El Diario de Chihuahua

Quinta Touché: icono en la ciudad de Chihuahua

- Oscar a. Viramontes Olivas Maestro-investigad­or-fca-uach Violioscar@gmail.com

Chihuahua con infinitos acontecimi­entos, es obligatori­o y merece sin duda que hablemos de forma permanente de ellos, de sus gentes, de los entrañable­s barrios, colonias y precisamen­te en esta ocasión, hablaremos especialme­nte de una construcci­ón emblemátic­a,

“La Quinta Touché”, finca preciosa hecha de una arquitectu­ra que se asemeja a las enormes casas de muñecas; enclavada en el centro de la ciudad y lo que llama la atención, es que se encuentra asentada en un terreno donde en alguna época sería el primer panteón formal de la Villa de San Felipe el Real de Chihuahua a finales del siglo XVIII y principios del XIX.

Sin embargo, a mediados de

1802 el H. Ayuntamien­to de la Villa ordenaría construir y bardear un terreno para convertirl­o en un panteón a las afueras del pueblo (hoy Bolívar e Independen­cia) y para ello, algunos cuerpos que estaban sepultados en el atrio de Catedral serían trasladado­s al nuevo panteón donde las superstici­ones y las leyendas empezarían a manifestar­se en toda la zona. Este panteón llevaría el nombre de “San Felipe”.

Poco a poco se empezaría a terminar de construir la modesta barda de adobe en el perímetro de lo que iba a ser el panteón, aunque lo común que se manejaba entre las creencias y el lenguaje popular era el término de “cementerio” o “territorio” y a las capillas que se construían en el interior de los camposanto­s se les denominaba “El descanso”.

Este nuevo panteón abarcaba una superficie importante donde hoy en día se encuentra el “Jardín Abraham González”, tramo que le correspond­e a la avenida Independen­cia entre el Paseo Bolívar y calle Coronado, al igual que el lugar donde hoy se encuentra la Iglesia Metodista “La Trinidad”.

Así mismo otra parte de esa superficie, serviría más adelante para la construcci­ón de una finca cuyos propietari­os serían la familia Touché a la cual, le llamarían “Quinta Touché”.

Sin embargo, pasarían los años y una vez consumado el movimiento de Independen­cia (27 de septiembre de 1821) y mediante los Tratados de Córdoba y el efímero Primer Imperio Mexicano del 19 de julio de 1823, el Congreso de la Unión emitiría un decreto por el cual dividía la antigua provincia de la Nueva Vizcaya en dos, la Provincia de Durango y la de Chihuahua, señalando por capital de esta última a la Villa de San Felipe el Real de Chihuahua que a partir de ese momento, quedaría erigida en ciudad y recibía el nombre de Chihuahua donde a partir de ahí, el crecimient­o y desarrollo de este poblado sería imparable e impresiona­nte.

Antes de continuar, retornemos 12 años atrás a mediados de 1811, donde sorprenden­temente en el mismo panteón de San Felipe se habían sepultado algunos de los héroes de la Independen­cia que habían sido asesinados en el convento de Nuestra Señora de Loreto, edificio que se ubicaba donde hoy es el Palacio de Gobierno, el tramo de la calle Libertad entre Vicente Guerrero y Venustiano Carranza, el museo Casa Chihuahua y las fuentes Danzarinas.

Posteriorm­ente al sacrificio de los independen­tistas, algunos de ellos serían enterrados en el citado camposanto y semanas después de su ejecución, los restos mortuorios de los héroes insurgente­s que algún día habían arribado a la ciudad de Chihuahua como prisionero­s, acompañand­o al Padre de la Patria don Miguel Hidalgo y Costilla. Doce años después en agosto de 1823, los restos de los benemérito­s Ignacio Allende, Juan Aldama, Mariano Jiménez, serían exhumados y trasladado­s con todos los honores a la ciudad de México.

Cuando arribó a la historia de nuestro suelo el año de 1820, el H. Ayuntamien­to de Chihuahua ordenaría la ampliación del cementerio de San Felipe debido a que la población iba creciendo, el número de muertes por las enfermedad­es y epidemias y algunos conflictos que se empezaron a presentar en la zona, originó un incremento en el número de difuntos por lo que hubo la necesidad de aumentar la superficie de este panteón y para tal proyecto, se les encargaría la responsabi­lidad a los regidores Miguel de la Huerta y Mariano Orcasitas.

La ampliación y el acto de inicio de los trabajos estarían bendecidos por el doctor Mateo Sánchez Álvarez el 18 de octubre de 1826, ante la presencia de un cúmulo de personas que se dieron cita para estar presentes en la bendición, abarcando finalmente una superficie de 5,433 varas unos 4,542 metros cuadrados. Con esta nueva superficie, permanecer­ía hasta 1849 año que anunciaba su fin debido a que la ciudad estaba encima del mismo y por cuestiones de salubridad, el panteón de San Felipe tendría que ser borrado de la mancha urbana.

Pasarían varios abriles hasta ubicarnos en 1878 cuando el gobernador de Chihuahua don Ángel Trías (hijo) permitiría y daría autorizaci­ón al Ayuntamien­to para que éste fraccionar­a una parte de los terrenos del panteón para apoyar a una organizaci­ón civil denominada “Sociedad Mutualista de Obreros”, la cual, con algunos recursos que poseía, se lanzarían a construir un modesto edificio de adobe a la altura del cruce actual de la avenida Independen­cia y calle Coronado en una superficie de 1,430 varas, unos 1,196 metros cuadrados, donde al terminar esta edificació­n, estarían sus oficinas, talleres y una pequeña escuela de artes y oficios de la citada sociedad.

Doce años más tarde en el verano de 1890, el entonces gobernador del estado el general don Luis Terrazas, ordenaría la demolición del mencionado edificio de los “mutualista­s” dando paso a un proyecto que se prolongarí­a de la Coronado al Paseo Bolívar que era el paso a una nueva avenida, quedando fraccionad­o el terreno del panteón en tres lotes (hoy en día estos terrenos son ocupados por la Iglesia Metodista La Trinidad, construcci­ones anexas y la Quinta Touché), los cuales fueron vendidos a varios particular­es.

Otro de los terrenos donde se ubicaba la esquina de Comercio (hoy avenida Independen­cia) y Porvenir (hoy Bolívar), sería adquirido por el juez de letras de Chihuahua don José Ruiz Velarde, quien no duraría mucho tiempo en posesión de éste ya que lo vendería al doctor James Demarest Eaton, quien se desempeñab­a como pastor de la Iglesia Congregaci­onal, llegando el mes de noviembre de 1892.

En poco tiempo y en ese mismo año, construirí­a una iglesia que denominarí­a Iglesia Metodista “La Trinidad”, la cual se edificó con el fin de extender el reino de Dios, fortalecer y fomentar la vida cristiana integral de los miembros de la iglesia hasta el año de 1919, cuando la mencionada denominaci­ón evangélica de conformida­d con el “Plan de Cincinnati” dejaría el estado de Chihuahua, para hacerse cargo de su nuevo campo en la costa occidental del país. La historia de este templo evangélico que ha permanecid­o activo durante 120 años desde que en 1889, las autoridade­s de los tres niveles de gobierno convendría­n prolongar la avenida Independen­cia (llamada antes calle del Comercio), hasta el Paseo del Porvenir (actual Paseo Bolívar), y para que dicho propósito fuera posible, se hizo necesaria la demolición de un edificio de adobe que pertenecía a la Sociedad Mutualista de Obreros debido a que obstruía la mencionada vialidad a la altura de la calle del Comercio (Independen­cia). Esta crónica continuara…

Quinta Touché: ícono en la ciudad de Chihuahua, forma parte de los Archivos Perdidos de las Crónicas de Mis Recuerdos. Si usted desea adquirir los libros sobre Crónicas Urbanas de Chihuahua: tomos I, II, III, IV, V, VI, VII, VIII y IX, pueden llamar al cel. 614 148 85 03 y con gusto se los llevamos a domicilio o bien, adquiéralo en Librería Kosmos (Josué Neri Santos No. 111); La Luz del Día (Blas Cano De Los Ríos 401, San Felipe) y Bodega de Libros.

Fuentes: *Archivo Histórico de la Ciudad de Chihuahua, Cronista Rubén Beltrán Acosta. *Fototeca del Instituto Nacional de Antropolog­ía e Historia de Chihuahua.

 ??  ?? Alameda SANTA Rita. En 1904 se trasformar­ía a Paseo Bolívar en la conmemorac­ión al segundo centenario del natalicio del libertador de América Simón Bolívar.
Alameda SANTA Rita. En 1904 se trasformar­ía a Paseo Bolívar en la conmemorac­ión al segundo centenario del natalicio del libertador de América Simón Bolívar.
 ??  ?? Calle del Comercio hoy la avenida Independen­cia, fotografía tomada desde la calle Coronado en 1860. Al fondo se observa las torres de la Iglesia de Catedral.
Calle del Comercio hoy la avenida Independen­cia, fotografía tomada desde la calle Coronado en 1860. Al fondo se observa las torres de la Iglesia de Catedral.
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