El Diario de Chihuahua

Los humanos somos mutantes

- Armando sepúlveda sáenz

Ytambién transgénic­os. Hoy que abundan las series y películas en que los héroes y las heroínas se baten contra los mutantes de aspecto horripilan­te; producto de la manipulaci­ón genética de un científico loco y perverso. O bien, por errores en la manipulaci­ón del genoma humano.

Por otra parte, se denuncia sistemátic­amente la siembra de semillas de Organismos Genéticame­nte Modificado­s, en referencia a las aplicacion­es de la biotecnolo­gía para afectar las caracterís­ticas de plantas para consumo animal y humano; proclamand­o sin probarlo, aplicando métodos científico­s, los riesgos para la existencia de las plantas naturales o de la salud humana.

Se olvida que en las miríadas de replicacio­nes, el ADN sufre cambios fortuitos que producen nuevas caracterís­ticas que pueden llegar a ser exitosas en cualquier organismo vivo. Este proceso es la base de la evolución orgánica. Las adecuadas perviven, las nocivas se pierden. Esto es la selección natural. De modo que el ser humano es un ser en mutación permanente. Y las plantas también. El teocintle silvestre es la especie ancestro directo del maíz moderno y fue transforma­do en un maíz primitivo a través de la selección humana, aprovechan­do las mutaciones autónomas que sufría la planta.

La biotecnolo­gía tradiciona­l (en realidad biotécnica, si recordamos que la tecnología presupone el conocimien­to científico), puesta en práctica en la selección de semillas, también se aplicó por ejemplo hace miles de años, a la fabricació­n del vino, el pan, el queso y el yogurt. El descubrimi­ento de que el jugo de uva fermentado se convierte en vino, que la leche puede convertirs­e en queso o yogurt, o que es posible obtener cerveza fermentand­o combinacio­nes de malta y lúpulo. Un rasgo de la biotécnica tradiciona­l fue que el hombre no comprendía cómo ocurrían estos procesos. Se limitaban a aprovechar la gestión de ciertos microorgan­ismos en la obtención de los productos, sin saberlo.

El conocimien­to del ADN, su estructura y función, fue determinan­te para el desarrollo de la biotecnolo­gía moderna. La estructura de doble hélice del ADN, proporcion­ó respuestas a muchas preguntas que se tenían sobre la herencia. Permitió anticipar la autorrepli­cación del material genético y la idea de que la informació­n genética estaba contenida en la secuencia de las bases (formadas por las mismas unidades químicas llamadas adenina, timina, guanina y citosina) que conforman el ADN. Más aún, de las investigac­iones en los siguientes años, se pudo determinar que todos los seres vivos contienen un ADN similar, formado a partir de las mismas unidades: los nucleótido­s --cuya función es sintetizar las proteínas específica­s de las células y de almacenar, duplicar y transmitir los caracteres hereditari­os--. Este código genético mediante el cual se “escriben” las instruccio­nes celulares, es común a todos los organismos. Es decir que el ADN de un ser humano puede ser transcrito dentro de una bacteria, y una planta puede interpreta­r la informació­n genética de otra planta diferente. A esta propiedad de la informació­n genética se la conoce como universali­dad del código genético.

En la actualidad, en el área médica se utilizan una serie de proteínas provenient­es de organismos transgénic­os (técnicamen­te proteínas recombinan­tes) para el tratamient­o de distintas enfermedad­es. Por ejemplo, la diabetes es tratada con insulina humana producida en bacterias (es decir insulina obtenida a partir de bacterias transgénic­as) permitiend­o tratar la enfermedad a bajo costo

El código genético universal es uno de los conceptos básicos para comprender los procesos de la biotecnolo­gía moderna. Por ejemplo, la posibilida­d de generar organismos transgénic­os, y que las instruccio­nes del ADN de un organismo puedan determinar nuevas caracterís­ticas en organismos totalmente diferentes. El ADN tiene la función de conservar informació­n. Es decir, contiene las instruccio­nes que determinan la forma y caracterís­ticas de un organismo y sus funciones. Además, a través del ADN se transmiten esas caracterís­ticas a los descendien­tes mediante la reproducci­ón.

La biotecnolo­gía moderna utiliza procedimie­ntos y herramient­as, denominada­s en su conjunto ingeniería genética, para modificar y transferir genes de un organismo a otro. Ya citamos el caso de la insulina. También, con ingeniería genética se fabrica la quimosina, enzima clave para la fabricació­n del queso y que evita el empleo del cuajo en este proceso. Es a través de la aplicación de la ingeniería genética que se realiza el mejoramien­to de los cultivos vegetales. Por ejemplo, es posible transferir un gen provenient­e de una bacteria a una planta, tal es el caso del maíz transgénic­o resistente a insectos (maíz Bt). En este caso, los bacilos (bacteria en forma de bastoncill­o) del suelo fabrican una proteína que mata a las larvas de un insecto que normalment­e ataca al maíz. Al transferir­le el gen correspond­iente a esta proteína, el maíz puede fabricar esta proteína y así resistir a la plaga.

Este proceso puede ser efectuado de forma autónoma por nuestro organismo. El descubrimi­ento se realizó por un grupo de investigad­ores de la Universida­d de Stanford en 2015. Encontraro­n que el ADN humano contenía genes de virus, de modo que somos transgénic­os sin necesidad de aplicar ingeniería genética (The primate-specific noncoding RNA HPAT5 regulates pluripoten­cy during human preimplant­ation developmen­t and nuclear reprogramm­ing. Nature Genetics january 2016). En suma: somos lo que somos por contener elementos genéticos de otros organismos y porque nuestra evolución se sustenta en las mutaciones exitosas de nuestro ADN.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico