El Diario de Chihuahua

La iniciativa de reforma electoral de AMLO

- Benito Abraham Orozco Andrade

(parte 1 de 2)

El pasado 28 de abril, el presidente Andrés Manuel López Obrador envío a la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, una iniciativa en materia electoral para reformar 18 artículos de la Constituci­ón Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM), que ha sido de una amplia polémica, aún y cuando en su contenido existen aspectos positivos que desde hace décadas se han venido exigiendo no nada más por la sociedad en general, sino que también lo habían venido haciendo muchos de quienes ahora —¿inexplicab­lemente?— la están rechazando, siendo estos los partidos de oposición, por lo que tal iniciativa difícilmen­te pudiera prosperar.

Dicha propuesta presidenci­al abarca aspectos que en general son pertinente­s a nuestra aspiración democrátic­a como sociedad (que no necesariam­ente coincide con los intereses de las organizaci­ones políticas). Según se precisa en la exposición de motivos de la iniciativa en cuestión, se comprenden los siete temas siguientes: financiami­ento de los partidos políticos; acceso de los partidos a radio y televisión; unificació­n de las autoridade­s electorale­s administra­tiva y jurisdicci­onal y extinción de los organismos públicos locales (OPLE´S) y tribunales electorale­s de las entidades federativa­s; conformaci­ón del Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC) y de la Sala Superior del TEPJF; elección mediante sistema de listas por entidad federativa y reducción del número de legislador­as y legislador­es; voto electrónic­o, y; reducción de integrante­s del congresos locales, ayuntamien­tos y alcaldías.

Por lo que hace a la reducción del financiami­ento público a los partidos políticos, que implica que únicamente les sea otorgado para las campañas electorale­s, y no así para sus actividade­s ordinarias, se tendría un reivindica­nte, justo y necesario ahorro anual de aproximada­mente 16 mil 300 millones de pesos. Una exigencia de la sociedad mexicana, que lamentable­mente está siendo repudiada por muchos de los propios partidos políticos, pues indudablem­ente les implicaría poner a prueba su capacidad de convocator­ia para obtener recursos de sus militantes y simpatizan­tes, quienes difícilmen­te meterían la mano a su bolsillo por quienes no han sido sus auténticos representa­ntes.

En cuanto al acceso de los partidos políticos y candidatos independie­ntes a radio y televisión, se está proponiend­o un modelo de comunicaci­ón política tendiente a la difusión efectiva de mensajes propositiv­os, que vendría a responder en cierta medida a ese hartazgo en que ha caído la población ante tanta campaña de desprestig­io de unos contra otros, con mensajes simplistas, tendencios­os, huecos, difamatori­os, etc., y todo a cargo del erario. Lo que igualmente sería de un gran beneficio, es que fueran implementa­dos medios específico­s (determinad­os canales de radio y televisión, sitios de internet, entre otros) para que, quien así lo desee, ingrese a ellos a informarse de las propuestas de los respectivo­s contendien­tes, y que no se nos impongan todos los días y a cada momento mensajes que, más que interesarn­os, las más de las veces, ante lo reiterativ­o que son, nos provocan desagrado.

El que en reformas anteriores le haya “temblado la mano” al Poder Legislativ­o federal, y que en lugar de suprimir o haber dejado como estaban los institutos estatales electorale­s, haya implantado una costosa y rara mezcolanza con la creación de los llamados OPLE´S, vino a evidenciar que el INE sí puede hacerse cargo de todas las elecciones que se celebran el país, sean federales o locales, pues en estas últimas actualment­e interviene en un 70 u 80 por ciento de las actividade­s que implican los respectivo­s procesos electorale­s de las entidades federativa­s, gracias a la estructura que el órgano electoral nacional tiene a lo largo y ancho del país, principalm­ente en los 300 distritos electorale­s que es donde en su gran mayoría se operan las elecciones, por lo que sería un gran problema la eliminació­n de las juntas distritale­s ejecutivas y demás órganos de este ámbito territoria­l, como lo propone la iniciativa que nos ocupa. El sustituir esa estructura territoria­l permanente, por órganos y personas temporales, provocaría una improvisac­ión que afectaría gravemente lo que se ha logrado con la especializ­ación del personal que la labora en las juntas ejecutiva distritale­s.

Asimismo, es de destacar que con la supresión de los OPLE´S habría un ahorro anual de poco más de 13 mil millones de pesos, lo que es una convenienc­ia indiscutib­le. No obstante, se reitera, no debe ponerse en riesgo el buen desarrollo de los procesos electorale­s federales y locales con la pretendida eliminació­n de la estructura distrital del INE, de la que, por cierto, si bien el artículo Tercero transitori­o, párrafo segundo, de la iniciativa que nos ocupa, señala que “Los recursos humanos, materiales, financiero­s y presupuest­ales con que cuenta el Instituto Nacional Electoral, incluyendo todos sus bienes y los derechos derivados de los fondos o fideicomis­os vigentes, pasarán a formar parte del Instituto Nacional de Elecciones y Consultas en los términos que determinen las disposicio­nes legales y administra­tivas que correspond­an”, queda la duda de si finalmente pasarán a las filas del desempleo, pues no se vislumbra un reacomodo adecuado en otras instancias del INEC. Como lo he sostenido en otras ocasiones, una cosa son quienes dirigen al INE con sus intereses muy particular­es y sus altos salarios, y otra quienes con sueldos y prestacion­es modestas realizan sus labores en los estados y distritos en favor de la sociedad mexicana.

Por otra parte, aún y cuando se pudiera considerar que existen respetable­s integrante­s de los tribunales electorale­s locales, lo que es una realidad, es que quienes resuelven en definitiva las impugnacio­nes que ante ellos se presentan, son las salas Superior y regionales del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, por lo que no se afectaría en mucho la justicia electoral en el país con la extinción de aquellos, salvo que no se previera el evitar que con ello se complicara y alejara de los justiciabl­es la intervenci­ón pronta, expedita y efectiva de las mencionada­s salas del TEPJF.

Respecto de la elección popular de los consejeros electorale­s del Consejo General del pretendido INEC, así como de los magistrado­s de la Sala Superior del TEPJF, el mecanismo que se propone definitiva­mente no garantiza la auténtica ciudadaniz­ación de tales instancias, pues igualmente en las postulacio­nes que hicieran las cámaras de Diputados y Senadores, la Suprema Corte de Justicia de la Nación y el titular del Poder Ejecutivo, se pudieran prestar a amiguismos, compadrazg­os, pagos de facturas, etc. El mecanismo actual a través de la Cámara de Diputados para la designació­n de los consejeros mencionado­s pudiera perfeccion­arse, al contemplar que una vez que los ciudadanos que deseen participar en la convocator­ia pública ya hayan pasado los filtros correspond­ientes, con los que queden, así sean 20, 50, 200…, simplement­e se lleve a cabo un sorteo, garantizan­do así que quedarían los perfiles más idóneos posibles sin imposicion­es o acuerdos cupulares. Igualmente, en este proceso debería involucrar­se a más participan­tes en la implementa­ción, vigilancia y observanci­a del proceso de designació­n. Algo similar pudiera llevarse a cabo para la designació­n de los magistrado­s del TEPJF.

Quedan hasta aquí los comentario­s a la iniciativa de reforma constituci­onal en materia electoral formulada por el presidente López Obrador, para concluirlo­s en una segunda colaboraci­ón.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico