SON SUS HIJOS SU FUERZA
Armando Tarango, padre de cuatro hijos, ha logrado convertirse en empresario y dar educación universitaria a todos ellos, a pesar de que hace 32 años sufrió un accidente que lo hizo perder parte de sus extremidades. En aquel momento sus hijos de 2 y 5 años fueron la más importante motivación para no dejarse caer y pasar de ser empleado a convertirse en su propio jefe, estableciendo su desponchado, en el que tras dos años de recuperación su propia hija, en aquel entonces ya con 7 años le ayudaba mientras él se acostumbraba al trabajo sin sus manos.
“Trabajaba en una herrería y al estar soldando unas estructuras recibí una descarga 13 mil voltios. Tras ello perdí mis dos manos y parte de un pie. En ese entonces tenía a mis dos primeros niños muy pequeñitos y pues ni modo a echarle ganas, a continuar, por ellos”, destacó el dueño de Desponchado Tarango.
Señaló que sus pequeños y su esposa fueron el mayor incentivo y vivieron “a una y un pedazo”, cuando dejó de faltar el sustento y Armando atravesó desde su hospitalización, rehabilitación hasta la adaptación física y emocional.
“No había manera de trabajar en aquel entonces y pasamos dos años muy difíciles. Ahora la más grande tiene 40 años, ella era la que me ayudaba como todos lo hicieron trabajando. Mi niña tenía 7 años cuando empezamos con el negocio y ella venía y me ayudaba, salía de la escuela y venía a cargar las llantas, agarraba la llave y le daba a las tuercas, ahí entre los dos. Trabajábamos en la calle, porque empezamos en la casa, en un callejoncito”, detalló.
Tras esta recuperación con el trabajo y esfuerzo vinieron luego dos hijos más, uno de ellos ingeniero y la más joven, ahora con 21 años, estudia para convertirse en enfermera.
“Ser padre es muy bonito y más bonito fue poder sacarlos adelante, a pesar del accidente, de mi discapacidad y de los artefactos ortopédicos con los que tengo que trabajar”, comentó.
Actualmente Armando ve regularmente a tres de sus hijos, Armando, Hugo César, y Melisa, asimismo mantiene contacto con la mayor, Bianca, en Estados Unidos.
“En este Día del Padre sí me festejan con una carnita y hacemos alguna reunión. El mensaje para ellos es que le echen ganas, que no se echen para atrás. La vida ya la conocen, ya saben cómo se vive, cómo se trabaja, ya están grandes y son independientes todos. Entonces decirles que se les quiere mucho. A los padres decirles que apoyen a sus hijos en todos los sentidos hasta el final porque son los hijos y hay que sacarlos adelante independientemente de todo”, puntualizó.
“Ser padre es muy bonito y más bonito fue poder sacarlos adelante, a pesar del accidente, de mi discapacidad y de los artefactos ortopédicos con los que tengo que trabajar”, comentó Armando Tarango