Nuevas tendencias juveniles
CDe acuerdo a lo visto en los diferentes planteles educativos, sobre todo de nivel medio superior y superior, destacan las ideologías que varios estudiantes han adoptado, la libertad o libertinaje ha sido el escudo que hoy más defienden.
Por su misma edad, es recurrente a estas manifestaciones que apoyan la libertad en su máxima expresión, a veces distorsionada, apoyándose en dependencias de gobierno que los defienden activamente, cuando dichos estudiantes se sienten discriminados, desde acciones razonables hasta cuestiones inverosímiles.
Prácticamente, el Estado ha dado las herramientas para que los hijos, no dependan de la familia, mucho menos de una educación escolar. Es el gobierno mismo quien está dictando la nueva cultura.
Los diversos programas de televisión, películas y demás series, mantienen a los jóvenes poseídos de dicha información, es ahí donde se dictan las nuevas leyes del comportamiento y de la obediencia o desobediencia. Los libros les son difícilmente amigables, por tal motivo recurren a lo actual, videos y redes sociales con datos muy pegajosos y contenidos cortos. La asesoría externa es algo que está de moda, sobre todo al ver que su comodidad está en juego.
Al amparo, de las dependencias de gobierno, asociaciones escolares y algunas instancias internacionales hacen cada día más complicada mantener una comunicación formal con los jóvenes, los padres han dado la razón, las escuelas, no se diga. Los tutores de familia de una institución de nivel medio superior privada, en Ciudad Juárez, comentan que, al hablar de reglas y disciplina con sus retoños, se termina toda comunicación, estos exigen sus derechos y justificaciones que impiden disciplinarlos.
Hoy en día, algunos escolapios, se amparan para poder evadir las reglas escolares, el corte de cabello, uniforme escolar, portar cinto y demás reglas, disciplinares, son aspectos que están dejando de ser formativos y sobre todo forzosos. Los estudiantes apoyados por instancias como el Conapred, manejan como discriminación las reglas anteriores, con ello se amparan y la institución o el educador, nada podrán hacer, a no ser de entablar desgastante alegato penal.
Podrían ser considerados mínimos detalles sin importancia, como el corte de cabello, pero con esos “detalles” se comienza la formación educativa. Algunas disposiciones de gobierno están provocando un desacato y rechazo al orden por parte de los aprendices, sobre todo en nivel preparatoria.
Una cosa es discriminar y otra la formación, pero el continuar con ese tipo de defensa, será complicado educar, la autoridad del profesor ha ido mermando, quizá próximamente, solo fungirá como una “figurilla” dentro del aula.
Ha pasado el tiempo donde los profesores gozaban de plena confianza por parte de los padres de familia, encargándoles a su vástago, sabiendo que serían corregidos o “enderezados”, según fuera el caso. Hoy en día, pobre de aquel docente que llame la atención o corrija de manera estricta a un bachiller, para comenzar, será evidenciado y demás acciones que hagan rodar su imagen.
Llegó el tiempo que los hijos demandan a los padres, al igual que a las instituciones que les brindan las herramientas para la vida. Ahora los patos tiran a las escopetas.
Ante la situación actual, es necesario que los padres blinden a sus hijos en casa, si desean mantener una conducta equilibrada con ideas centradas en valores y principios básicos en la ciudad, como el respeto social.
Embalsamar de diálogos y consejos continuos con base en los derechos humanos, buenas prácticas humanitarias y tolerancia. Defendiendo el posicionamiento de pensamientos que fomenten una vida digna y sana en la comunidad.