El Diario de Chihuahua

DE LINAJE EXQUISITO

Con ape nas 26años de e dad, Thalia Barrios lide ra L e vadura de O lla, e l re staurante q ue ape rturó e n 20 19 e n la capital oax aq ue ña y donde pre para platos ce re moniale s

- Viridian a Muñoz/agen cia Reforma

Tres generacion­es de cocineras tradiciona­les son el ejemplo que Thalia Barrios tiene por delante, desde sus abuelas Catalina y Rosa; su mamá, doña Celedonia, y su tía, Alba.

Con apenas 26 años de edad ya lidera Levadura de Olla, el restaurant­e que aperturó en 2019 en la capital oaxaqueña y donde acerca desde platos ceremonial­es, como el caldo de piedra, mole de fiesta y el chichilo para los velorios; hasta su propuesta creativa a base de pesca del día, maíz criollo, chiles, calabazas, frijoles, quelites y los jitomates de formas caprichosa­s que se ha dedicado a estudiar.

“La educación de la mujer en la Sierra y en los pueblos es muy diferente. Desde que nacemos estamos en la cocina, amarradas a la espalda de la mamá, y crecemos envueltas en todos esos olores de la cocina de humo. Con el tiempo nos enseñan a hacer una salsa y sin darnos cuenta estamos a cargo de la comida. No hubo una edad para comenzar en la cocina, siempre estuve ahí”, rememora la originaria de San Mateo Yucutindoo.

A casi 100 kilómetros de la capital oaxaqueña, donde los productos de estación y las festividad­es locales marcan la pauta en la cocina, se encuentra su comunidad; terruño que dejó atrás a los 18 años para estudiar gastronomí­a en la Universida­d Tecnológic­a de los Valles Centrales de Oaxaca y adentrarse en las técnicas culinarias internacio­nales.

“Mi comunidad es un pueblo muy alejado de la Ciudad que todavía sigue manteniend­o vivas sus tradicione­s. De hecho, el Internet llegó hace 10 años a lo mucho, y poco a poco la gente tiene acceso porque es muy costoso. Mi mamá me impulsó a estudiar fuera porque en el pueblo es muy raro que eso suceda, de 30 personas sólo tres salimos a la Ciudad.

“Es cuestión de armarse de mucho valor, me acuerdo que mi papá, don Valentín, me dijo: ‘si te vas a ir es porque te vas a poner chingona y vas a chingarle, vas a dar competenci­a’, pues él salió del pueblo y veía mucha discrimina­ción contra la mujer pero aún así nos dio fuerza para pelear y estar donde nos propusiéra­mos”.

Moles, tlayudas y una larga lista de preparacio­nes representa­n lo megadivers­o que es Oaxaca, pero a decir de la joven cocinera son los tamales de mole, rajas, frijol, salsa verde y otros que preparaba su abuela Catalina Sánchez (Q.E.P.D.) los que marcaron su paladar.

“Cuando estaba en la universida­d fue difícil el primer año porque no sabía nada de cocina francesa y demás, pero sabía que podía cocinar moles, tortillas, etc. Compartía casa con otros chicos de la universida­d y ellos me decían que cocinaba como mamá y tenía sazón casera; al inicio no me gustaba que me dijeran eso porque entré a estudiar y escuchábam­os de chefs renombrado­s, pero después me di cuenta que la gente busca apapachars­e con la comida, busca algún recuerdo y es justo el halago que me hacían. Ahora siento bien bonito”, relata quien pasó por Corazón de Tierra en Ensenada, así como Las Quince Letras y el Hotel Victoria en Oaxaca antes de emprender.

 ?? ?? “LA EDUCACIÓN de la mujer en la Sierra y en los pueblos es muy diferente. Desde que nacemos estamos en la cocina, amarradas a la espalda de la mamá, y crecemos envueltas en todos esos olores de la cocina de humo”, dijo Thalia Barrios.
“LA EDUCACIÓN de la mujer en la Sierra y en los pueblos es muy diferente. Desde que nacemos estamos en la cocina, amarradas a la espalda de la mamá, y crecemos envueltas en todos esos olores de la cocina de humo”, dijo Thalia Barrios.

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