Buen mensaje contra la egolatría
El diputado local por MORENA, el juarense Benjamín Carrera, presentó ante el congreso local una iniciativa que busca eliminar la promoción personal del gobernante en turno al inscribir su nombre en las placas conmemorativas de obras. La propuesta me parece importante porque, por un lado, pretende acabar con el culto a la personalidad del gobernador o del alcalde que las inaugura y, por otro lado, restablece un poco la ética al servicio público.
Todas las obras que se construyen con dinero público, es decir, que pagan los contribuyentes, llevan por descontado el nombre del titular del ejecutivo estatal o del alcalde, de la administración que la concluyó; esto, porque en ocasiones se coloca la primera piedra, pero se inaugura en otro trienio o sexenio.
Además de la parafernalia que acompaña la colocación de la piedra conmemorativa, el gobernante estatal o municipal, se atribuye el mérito como si gracias a él dicha obra se hubiese realizado, y no por los recursos provenientes de los ciudadanos responsables que pagan sus impuestos.
Lo correcto es destacar el tiempo de duración de la obra, la cantidad de la inversión y el trienio o sexenio en que se construyó. Sin embargo, la egolatría del gobernante lo lleva a imponer su nombre en las placas conmemorativas, como ocurrió con el exgobernador José Reyes Baeza Terrazas, que consintió que el rector de la UACH cambiara el nombre del estadio universitario por el de su protector político.
Esta práctica no es exclusiva de Chihuahua, sino de todo el país. Lo mismo se anotan presidentes de la república, que gobernadores y alcaldes, pero muy probablemente sea EDOMEX donde más desvergüenza existe, porque hemos conocido de casos donde el gobernador en turno ordena que hasta su cónyuge aparezca en las placas conmemorativas de salones, calles, teatros, estadios, etc.
Considero que aquel gobernante que haya destacado por realizar obras durante su mandato, que realmente sean de beneficio social, sin sospecha de haber sido construida con sobreprecio o con dinero prestado, sea la misma sociedad y sucesores lo que reconozcan esa labor. Así es como trascienden en la historia, de manera sincera y merecida.
A la propuesta del legislador Carrera le agregaría que toda administración estatal o municipal debe aplicar la austeridad republicana y el respeto a los colores que identifican a la entidad y a cada municipio. Dicho de manera concreta, deben abstenerse de pintar el equipamiento urbano y uniformar a los empleados de confianza y sindicalizados, con los colores del partido en el gobierno y de usar frases que los liguen al mismo.
Esto no sólo ahorra dinero público, sino que adereza credibilidad al servicio público, porque le devuelve la confianza al gobernado.
Espero sinceramente que la propuesta del diputado Benjamín Carrera sea considerada con toda seriedad y se apruebe. Es tiempo ya de conectar el discurso con los hechos, donde el interés supremo sea el de servir a la comunidad sin usar los recursos públicos para promoción política y culto a la personalidad.
Es cuanto.
P.D. Penoso y deleznable lo que están haciendo gobernantes, funcionarios públicos, legisladores y regidores para promocionarse anticipadamente en la búsqueda de otra liana política. Lo hacen con dinero público o de procedencia incierta, y con la complicidad de revistas o digitales, para burlar la ley. ¿Y la autoridad electoral?, bien, gracias, igual de puerca que voltea la vista al lado contrario. En el colmo de los descaros, hasta en paquete familiar se promocionan.