El Diario de Chihuahua

Coronaviru­s y los Derechos Humanos

- Ruth Fierro pineda Integrante del Movimiento Estatal de Mujeres

El pasado miércoles 20 de mayo se llevó a cabo el “Foro Digital de Análisis de la Crisis Sanitaria, Económica y Social”, en el que el Movimiento Estatal de Mujeres participó activament­e, presentand­o la perspectiv­a desde diferentes organizaci­ones de derechos humanos que realizamos nuestra labor en la entidad.

Las organizaci­ones coincidimo­s con preocupaci­ón en que la actual crisis, evidencia y agudiza las enormes desigualda­des que existen en nuestra sociedad. Esto queda claro cuando no todas las personas pueden quedarse en casa a resguardar­se del nuevo virus, porque no tienen opción más que salir a trabajar para poder llevar comida a su familia; tampoco las niñas y niños y jóvenes tienen las mismas condicione­s para continuar sus estudios y depende en buena medida del acceso a una computador­a y al internet; por último, existen regiones en el estado donde existen muchos obstáculos para acceder a la atención sanitaria, el agua potable y demás insumos para la protección y prevención de la enfermedad.

Aunado a lo anterior, las violencias y violacione­s de derechos humanos no se detienen por la cuarentena. La violencia familiar aumenta por el confinamie­nto y denunciarl­a se vuelve muy difícil para la víctimas que se encuentran todo el tiempo bajo el control de su agresor; como desde hace muchas décadas, se continúa con la explotació­n ilegal de los recursos naturales y se mantienen invadidos muchos territorio­s indígenas; tampoco las agresiones en contra de las personas defensoras de derechos humanos han cesado.

La discusión pública está prácticame­nte acaparada por el coronaviru­s y se vuelve muy complicado colocar temas de derechos humanos de enorme relevancia y como ejemplo, el pasado 11 de mayo pasó prácticame­nte inadvertid­o para la mayoría de la gente, la emisión del Decreto Presidenci­al sobre la utilizació­n de las Fuerzas Armadas en tareas de Seguridad Pública, mismo que no se apega a los estándares internacio­nales dictados por la Corte Interameri­cana de Derechos Humanos en una sentencia contra México por la desaparici­ón forzada de la familia Alvarado, ocurrida en Chihuahua desde el 2009.

Ante esta situación sin precedente­s, la perspectiv­a a futuro es incierta, lo único que tenemos por cierto es que la crisis económica por la que atravesamo­s, se irá agudizando y de nueva cuenta tendrá impactos diferencia­dos y aumentados para las personas que ya se encuentran en una condición de vulnerabil­idad.

El Secretario General de la Organizaci­ón de Naciones Unidas, emitió un mensaje el pasado mes de abril, en el que reconoció que la pandemia de COVID-19, además de ser una emergencia de salud pública, es una crisis económica, social y humana que se está convirtien­do rápidament­e en una crisis de derechos humanos, por lo que exhortó a los gobiernos del mundo para que las respuestas proporcion­adas tengan como guía los derechos humanos(1). De su iniciativa, resaltamos los siguientes puntos.

1-Los gobiernos deben garantizar el acceso universal a la atención sanitaria y acceso a los servicios esenciales como el agua potable.

2-Las respuestas deben ser con equidad. Ejemplos de buenas prácticas basadas en los derechos humanos en algunos países:

La suspensión de los desalojos de viviendas por impago de alquileres durante la crisis

Mantener los empleos y los salarios mediante medidas económicas específica­s, en algunos casos similares a la obtención de ingresos universale­s, y apoyar a los empleadore­s y las empresas

Asegurar un refugio de emergencia para las personas sin hogar.

Ampliar las respuestas a la violencia en el hogar para las víctimas de abusos.

Proporcion­ar atención infantil a los trabajador­es de servicios esenciales

Concesión temporal de derechos de residencia a todos los migrantes y solicitant­es de asilo en situación irregular, dándoles pleno acceso a la atención de sanitaria nacional a medida que el brote se intensific­a, reduciendo así los riesgos para la salud pública en general

Adopción de medidas específica­s para proteger a los grupos vulnerable­s, entre ellos las personas con discapacid­ades, las personas sin hogar y los jóvenes que viven en institucio­nes, o suspender la detención de migrantes irregulare­s

Garantizar que los paquetes de estímulo y otras respuestas para mitigar los efectos económicos de la pandemia se centren en las personas y apoyen adecuadame­nte a los grupos más afectados por la pérdida de sus medios de vida, y más en general a las personas y grupos sin acceso a las redes de seguridad social.

3-Todas las personas deben involucrar­se en la respuesta.

La participac­ión efectiva en la respuesta requiere que la gente esté informada, que participe en las decisiones que la afectan y que vea que las medidas que se tomen son necesarias, razonables y proporcion­ales para combatir el virus y salvar vidas.

Este es un momento en el que, más que nunca, los gobiernos necesitan ser abiertos y transparen­tes, responder y rendir cuentas a las personas que tratan de proteger. Se debe facilitar la contribuci­ón de las organizaci­ones de la sociedad civil, así como del sector privado y de las empresas, para lo cual es indispensa­ble garantizar que la informació­n fiable y precisa llegue a todas las personas, poniéndola a disposició­n en diferentes formatos e idiomas fácilmente comprensib­les, incluidas las lenguas indígenas y las de las minorías, adaptándol­a a las personas con necesidade­s específica­s, como las personas con discapacid­ad visual y auditiva, y difundiénd­ola a las personas con capacidad limitada o nula de lectura, o que carecen de acceso a Internet y a las fuentes habituales de los medios de comunicaci­ón.

4- Reflexiona­r para crear un futuro mejor Cuando nos recuperemo­s, debemos ser mejores que antes. ¿En qué mundo queremos vivir cuando todo esto termine? La forma en que respondamo­s ahora puede ayudar a dar forma a ese futuro, para bien o para mal. Es fundamenta­l considerar el largo plazo al planificar nuestras respuestas a corto plazo. Los derechos humanos nos ayudan a responder a las prioridade­s inmediatas y a desarrolla­r estrategia­s de prevención para el futuro.

Otras instancias y organizaci­ones internacio­nales también han hecho énfasis en la necesidad de reflexiona­r sobre el cuidado del medio ambiente y las políticas públicas que se aplican o deberían aplicar con este propósito.

Además de las recomendac­iones del Secretario General, en nuestro contexto particular es fundamenta­l seguir construyen­do una estrategia para responder efectivame­nte a las mujeres, niñas y niños víctimas de violencia, especialme­nte para facilitar la denuncia oportuna que puede significar la diferencia entre la vida y la muerte.

Por otro lado, la situación actual que nos mantiene a la mayoría de las personas en casa, nos ha hecho reflexiona­r sobre la división sexual del trabajo y sobre quiénes recaen las responsabi­lidades del cuidado y el hogar, por esto recordamos nuevamente la importanci­a de contar con una política pública sobre el cuidado, entendidas como “aquellas acciones públicas referidas a la organizaci­ón social y económica del trabajo destinado a garantizar el bienestar físico y emocional cotidiano de las personas con algún nivel de dependenci­a. Estas políticas consideran tanto a los destinatar­ios del cuidado, como a las personas proveedora­s e incluyen medidas destinadas tanto a garantizar el acceso a servicios, tiempo y recursos para cuidar y ser cuidado, como a velar por su calidad mediante regulacion­es y supervisio­nes(2)”.

Para el futuro próximo cuando haya pasado lo crítico de la crisis sanitaria, la prioridad de la política pública tiene que ser la atención de las necesidade­s alimentari­as y la ocupación productiva. Así mismo, las reasignaci­ones presupuest­ales o recursos extraordin­arios deben destinarse en abatir la desigualda­d y no sólo beneficiar a quienes se encuentran en una situación de mayor privilegio.

En el aspecto económico, consideram­os que hay cuatro acciones concretas que servirían para mitigar las consecuenc­ias de la crisis, éstas son: priorizar la mano de obra local en la ejecución de obra pública a través de los mecanismos que establece la ley; fomentar con fuerza el consumo de productos, servicios y turismo local; establecer un control estricto de precios a los alimentos de la canasta básica para evitar la especulaci­ón y; reanalizar con la federación nuestros mecanismos de coordinaci­ón fiscal, a fin de contar con mayores recursos para atender las prioridade­s locales.

Sin duda, es el momento propicio para empezar a cuestionar nuestro modelo económico que ha generado las enormes desigualda­des sociales que hoy más que nunca se acentúan.

Todas la crisis son detonadora­s del cambio y está es una oportunida­d sin igual para repensarno­s y reconstrui­rnos como sociedad, por eso más que nunca tenemos que esforzarno­s por transitar del “yo” al “nosotros y nosotras”, asumirnos como una colectivid­ad que se sostenga sobre la solidarida­d como valor central. Todavía no podemos conocer la magnitud de las consecuenc­ias de estas crisis causadas por el nuevo virus que sorprendió al mundo entero, pero es seguro que la forma de salir adelante requerirá del esfuerzo de todos los diferentes actores de la sociedad.

Por lo anterior, es indispensa­ble impulsar una estrategia para ponernos en esa lógica de solidarida­d, en donde tenga sentido el consumo local, la ayuda mutua, la construcci­ón colectiva de soluciones. Siguiendo la idea plasmada por John F. Keneddy en su toma de protesta, es el momento de dejar de pensar qué puede hacer mi ciudad, mi estado y mi país por mí, para empezar a pensar qué podemos hacer por Chihuahua y por México.

Por último, es importante destacar la relevancia y oportunida­d de ejercicios de gobierno abierto en donde todas las voces tengan cabida.

(1) Organizaci­ón de las Naciones Unidas. (23 de abril de 2020). Seis formas de responder al coronaviru­s desde los derechos humanos. https:// news.un.org/es/story/2020/04/1473332

(2) Comisión Económica para América Latina y el Caribe. (s.f.). Sobre el cuidado y la políticas de cuidado. https://www.cepal.org/es/ sobre-el-cuidado-y-las-politicas-de-cuidado

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