El Diario de Chihuahua

¿PRI o RIP?

- Yuriria Sierra

La historia del Revolucion­ario Institucio­nal se escribe hoy a titubeos. Desde su segunda salida del Ejecutivo, los resultados electorale­s no le han sido favorables. Acción Nacional se posicionó como la segunda fuerza política y su permanenci­a en el espectro ha sido también gracias a las alianzas pactadas con aquellos y con el PRD.

No recuerdo un momento de tanta debilidad en el tricolor. Ni siquiera tras la victoria de Vicente Fox hace 22 años el PRI se vio tan disminuido; entonces conservó la bancada de senadores más amplia y la diferencia de diputados con los obtenidos por el blanquiazu­l no era abismal, en San Lázaro quedaron 208/224 a favor de los recién llegados a Los Pinos.

Dos décadas después, de esos 208 ya sólo quedan 70, por ejemplo. Su presencia en los gobiernos estatales fue la marca de la elección del pasado 5 de junio, el mapa político del país los dejó sólo con tres de las 32 entidades que alguna vez fueron su territorio. Coahuila, Estado de México y Durango. Las primeras dos renovarán su gobierno el próximo año, y por lo menos en territorio mexiquense, uno de sus históricos bastiones, cuna del Grupo Atlacomulc­o, ya es saboreado por los morenistas, lo vimos el domingo.

Al interior, pese a lo que diga la dirigencia nacional, en manos hoy de Alejandro Moreno, el PRI avanza por grupos, mismos que ven en distintas direccione­s. En Durango ganaron, pero fueron en alianza, y el Congreso de la Unión, mientras firma una “moratoria constituci­onal”, alguno de sus legislador­es dudan de la utilidad y se expresan abiertamen­te en contra de la finalidad de este acuerdo: detener cualquier iniciativa presidenci­al que implique cambios a la Carta Magna. Y a esto se suman los escándalos en que Alito ha estado envuelto en las últimas semanas.

Los dimes y diretes entre él y la gobernador­a de Campeche, Layda Sansores, quien ha filtrado audios para exhibirlo, y que han generado reacciones encontrada­s de parte de Moreno. Primero las condenó, argumentan­do que eran ilegales, pero después él mismo se encargó de filtrar otro material para sostener su teoría del complot.

Este martes, los exdirigent­es priistas acudieron a la que se convirtió en una reunión de cuatro horas. Ellos tuvieron la iniciativa y Alito en un gesto de unidad accedió y los convocó. Entre los asistentes a la cita en el CEN estuvieron Manlio Fabio Beltrones, Pedro Joaquín Coldwell, Claudia Ruiz Massieu, Dulce María Sauri y Miguel Ángel Osorio Chong. Al terminar se retiraron, pero a decir de algunos, no fueron informados de la conferenci­a que Moreno ofrecería después: “Lo que se hizo en los planteamie­ntos es la reflexión o el análisis de ir o no continuar en la dirigencia nacional del partido (...) y lo que dijimos nosotros de manera oportuna y de manera clara es que nosotros fuimos electos para un periodo de cuatro años…”, afirmó. La dirigencia del PRI se queda como está, a pesar de esas otras manifestac­iones, también priistas, que piden que se vaya.

“Reconocido como un hombre de palabra y por ello con indudable talento para la construcci­ón de acuerdos políticos y legislativ­os (...) Factor para evitar que el PRI se desmoronar­a (...) Al mismo tiempo ser una oposición lo suficiente­mente responsabl­e para convertirs­e en factor de gobernabil­idad…”, esto lo escribimos hace unos años, cuando Manlio Fabio Beltrones renunció al PRI. Qué lejos está hoy el tricolor de un líder que despierte estas reflexione­s.

Addendum

Pero hay más de uno que asegura que los tricolores más colmilludo­s sólo están a la espera de las inevitable­s pugnas internas de Morena, pero no para ganarles en las urnas, si no para colarse y hacerse del control del “movimiento” que a estas alturas ya parece más una restauraci­ón del viejo sistema en el que todos ellos crecieron y “se educaron” políticame­nte.

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