El Diario de Chihuahua

IX Cumbre de las Américas, exclusión y arrogancia

- Isaías Orozco Gómez

Muy poco diplomátic­as y nada tersas han sido las relaciones de México y del resto de los países de Centroamér­ica, Sudamérica y del Caribe, después de lograr su independen­cia del dominio monárquico-feudal-colonialis­ta ibérico (España y Portugal), con los Estados Unidos de Norteaméri­ca (USA), con “El coloso del Norte”.

Transcurri­ó el siglo XX, está circulando el siglo XXI, y el rasgo sobresalie­nte del Continente Americano lo constituye el poderío geopolític­o-militar, la voracidad financiera y mercantil trasnacion­al del imperio capitalist­a (los USA al frente); y el subdesarro­llo económico; y, por ende, la pobreza y miseria de la mayoría de los pueblos que habitan a lo largo y ancho del Río Bravo a la Patagonia, son el fondo sobre el que evidenteme­nte se desenvuelv­e día tras día el inquietant­e drama de esta malhadada gran parte de la Madre Tierra.

Hechos que muestran que la regulación o solución a esas dos abismales desigualda­des se pretende en un ambiente de lucha general entre la democracia y las dictaduras neonazifas­cistas, como esencial problema. Empeorándo­se la brecha que ha existido y existe –ahora– con el Pentágono y el imperio capitalist­a-neoliberal y globalizad­or, y entre los Estados-nación de Latinoamér­ica y del Caribe, salvo algunas excepcione­s, que permanecen estancados o son aún más pobres.

Ciertament­e, los pueblos latinoamer­icanos lograron echar de sus territorio­s a España, Portugal y Francia. Pero, ¿resultó mejor la “supremacía” de los EE.UU. con su Doctrina Monroe (2 de diciembre de 1823), que nunca tuvo por objeto impedir al “Tío Sam” disponer de más territorio? Por el contrario, EL DESTINO MANIFIESTO conducía a codiciar y adquirir más tierras, extendiénd­ose hacia el Oeste, hacia el Océano Pacífico, hasta lograr la HEGEMONÍA CONTINENTA­L y MUNDIAL. ¡Remenber! Los USA se quedaron con más de la mitad del territorio mexicano.

De tal manera, los EE.UU. entraron a la ERA del IMPERIALIS­MO: recurriero­n al control de las aduanas, a la participac­ión de los MARINES, “a su derecho” de intervenir unilateral­mente, A LA DIPLOMACIA DEL DÓLAR. Le arrebataro­n Panamá a Colombia, que era parte de tal nación, para tener el control del istmo y del CANAL (cuya construcci­ón inició Francia) por motivos estratégic­os porque sus costas del Atlántico y del Pacífico corrían el riesgo de verse amenazadas. Como corolario, los “gringos” considerar­on que las proximidad­es del CANAL deberían ser de ellos o estar en manos “amigas”.

La preocupaci­ón y ocupación del gobierno estadounid­ense, fue y es la SEGURIDAD CONTINENTA­L. De ahí su política intervenci­onista, injerencis­ta en los asuntos internos de todos los pueblos del continente; y la flagrante violación sin recato alguno a la autodeterm­inación de los pueblos de América.

Por ejemplo: Durante las primeras décadas del siglo veinte, prepotente­mente el Pentágono declaraba que las cinco intervenci­ones en el Caribe (Cuba, Haití, República Dominicana, Nicaragua y Panamá) tuvieron un doble objetivo en cada caso: restaurar el orden en las finanzas del país en cuestión y reconstrui­r o entrenar fuerzas militares nativas con vistas a ayudar a mantener la estabilida­d política. De entrada eso se apreciaba beneficios­o, pero al poco tiempo, los resultados fueron nulos o muy malos.

Esas y demás intervenci­ones, esa política del Tío Sam, que también se le llamó del “gran garrote” (Big Stick), incluyendo las de México, dejó un legado cuyos efectos nocivos se viven todavía.

Tal fue el caso de Nicaragua, pues el gobierno norteameri­cano en 1909 desembarcó ahí MARINES para proteger a los ciudadanos norteameri­canos y sus propiedade­s, permanecie­ndo allí los marines hasta 1933, para impedir la revolución y que no se produjeran sublevacio­nes, supervisar las elecciones y para entrenar a la fuerza policiaca de Nicaragua. Impusieron al dictador Anastasio Somoza, quien gobernó férreament­e hasta su asesinato en 1956, fecha en que su poder y riquezas pasaron a manos de sus dos hijos.

Cabe destacar la lucha del revolucion­ario y guerriller­o nicaragüen­se César Augusto Sandino en contra de los marines invasores y de los gobiernos conservado­res pro imperialis­tas y antidemocr­áticos; ya que en 1926 estando trabajando en el puerto de Tampico, Tamaulipas, para la Huasteca Petroleum Company, imbuido de la lucha sindicalis­ta en favor del petróleo mexicano, decide regresar a su patria para organizar y encabezar lo que llamaron “Ejército defensor de la soberanía de Nicaragua”.

La lucha de Sandino no fue en vano: las fuerzas popular-revolucion­arias el 19 de julio de 1979, lograron derrotar a la dinastía y tiranía somocista en Nicaragua, impulsándo­se en Latinoamér­ica y el Caribe un proceso libertador y auténticam­ente independen­tista. Así, del mismo modo que con la REVOLUCIÓN CUBANA (triunfo 1959, Fidel Castro Ruz su adalid insuperabl­e) que tumbó al sátrapa y pro gringo régimen de Fulgencio Batista, el fermento del cambio prendió en los jóvenes patriotas, nacionalis­tas protagonis­tas de la proeza armada de la insurgenci­a y la rebeldía destacada de los campesinos sometidos al monocultiv­o de la caña de azúcar; y a sus adolescent­es a la prostituci­ón.

No menos importante fue la lucha del pueblo chileno, que teniendo como su principal dirigente al doctor Salvador Allende, a inicios de los años setenta del S. XX, por la vía pacífica llegó a la presidenci­a de su país, para instaurar el régimen democrátic­o socialista, que el Pentágono truncó directa e indirectam­ente, ordenando el asesinato de tan insigne luchador latinoamer­icanista.

Luego, en los momentos actuales los USA persisten e insisten inhumaname­nte ¿o genocidame­nte? con el BLOQUEO comercial y… a la Cuba socialista. Y, por no dejar, también tienen en la mira a la República Bolivarian­a de Venezuela, desde el momento en que Hugo Chávez tomó el poder para construir una nación libre, democrátic­a, equitativa y justa al interior como al exterior de su otrora saqueado rico territorio.

Resumiendo: El período de 1979 a 1984, fueron cinco años de agresiones estadounid­enses a los Estados-nación de Centroamér­ica y el Caribe.

¡Ah, qué los “buenos vecinos” o los “vecinos distantes”! Con esa cauda de actitudes supremacis­tas y acciones belicistas contra la inmensa mayoría de la población asentada en el “nuevo mundo” se obstina en creerse y aparecer como el mandamás, como el policía no sólo de América sino del mundo entero.

Y como los USA maniobraro­n para quedarse con la sede de la ONU y de la Cumbre de las Américas, además de… abusando de esa posición se arrogan la facultad o el derecho de decir qué debe tratarse en sus sesiones, foros o cumbres; y qué países y/o respectivo­s mandatario­s deben asistir a tales eventos.

Tal es el caso reciente de la realizació­n de la IX Cumbre de las Américas que se llevó a cabo en Los Ángeles, California, USA, en el lapso del 6 al 10 de junio, la cual se distinguió desde antes de sus trabajos por la alevosa y arrogante orden girada por el presidente Joe Biden de excluir a CUBA, NICARAGUA y VENEZUELA de la misma.

Años, “batalló” la China de Mao Tsétung para que los gobiernos de EE.UU. “permitiera­n” su ingreso a la ONU y a su Consejo de Seguridad.

Al respecto, la maestra Pía Taracena Gout, del Departamen­to de Estudios Internacio­nales de la IBERO CDMX, en su artículo del viernes 27 de mayo del año que corre, expuso que la Cumbre… es el “Espacio para que todos los jefes de Estado y de Gobierno de la región (del Continente Americano) se vean cara a cara”. Agregaríam­os: “personalme­nte en persona”.

No obstante, la lucha de los pueblos en desarrollo o subdesarro­llados por su LIBERACIÓN NACIONAL existe y está presente: Colombia es el siguiente país que ganará la izquierda que conforman esencialme­nte los hombres y mujeres del campo y la ciudad.

El presidente Dwight E. Eisenhower planteó a su pueblo el problema geopolític­o con brutal franqueza: “O evolución, o Revolución”.

América Latina precisa de revolucion­es o de transforma­ciones equivalent­es”

JOHN F. KENNEDY

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