La iniciativa de reforma electoral de AMLO
(ÚLTIMA DE 2 PARTES)
Continuando con los temas contemplados en la iniciativa de reforma constitucional en materia electoral, que el presidente Andrés Manuel López Obrador presentó el pasado 28 de abril en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, y de los cuales en la colaboración de la semana que precede se trató lo referente a: financiamiento de los partidos políticos; acceso de los partidos a radio y televisión; unificación de las autoridades electorales administrativa y jurisdiccional y extinción de los organismos públicos locales (OPLE´S) y tribunales electorales de las entidades federativas, y; conformación del Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC) y de la Sala Superior del TEPJF, ahora corresponde comentar los tres temas restantes.
La elección de los diputados federales y de los senadores mediante un sistema de listas por entidad federativa, además de la eliminación de los 200 diputados federales plurinominales, y de 32 senadores por el mismo principio, también es una propuesta acorde con lo que los mexicanos vienen exigiendo desde hace varios lustros, pues se abusó de dicha modalidad de elección, perdiendo su sentido original establecido con la reforma electoral de 1977, que era el de buscar una mayor representación de los partidos políticos, y no de determinada casta política. El prescindir de tales legisladores de representación proporcional, definitivamente redundaría en un gran ahorro para el país.
La propuesta anterior, entre otros propósitos, tiene el de que quienes aspiren a ser diputado federal o senador, ya sean propuestos por algún partido político o de manera independiente, se vean obligados a realizar campaña territorial para poder hacerse del mayor número de adeptos y así ser considerados en la prelación de las listas correspondientes. El objetivo que se persigue es bueno, pero también se presta para que, en los primeros lugares de las listas respectivas, se coloque a personajes privilegiados quienes, si lo desean o no, se esforzarán para que sus demás compañeros candidatos también tengan la posibilidad de obtener una curul.
Por otra parte, por fin, se está considerando el establecimiento del voto electrónico, cuya desconfianza ya está superada en gran medida, pues las experiencias en algunas entidades federativas y en otros países, hacen ver que existen mecanismos para evitar su vulnerabilidad. El beneficio sería mayúsculo, tanto en el ahorro de recursos humanos, materiales y económicos, como en el tiempo que los funcionarios de casilla y los representantes de partido le tienen que invertir durante el día de las elecciones, entre otras cuestiones.
El manejo de una urna electrónica no tiene mayor complicación, por lo que los medios y tiempos utilizados para la capacitación de quienes integren las mesas directivas de casilla, se reducirían ampliamente. El papel utilizado en los manuales para tales integrantes, como el destinado para las actas generadas durante la jornada electoral y a las boletas electorales, pudiera ser eliminado en su mayoría, generando muy considerables ahorros.
Esos errores que suelen cometerse por el elector a la hora de votar, así como por los funcionarios de casilla al momento de llenar las actas y demás documentos a que haya lugar, con el voto electrónico se evitarían casi por completo, y el tiempo que se invierte hasta pasada la media noche en el escrutinio y cómputo de la votación, que en las últimas elecciones ha venido inhibiendo la participación ciudadana en la recepción de los sufragios, tendría un cambio abrupto, ya que prácticamente dependería de oprimir algún botón para que se imprimieran las actas respectivas, para que sean firmadas por los funcionarios de casilla y representantes de partido político y de candidatos independientes, pudiendo así estar en condiciones de retirarse a sus domicilios media hora o una hora después del cierre de las casillas. Esas serían algunas de las bondades en el supuesto de que sea aprobada la votación electrónica.
Como último tema de la iniciativa presentada por el presidente López Obrador, se encuentra el relativo a la reducción de integrantes de congresos locales, ayuntamientos y alcaldías, que también contempla un criterio poblacional para la determinación del número de dichas figuras. Una uniformidad sumamente necesaria, para evitar la amplia disparidad, exageración y abusos en los estados del país. Por ejemplo, un caso que llama la atención, es el de Campeche, que con una población de 928,363 habitantes de acuerdo con el Censo de 2020, actualmente cuenta con 35 diputados, y si lo comparamos con el estado de Chihuahua que reporta una población de 3,741,869 habitantes de conformidad con el Censo referido, y con 33 diputaciones, indudablemente viene a ser un verdadero exceso. Con la multicitada iniciativa, a Campeche le corresponderían 15 diputaciones y a Chihuahua 20. A nivel nacional, de acuerdo con la información contenida en la propuesta presidencial, existen 1,113 diputaciones locales, y habría una reducción de 459 de ellas, quedando un total de 654.
De la misma manera y para similar propósito, se regularía el número de regidores en los ayuntamientos del país y de las alcaldías de la Ciudad de México, que en términos generales también resulta positivo. Como resultado del criterio poblacional para determinar el mencionado número de regidores, al municipio de Chihuahua le corresponderían siete regidurías y al de Juárez nueve, los que actualmente cuentan con once. En cuanto al municipio de Cuauhtémoc que a la fecha tiene nueve regidurías, con la iniciativa en cuestión se reduciría a tres.
Si lo anterior se ve y se analiza desde el enfoque privilegiado de las organizaciones políticas, definitivamente les incomodará y hasta les “encabritará” tales reducciones, pues ya no serían tantas las personas que seguirían disfrutando de las mieles del poder. Pero si lo vemos desde el punto de vista de una sociedad soslayada y harta de tantos abusos, el resultado sería todo lo contrario.
Esperemos que la iniciativa que nos ocupa, que en su mayoría contiene aspectos positivos, prospere y sea complementada favorablemente para bien de los mexicanos. Afortunadamente, ya ha habido de parte de los partidos de oposición propuestas de reforma constitucional sobre la materia en comento, con lo que pudiera quedar atrás la cerrazón y lograrse los acuerdos a que haya lugar.
Por lo pronto, con sus respectivas propuestas, el presidente López Obrador, el PAN y el PRI, coinciden en la implementación del voto electrónico. ¡Enhorabuena!