Ven mejor que nosotros
El ser humano no tiene mala vista en comparación con algunos animales, pero hay otros que eclipsan nuestra capacidad
Los Angeles— Heredado de nuestros ancestros arborícolas, a quienes la visión a todo color los beneficiaba para elegir qué frutos comer, y el cálculo de distancias les ayudaba a saber a qué rama podían llegar a saltar sin caerse. De todos nuestros sentidos, la vista es el más desarrollado.
Sin embargo, no somos, ni de lejos, la especie animal con la mejor vista. En este listado destacaremos tres.
EL CERNÍCALO, Visión ultravioleta
En la retina de nuestros ojos hay dos tipos de células receptoras de la luz, los bastones y los conos. Los bastones son células especializadas en captar la intensidad de la luz, y es la que nos permite ver en condiciones de penumbra. Los conos, por su parte, se excitan a determinadas longitudes de onda, y por tanto, nos permiten ver los colores. Los conos necesitan una intensidad de luz relativamente alta para activarse, por ese motivo, cuando hay poca luz distinguimos los objetos pero nos cuesta ver colores.
En el ojo humano hay tres tipos de conos, los L, que perciben la luz roja, los S, que se encargan de las longitudes de onda correspondientes al azul, y los M, que se excitan ante la luz verde. Nuestro cerebro compone, por tanto, todos los colores a base de estos tres colores: rojo, verde y azul. Tenemos una visión tricromática. Las aves cuentan con seis tipos de conos.
El pulpo, visión polarizada
El pulpo es un animal fascinante, capaz de proezas que resultan impresionantes. Entre sus múltiples capacidades excepcionales, quizá una de las más sorprendentes es su capacidad de percibir la polarización de la luz.
Los pulpos pueden ser entrenados fácilmente para elegir objetos con un patrón determinado —una forma, un color, un brillo, un contraste, o incluso una cantidad— y transferir el aprendizaje para seleccionar objetos que tengan patrones similares pero no idénticos.
A mediados de los años 90 del siglo pasado, un grupo de investigadores se preguntó si los pulpos serían capaces de detectar el contraste producido por variaciones en la orientación de la polarización, cuánto contraste podrían llegar a reconocer, y si podrían relacionar objetos basándose en sus patrones de polarización de la luz.
El estomatópodo, la visión del superhé roe
El sistema visual más complejo conocido de todos los animales es el de los estomatópodos, también llamados mantis marinas. Y quizá, de todas las especies del grupo, el caso de Neogonodactylus oerstedii sea el más impresionante.
Presenta al menos 16 tipos distintos de células fotorreceptoras –cuatro veces más que los seres humanos–, de las cuales la mitad está relacionada con la percepción del color. En nuestros ojos, cada cono –recordemos, rojo, verde o azul–solo presenta un pigmento visual, llamado opsina, que se excita con una determinada longitud de onda. Sin embargo, en los 8 fotorreceptores dedicados a la percepción del color de los estomatópodos hay un total de 33 opsinas.
De ellas, 20 son sensibles a longitudes de onda corta, y abarcan tres áreas del rojo, tres del naranja, cuatro del amarillo y hasta diez de tonos distintos de verde; otras 10 son sensibles a longitudes de onda media, e incluyen cuatro receptores para el cían, dos para el azul, y cuatro para el violeta; las tres opsinas restantes reciben distintas longitudes de onda del ultravioleta.