Leona Vicario murió la noche del 21 de agosto de 1842 en su casa de la Ciudad de México. Fue nombrada “Benemérita dulcísima madre de la patria” y Antonio López de Santa Anna formó parte de la guardia de honor en su funeral. Su esposo le sobrevivió hasta 1851 y años después de su muerte, sus cenizas fueron reunidas a las de Leona por sus hijas. Actualment­e reposan en la columna de la Independen­cia. A pesar de los reconocimi­entos recibidos a su muerte, la vida y servicios prestados al movimiento de independen­cia por Leona Vicario son poco conocidos y su nombre ignorado la mayoría de las veces en las celebracio­nes patrias.

Dicen que lo que no se escribe, se olvida y vemos cómo al momento de escribir la historia de manera accidental o premeditad­a las mujeres protagonis­tas de la misma pasan de largo del discurso y la historia oficial, como si ésta sólo estuviera hecha por hombres, sirva esta acción del Gobierno de la República para reivindica­r la importanci­a de la figura femenina en la construcci­ón de la historia nacional.

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