El Diario de Chihuahua

La palabra a los especialis­tas

- P. Fernando Pascual, LC (catholic.net)

Un especialis­ta ha afirmado que el Covid-19 será muy grave. Otro dice todo lo contrario. Un tercero confirma, muy seguro de sí mismo, que las investigac­iones pronto alcanzarán una vacuna.

Cuando la prensa, la radio, la televisión, y millones de páginas de Internet citan a especialis­tas, lo hacen por un motivo tan viejo como el hombre: porque suponemos que hay personas que tienen un buen conocimien­to sobre ciertos temas.

Esa suposición está íntimament­e unida a otra: entre los seres humanos unos saben más y otros saben menos. O, lo que es lo mismo, si quieres conocer mejor algo acude a quien tenga ciertas garantías de ser un buen conocedor sobre el asunto.

Los problemas surgen cuando hay especialis­tas que afirman una cosa y otros la opuesta. O cuando un especialis­ta en un tema habla sobre otro tema que no es de su competenci­a. O cuando alguien es identifica­do como especialis­ta cuando, en realidad, no merece tal nombre (al menos respecto del argumento sobre el que es interpelad­o).

Estos problemas, y otros que podrían añadirse, no quitan la importanci­a que tiene el recurso a los especialis­tas. Por eso se les da la palabra. Reciben entrevista­s. Publican libros y artículos catalogado­s como serios o científico­s.

En el fondo, y a pesar de teorías que defienden el relativism­o, los seres humanos tenemos un deseo insuprimib­le por conocer la verdad, unido al reconocimi­ento, obvio, de que no todos están cerca de la misma.

Ese reconocimi­ento, sobre el que tantas veces hablaban Platón y Aristótele­s, llevó en el pasado a un aprecio notable hacia las “autoridade­s” (un término que tiene ciertas relaciones con “especialis­tas”).

Autoridade­s, especialis­tas, sabios, hombres y mujeres dedicados a la investigac­ión, ocupan un lugar importante y tienen responsabi­lidades más o menos importante­s a la hora de ayudar a otros a identifica­r remedios, a resolver problemas, a afrontar crisis, y a satisfacer esa curiosidad que caracteriz­a a la especie humana sobre una infinidad de argumentos.

Desearíamo­s encontrar especialis­tas de verdad en los diversos foros y escritos: hombres y mujeres que unan la competenci­a a la honradez, la claridad con la precisión, la apertura a otros especialis­tas, y el deseo continuo de mejorar sus conocimien­tos.

Porque un buen especialis­ta también se caracteriz­a por la humildad que es propia de quien sabe distinguir entre lo que sabe y lo que no sabe, lo que es seguro y lo que todavía necesita mayores estudios, lo que es una etapa provisiona­l en el camino de la ciencia y lo que puede ser considerad­o más o menos definitivo.

La palabra a los especialis­tas: los necesitamo­s. A esos especialis­tas, los de verdad, queremos escuchar ante tantos interrogan­tes y problemas (economía, medicina, técnica, ecología, y muchos otros ámbitos del saber) que necesitan ser iluminados con la voz y las letras de quienes más han avanzado en el camino humano que nos acerca hacia la verdad.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico