BEATO CARLO ACUTIS: DE LO ORDINARIO A LO EXTRAORDINARIO
Hay personas que pasan por el mundo transmitiendo el bien y dejando un claro ejemplo de cómo hacer de la vida ordinaria una forma extraordinaria impactando a los demás desde el amor y el servicio. Este es el caso de Carlo Acutis, un joven italiano fallecido con tan solo 15 años, quien usó sus talentos informáticos para evangelizar y que el 10 de octubre fue beatificado en Asís, cerca de los restos de San Francisco.
Carlo nació en Londres, Inglaterra, un 3 de mayo de 1991. Sus padres, Andrea Acutis y Antonia Salzano, son milaneses que se encontraban en Londres, temporalmente por motivos laborales, por ello posterior al nacimiento de Carlo, la familia regresó a Milán.
El joven Carlo se distinguió por su amor a la Eucaristía, a la que llamó su “autopista directa al cielo” y ha sido un ejemplo inigualable de cómo vivir la esperanza en el siglo XXI a pesar de las dificultades que estamos experimentando. Carlo no cayó en la trampa de nuestro tiempo: correr detrás de los mecanismos de consumo y atontamiento que muchas veces nuestra sociedad nos presenta, al contrario, dejó brotar los dones que Dios le dio para ofrecer al mundo sus capacidades, dando huella así de que tenemos en nuestras manos la opción de transformar nuestra realidad desde el testimonio y el amor.
Carlo mostró gran habilidad para el manejo de computadoras e Internet, editó películas y creó sitios web, en pro de su parroquia y de quien lo pudiera necesitar. Organizó un material audiovisual de los milagros eucarísticos tras dos años de investigación y viajes.
Con sólo 15 años, muere por una de las peores leucemias, y deja un intenso testimonio de vida auténticamente cristiano. Días antes de su muerte diría a sus padres: “Ofrezco al Señor los sufrimientos que tendré que padecer por el Papa y por la Iglesia, para no tener que estar en el Purgatorio y poder ir directo al cielo”. Pidió la Unción de los Enfermos y murió el 12 de octubre de 2006. En vida ayudó a innumerable cantidad de almas, transformando sus vidas con pequeños gestos de amor.
El milagro que lo lleva a los altares tuvo lugar el 12 de octubre de 2010 en la capilla de Nuestra Señora Aparecida de Campo Grande, Brasil. Un niño que sufría de un páncreas anular se acercó a besar una reliquia de Acutis. La enfermedad causaba que el niño vomitara todo el tiempo, lo que lo debilitaba mucho. En la fila para la bendición de la reliquia el niño le preguntó al abuelo que debía pedir, a lo que le contestó: “Dejar de vomitar”.
Desde ese momento no volvió a hacerlo y las pruebas médicas demostraron una curación completa.
Asís era una de los lugares favoritos del futuro beato, porque amaba a San Francisco. Desde su sonrisa, la cual se evidencia en cada una de sus fotografías, Carlo te invita a apuntar más alto en la escala de la bondad. La vida de Carlo, en definitiva, es un llamado a ver y entender la grandeza de Dios en nuestras vidas, por eso es importante recordar las palabras del futuro beato: “Todos nacen como originales, pero muchos mueren como fotocopias”. No permitamos que eso nos pase a nosotros, vivamos la autenticidad del ser cristiano, sin dejarnos llevar por la corriente del consumismo y materialismo, pero sobre todo, por las redes de la desesperanza y la tristeza.
El testimonio evangélico que nos presenta este joven, no es sólo un estímulo para los adolescentes, sino para todos. Y tú, ¿estás dispuesto a asumir el reto de #Santidad que vivió Carlo? (Ser joven)