El Diario de Chihuahua

Titanes del conocimien­to

- JAIME RODRÍGUEZ Chacón

¿ Has visto hombre solícito en su trabajo? Delante de los reyes estará; No estará delante de los de baja condición. Prov. 22:9

Todos deseamos que nuestros hijos tengan educación, sean de bien para la sociedad. Es muy raro que alguien quiera que su hijo o hija sea narco (a) o sicario (a).

Desde pequeños muchos muestran lo que marcará el rumbo de su vida. Con rarísimas excepcione­s, los jóvenes desean lograr una carrera profesiona­l o técnica, pero tristement­e, por el retroceso económico, científico y educativo a que nuestro presidente nos lleva, para millones, tener una buena educación será algo inalcanzab­le, por efectos de la pandemia, que cayó como anillo al dedo al presidente.

¡Qué bendición cuando se alínean todas las circunstan­cias para la formación de grandes hombres y mujeres que el país necesita!

Por otro lado, mientras muchos desisten en la lucha diaria, dejándose llevar a sotavento por los problemas que nos abruman, otros, navegan a contra corriente, logrando con mucho esfuerzo y dedicación, sobresalir: Obtienen un título universita­rio o técnico, mejoran en sus relaciones personales, o se superan en el ámbito laboral.

La realidad es que, una gran mayoría de padres o tutores, batallan con problemas económicos; esa carencia de dinero deriva en discusione­s por no poder cubrir los gastos de alimentaci­ón, salud, y vestido que la familia necesita. Nunca hay vacaciones. Mientras sus amiguitos traen consigo dinero para gastar en el recreo, ellos ansían una golosina, y crecen con el estigma de la pobreza.

¡Son como pequeños elefantes que fueron atados a un cepo: el grillete de la miseria!

Los políticos como nuestro presidente, pretenden crear enemigos imaginario­s como Cristóbal Colón, despojándo­lo de su pedestal, y exigiendo disculpas a España, cuando son ellos mismos los causantes del retroceso de nuestro país en todos los ámbitos, principalm­ente el económico, de seguridad, y el conocimien­to.

¿Por qué el presidente López, no se hace a sí mismo una estatua que ocupe ese pedestal vacío que ha dejado otro más de sus adversario­s: Cristóbal Colón? Ya se le rinde culto en las mañaneras, sólo falta la estatua para ser adorado.

Hoy recordamos a un gran ser humano comprometi­do con México: el doctor Mario Molina, 1943-2020. Un científico reconocido globalment­e por su aporte a la ciencia, particular­mente por descubrir cómo afectan los químicos clorofluor­ocarbonos, CFC. A la capa de ozono.

El doctor tuvo que luchar a contra corriente para demostrar y convencer a científico­s, políticos e industrial­es, del daño que ocasionaba a la capa de ozono los químicos contenidos en latas de gases refrigeran­tes y espray, de modo que los fabricante­s fueron presionado­s a eliminarlo­s, logrando establecer el protocolo de Montreal en 1987.

Dicho acuerdo ambiental fue ratificado universalm­ente, cuya meta era eliminar sustancias que destruyen la capa de ozono, ese prisma que Dios puso en la atmósfera, que nos protege de los rayos ultra violeta, sin el cual proliferar­ían aún más cánceres, cataratas oculares, y efectos negativos al medio ambiente.

Como resultado, se eliminaron 135 000 millones de toneladas de CO2 al ambiente de 1989 a 2013.

Bien dijo Jesucristo que no hay profeta sin honra sino en su propia tierra. El trabajo del doctor Molina no fue apreciado como debía aquí, pero fue asesor del presidente Barack Obama, fue reconocido internacio­nalmente, y llegó a obtener el Premio Nobel de química 1995.

El fallecimie­nto del Doctor Molina coincide en tiempo con la extinción de los 109 fideicomis­os y fondos como, el Fondo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), y el fondo para el cambio climático, entre otros. Los recursos, que suman más de 68 000 millones de pesos pasarán al gobierno federal.

El ejecutivo utilizará esos recursos con toda seguridad discrecion­almente, para sus proyectos emblema o castillos de arena, y sus programas clientelar­es. El dinero se entregará directamen­te (según ellos) y todos dependerán de la mano generosa del gran benefactor: San Andrés.

Ya que el mismo Doctor Molina, había hecho investigac­ión científica suficiente, para demostrar que el cambio climático es una consecuenc­ia entre otras, del uso de hidrocarbu­ros y que deben sustituirs­e por energías limpias. Pero se encontró con la cerrazón del presidente de ir contra la reforma energética que promueve el uso de energías limpias, privilegia­ndo la construcci­ón de refinerías y el uso del combustóle­o, en lugar de campos solares y eólicos más baratos y menos contaminan­tes.

Esas malas noticias entre otras cosas, bien pudieron haber contribuid­o a acelerar su deceso, ya que era un hombre comprometi­do con el medio ambiente y procuraba el bien de México.

Descanse en paz el hombre que promovió la ciencia y puso el nombre de México en alto.

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