El Diario de Chihuahua

Cachorros preferidos

- Catón Escritor y Analista político

Ciudad de México.- En la reunión de señoras una le dijo a bocajarro a otra: “Quiero que sepas que antes de casarse contigo tu marido tuvo una relación conmigo”. “No lo dudo -replicó la otra-. Varias veces me ha dicho que antes de conocerme hizo muchas pendejadas”. Uglicio era muy feo. Manifestar tal cosa no es faltar a la caridad cristiana o a la buena educación: es lisa y llanamente decir una verdad. Su mujer comentó en la merienda de los jueves: “Todas las noches mi esposo se cubre el rostro con una máscara de lodo negro mezclado con arcilla morada y barro amarillent­o”. Preguntó una de las señoras: “Y esa máscara ¿lo ayuda a verse mejor?”. Replicó la esposa: “Sí. Mientras la tiene puesta”. Mis cuatro lectores conocen ya a Meñico Maldotado. Es un infeliz joven con quien natura se mostró avarienta al repartir entre la población masculina del planeta sus dones de entrepiern­a. Pese a tal minusvalía Maldotado contrajo matrimonio con una hermosa chica llamada Ciruleta, que algo sabía del mundo y de la vida. La noche de las bodas ella se presentó por primera vez al natural ante su anheloso maridito. Meñico la contempló arrobado. Echó mano a su cámara fotográfic­a -muchos en su lugar habrían echado mano a otras cosas- y le suplicó: “Permite, cielo mío, que te impresione una placa con el tomavistas. Quiero eternizar este inefable instante”. Tomó la foto y luego procedió a despojarse de su ropa. Lo vio sin ella Ciruleta e igualmente requirió su cámara. Le preguntó con emoción Meñico: “¿También tú quieres eternizar este inefable instante?”. “No -aclaró la desposada-. Quiero ver si es posible hacer una amplificac­ión”. Don Chinguetas y doña Macalota sostenían una de sus acostumbra­das riñas conyugales. Ella le dijo a él en paroxismo de iracundia: “¡Haré algo que te pesará! ¡Te dejaré!”. Replicó don Chinguetas: “Decídete. Una cosa o la otra”. Si los sonorenses le dan su voto a Morena el próximo gobernador de Sonora se llamará Andrés Manuel López Obrador. En efecto, Alfonso Durazo, junto con Ebrard y López-gatell, es uno de los cachorros preferidos de AMLO. Así las cosas, si el exsecretar­io de Seguridad sale de gobernador Sonora pasaría a ser feudo del presidente, con Durazo como su virrey, y los vastos recursos de la rica y progresist­a entidad quedarían a disposició­n del tabasqueño para lo que guste usted mandar. A fin de evitar que el Estado pase a ser ínsula de la 4T los partidos que contenderá­n contra el candidato de Morena (o sea de López Obrador) deberán designar candidatos atractivos para la ciudadanía, formar una sólida estructura electoral y hacer campañas intensas cerca de la gente. Eso fue lo que venció a Morena en las elecciones habidas en Coahuila e Hidalgo. Eso es lo que puede vencer en Sonora a Durazo (o sea a López Obrador). La mujer le dijo al juez de lo familiar: “Quiero divorciarm­e de mi esposo”. “¿Por qué?” -quiso saber el juzgador. Respondió ella: “Sospecho que me engaña”. Preguntó el letrado: “¿En qué funda usted esa sospecha?”. Contestó la mujer: “Por principio de cuentas no creo que sea el padre de mi hijo”. La linda chica invitó a Babalucas a visitarla en su departamen­to. Recibió al badulaque vestida sólo con un provocativ­o negligé, le ofreció una copa y se sirvió ella otra, puso música romántica y apagó la luz de modo que la sala quedó en una penumbra que a todo se prestaba. Aun así Babalucas no dio señales de hacer lo que su bella anfitriona esperaba que hiciera. A fin de incitarlo la muchacha se sentó junto al tontiloco y le musitó al oído: “¿Te gustaría ver la parte donde me operaron del apéndice?”. “¡Oh no! -se alarmó Babalucas-. ¡Odio los hospitales!”. FIN.

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