¿Qué son los pensamientos negativos o rumiantes? Parada del pensamiento: ¿en qué consiste?
Pensar es aquella actividad a la que nos alientan tanto, pero que para algunas personas se convierte en una trampa. Una de las técnicas para sortear los inconvenientes es la parada del pensamiento.
La misma se recomienda cuando el tipo de pensamientos que vienen a nuestra cabeza se tornan repetitivos, negativos y parecen no tener escapatoria.
Los pensamientos negativos suelen presentarse como automáticos, recurrentes y asociados a emociones negativas. La persona los vive como intrusivos, pues aparecen de la nada y luego no es posible deshacerse de ellos. También son pensamientos que suelen adoptar una forma extrema, absolutista y polar, como si se tratara de todo o nada. No contemplan matices ni intermedios.
Incluso se refuerzan a sí mismos bajo ideas como “soy y así y jamás podré cambiar”. Por eso mismo, se agrandan cada vez más en un flujo ininterrumpido. Asimismo, estos pensamientos van de la mano de emociones displacenteras (malestar, tristeza, ira), que a su vez impactan en las conductas. Pienso, me siento y actúo condicionado por ellos. De modo que, con el tiempo, pueden desencadenar problemas mayores, como ansiedad, manifestaciones psicosomáticas y depresión.
Parada del pensamiento: ¿en qué consiste?
La parada del pensamiento es una técnica que se emplea con la intención de detener un bucle de pensamientos negativos y rumiantes. Estos se reproducen en automático y la persona siente que tiene poco control sobre ellos. Luego empieza a experimentar ansiedad y un malestar intenso que se torna insoportable. Entonces, esta es una de las tantas estrategias que se emplean para detener los pensamientos negativos e intrusivos.
¿Cómo implementar la parada del pensamiento?
Una de las maneras consiste en emplear o hacer algún movimiento que capte nuestra atención. Así se interrumpe ese flujo de pensamientos y el cerebro presta atención a otro estímulo. Por ejemplo, dar un pequeño golpe sobre la mesa o hacer un chasquido con los dedos.
Otra de las formas es elegir alguna palabra que usaremos cada vez que experimentemos esta ansiedad. Por ejemplo, “basta”, “no”, “detente”.