LA LUDOPATÍA NO DISCRIMINA SECTORES SOCIALES
Como si fuera un Casino, pasan horas apostando
El uso de las máquinas tragamonedas ubicadas en la calle Cuarta, a la entrada de uno de los mercados ha aumentado la última semana con muchos visitantes que pasan horas con estos juegos de azar.
A diferencia de los casinos en que el gasto es más elevado, estas máquinas son más económicas en que con un solo peso puede jugar y la intención es ganar más dinero, aunque también es invertirle más tiempo y recurso por parte del jugador.
Generalmente son mujeres y hombres desde los 40 años en delante quienes suelen utilizar los tragamonedas, pero también suelen haber niños que gustan de gastarse el cambio en estos juegos, aunque al ser un tipo de apuesta, no se les debería permitir, porque no es igual a una arcadia de los videojuegos cuyo fin es sólo entretener.
Las máquinas se encuentran en prácticamente todos los mercados de la zona Centro, unas más separadas de otras, mientras que hay espacios en que se aglomera la gente para jugar, incluso llevan a menores con ellos mientras pasan minutos y quizás horas a la espera de ganar una cantidad razonable de dinero o bien, perderlo.
Desde hace algunos años, la capital del estado se ha caracterizado por tener una alta cantidad de jugadores en los casinos, por lo que se estima que la ludopatía ha alcanzado varios niveles socioeconómicos. Con la facilidad de estos tragamonedas, la experiencia de ganar está más al alcance de sectores con menores ingresos, que no necesariamente tiene que ir a los establecimientos de juego más elegantes, por lo que las máquinas en lugares más públicos son ideales, ya que la ludopatía no discrimina sectores sociales.
Como si fuera un casino, pasan horas apostando