LUIS RIVERA SOTO, UNA VIDA DEDICADA A LA CÁTEDRA
Aun cuando fue procurador del Estado en 1980, jamás interrumpió su actividad como docente
Don Luis Rivera Soto cumplirá en julio 57 años como catedrático de la Facultad de Derecho, labor que ha desempeñado de manera ininterrumpida ya que, incluso cuando fue designado como procurador del Estado en 1980, continuó impartiendo clases.
A unos días de celebrarse una vez más el Día del Maestro comentó que ser docente ha sido la actividad que más satisfacciones le ha dejado, además de que generó en su familia la tradición de la abogacía, la cual se mantiene hasta su nieta Elisa, quien toma clases en la misma facultad en la que él es decano.
Muchas situaciones han cambiado desde que el maestro Rivera Soto decidió estudiar Derecho, profesión que eligió por eliminación, pero que sin duda fue la mejor decisión que tomó. Ingresar a la Facultad de Derecho en ese entonces representaba una novedad, ya que un poco antes en Chihuahua no había manera de estudiar esta carrera y los profesionistas se preparaban en la capital del país, Guadalajara o Monterrey, pero gracias a que se instituyó la Universidad Autónoma de Chihuahua, le fue posible ingresar para ser abogado.
“Realmente llegué a Derecho porque eliminé otras opciones con aspectos técnicos, me incliné por las humanidades y en ese entonces solamente Derecho había”, mencionó, pero fue cuestión de poco tiempo para que desarrollara su vínculo con la carrera, la cual apenas estaba iniciando.
Pero si la elección de Derecho como carrera fue algo circunstancial, llegar a la docencia fue meramente accidental, ya que en ese momento era adjunto de un maestro penalista quien sufrió un accidente que motivó a que él tomara la clase y, desde entonces, nunca dejó la cátedra, algo que logró mantener por los años. “Fui procurador de Justicia en 1980 y a pesar de mis funciones mantuve una de las clases… también lo hice cuando fui secretario general de la UACH”, expresó.
En 57 años de docencia ha visto pasar por sus aulas a miles de personas, incluyendo al actual presidente municipal, Marco Bonilla. Indicó que constantemente hay personas que lo saludan en la calle, pero a veces es complicado recordarlos a todos. Expresó que ha sido testigo del cambio en los maestros y en los alumnos, así como la relación que se establece en las aulas.
Explicó que la carrera de Derecho es una de las más influidas por las circunstancias sociales, ya que de alguna manera los problemas sociales llegan a tener una relación con el ejercicio de los abogados. Puso el ejemplo del aspecto penal, el cual se ha ido especializando para diversas circunstancias. “El Derecho ha sido como la Medicina, antes un solo médico diagnosticaba en muchos padecimientos, ahora hay especialistas para casi todo; lo mismo pasó con los abogados”, indicó.
Uno de los aspectos que más des taca de su trabajo como profesor, fue que le permitió tener una vida familiar y que no le impidió estar cerca de sus hijos al grado que los llegó a influir ya que, de cuatro, tres optaron por el Derecho como carrera profesional.
Hay que ser una persona muy honorable para la impartición de la cátedra” Luis Rivera Soto
Abogado y maestro
Actualmente su nieta Elisa, hija del actual director de la facultad, Luis Rivera Campos, cursa el segundo semestre de la carrera.
Expresó que ser profesor es algo que llegó a ser una segunda familia, por lo que siente un gran aprecio por la Facultad de Derecho, en la que es el maestro con más años de docencia pero posiblemente lo sea también en toda la Universidad Autónoma de Chihuahua. En la actualidad imparte una de las materias, Teoría del Delito, pero no descarta que el retiro está próximo ya que, si bien sus conocimientos están intactos, físicamente enfrenta algunas complicaciones relacionadas con sus 84 años de vida.
Agregó que en todos sus logros y retos siempre ha tenido el apoyo de su familia por lo que el domingo, Día del Maestro, lo disfrutará con ellos.
Concluyó que uno de los consejos que les puede dar a los nuevos profesores, es que no dejen de prepararse y de aprender, ya que tienen la responsabilidad de instruir a las siguientes generaciones y de alguna manera son ejemplo, por lo que les recomendó ser prudentes y cuidados con sus acciones. “Hay que ser una persona muy honorable para la impartición de la cátedra”, finalizó.