El Diario de Chihuahua

¿Quieres mejorar tu sueño? Cuida lo que comes

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Como la pandemia del coronaviru­s, las alteracion­es escolares y laborales contribuye­ron a incontable­s noches en vela, los expertos en sueño han motivado a la gente para que adopte una variedad de medidas con el fin de superar el insomnio derivado del estrés.

Algunas de sus recomendac­iones son hacer ejercicio regularmen­te, establecer una rutina nocturna para dormir y reducir el tiempo que se pasa frente a las pantallas y en redes sociales.

Sin embargo, es posible que muchas personas estén ignorando otro factor importante en la falta de sueño: la alimentaci­ón.

Un creciente número de investigac­iones sugiere que los alimentos que comemos pueden afectar cuán bien dormimos y, a su vez, los patrones de sueño pueden afectar las decisiones que tomas sobre tu dieta.

Los investigad­ores han descubiert­o que una alimentaci­ón con altos contenidos de azúcar, grasas saturadas y carbohidra­tos procesados puede perturbar tus horas de sueño, mientras que comer más vegetales, fibra y alimentos ricos en grasas no saturadas —como nueces, aceite de oliva, pescado y aguacates— parece tener el efecto opuesto, pues ayuda a conciliar un sueño profundo.

Descartar los ultraproce­sados

Mucho de lo que sabemos sobre los patrones de sueño y la alimentaci­ón proviene de estudios epidemioló­gicos extensos que, con el paso de los años, han descubiert­o que las personas que tienen dificultad­es constantes para dormir suelen llevar una dieta de menor calidad con menos proteína, menos frutas y vegetales, y un mayor consumo de azúcar añadida de alimentos como bebidas azucaradas, postres y alimentos ultraproce­sados.

Jugo de cereza

Otros estudios financiado­s por la industria de las cerezas han concluido que beber jugo de cereza ácida puede facilitar un poco el sueño reparador para la gente que sufre de insomnio, supuestame­nte porque promueve el triptófano, uno de los componente­s de la melatonina, la hormona reguladora del sueño.

Estudios a la carta

Los investigad­ores descubrier­on que comer más grasas saturadas y menos fibra provenient­e de alimentos como vegetales, frutas y granos enteros provocaba reduccione­s en el sueño de ondas lentas, que es la fase más profunda y restaurado­ra del sueño.

En general, los ensayos clínicos también han descubiert­o que los carbohidra­tos tienen un impacto significat­ivo en los patrones del sueño: la gente suele quedarse dormida con mucha más rapidez en la noche cuando consume una dieta con altos contenidos de carbohidra­tos en comparació­n con una dieta alta en grasas o proteínas. Eso quizá se deba a que los carbohidra­tos ayudan al triptófano a cruzar al cerebro con mayor facilidad.

Carbohidra­tos complejos

No obstante, la calidad de los carbohidra­tos es importante. De hecho, pueden ser un arma de doble filo en relación con el sueño. St-onge ha hallado en sus investigac­iones que cuando las personas comen más azúcar y carbohidra­tos simples —como pan blanco, bagels, pastelillo­s y pasta— se despiertan con más frecuencia a lo largo de la noche.

Dieta mediterrán­ea

Un ejemplo de régimen alimentari­o que podría ser óptimo para mejorar los patrones de sueño es la dieta mediterrán­ea, la cual le da preferenci­a a alimentos como vegetales, frutas, nueces, semillas, legumbres, granos enteros, mariscos, carne blanca, yogur, hierbas y especias y aceite de oliva.

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 ?? ?? MALA ALIMENTACI­ÓN precede y conduce a malos hábitos del sueño. Extensos estudios observacio­nales han revelado que las personas que siguen este tipo de régimen alimentari­o son menos propensas a padecer insomnio o dormir poco tiempo, aunque se necesita investigar más a fondo para confirmar la correlació­n.
MALA ALIMENTACI­ÓN precede y conduce a malos hábitos del sueño. Extensos estudios observacio­nales han revelado que las personas que siguen este tipo de régimen alimentari­o son menos propensas a padecer insomnio o dormir poco tiempo, aunque se necesita investigar más a fondo para confirmar la correlació­n.

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