¿ES EL FIN DE LA CORBATA?
Conoce la opinión de los expertos acerca de este accesorio masculino
Ciudad de México— Una de las 'conquistas' que trajo la pandemia al hombre fue la liberación de la corbata, porque si bien es un accesorio milenario e histórico que agrega poder, relevancia y presencia, la verdad es que a muchos no les hacía gracia usarla en el día a día.
El encierro aceleró significativamente el descenso de la venta de este accesorio, que supuestamente nació en Francia en el siglo 17, como antecedente de los pañuelos que utilizaban los mercenarios croatas.
Hoy, muchas marcas masculinas admiten que las ventas cayeron hasta en un 50 por ciento respecto a antes de la reclusión en el mundo.
A esto hay que agregar que este pedazo de tela, que puede ser vehículo de tantos mensajes culturales y sociales, ya venía siendo un poco relegada, desde el famoso 'casual Friday' de los 90, hasta la llegada de nuevas generaciones de consumidores que prefieren la libertad y la comodidad ante todo.
"Desde que los millennials empezaron su vida laboral inició la 'casualización' del traje formal, que terminó por permear diferentes eslabones en el ámbito laboral. Y precisamente una de las características de esta generación es que cuestionó muchos aspectos, entre estos el uso de la corbata y el traje formal tradicional, los cuales se vieron cada vez más relegados a ocasiones de uso específico, desde una reunión importante, hasta un evento como un matrimonio", afirma la experta María Pascua de la consultora WGSN.
Así, la cuarentena que hizo que el mundo se guardara en casa desde principios del 2020 llegó a normalizar el home office, en donde no era necesaria la corbata, porque el nuevo consumidor ya no está dispuesto a renunciar a la comodidad que ya conquistó, además de que se corrió la voz de que este complemento podía ser un vehículo ideal para transmitir el virus.
De esta manera, hoy la corbata todavía en una realidad híbrida, que mezcla lo presencial con lo virtual, aparece sólo en ocasiones especiales, pero se niega a desaparecer.
Por otro lado, los diseñadores parecen seguir empeñados en mostrarla en los desfiles, como ha sucedido en las principales capitales de la moda. Quizás porque representaban un importante segmento de ventas en firmas como Hermès, Zegna o Boss.
Sin embargo, aunque en este mundo cambiante no sabemos lo que pasará en unos meses, y la corbata esté disminuida, la verdad es que también está evolucionando para adaptarse a la nueva realidad.
Así, aun cuando su regreso triunfal como un accesorio diario que proveía status sociales y expresión personal no se ve próximo, las corbatas seguirán allí, esperando mejores oportunidades para recobrar su brillo.