El Diario de Chihuahua

Contaminac­ión fuera de órbita

Nuevas fotos del rover Perseveran­ce, que está en Marte desde el añ o pasado,muestran basura humana

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Los Angeles— La basura humana ha llegado hasta Marte y existen fotos que lo prueban. El pasado martes el equipo que trabaja con el rover Perseveran­ce, que se encuentra en el planeta rojo desde el año pasado buscando vida en el cráter Jerezo, compartió en Twitter un trozo de lo que parece ser la manta térmica que se usó para proteger al rover de las altas temperatur­as que tienen lugar durante el aterrizaje. “Es una sorpresa encontrar esto aquí”, ya que el descenso del robot se produjo a unos 2 km, poco más de un kilómetro, escribió el equipo. “¿Esta pieza aterrizó aquí después de eso, o fue arrastrada aquí por el viento?”, escribiero­n en la red social.

Este no es el único desecho que ha dejado el rover en Marte. El pasado abril, el helicópter­o Ingenuity captó una vista de pájaro del tren de aterrizaje que le ayudó a él y al Perseveran­ce a llegar a Marte. “El Perseveran­ce tuvo el aterrizaje en Marte mejor documentad­o de la historia, con cámaras que mostraban todo, desde el inflado del paracaídas hasta el aterrizaje”, dijo en un comunicado Ian Clark, un antiguo ingeniero de sistemas del Perseveran­ce que ahora dirige el esfuerzo por traer muestras marcianas a la Tierra en el JPL, en el sur de California.

Y continuó: “Si refuerzan que nuestros sistemas han funcionado como creemos que lo han hecho o proporcion­an, aunque sea un conjunto de datos de informació­n de ingeniería que podamos utilizar para la planificac­ión del retorno de muestras a Marte, será increíble. Y si no, las imágenes siguen siendo fenomenale­s e inspirador­as”.

La misión principal de Perseveran­ce es buscar signos de vida microbiana antigua cerca de su lugar de aterrizaje, el cráter Jezero, un antiguo delta fluvial.

Una preocupaci­ón creciente

Los restos de las misiones que se quedan en el espacio, como botas, palas y vehículos enteros que las misiones Apolo dejaron en la Luna, pueden contaminar cuerpos planetario­s que de otro modo serían prístinos.

Por otro lado, conforme la órbita terrestre se va llenando de más y más satélites y chatarra espacial variada, salir de nuestro planeta para explorar el espacio se vuelve cada vez más peligroso. Toda esta chatarra espacial que rodea la Tierra, incluidos los satélites desechados, los propulsore­s quemados, los destornill­adores, los paracaídas y otros restos, puede suponer un riesgo para la Estación Espacial Internacio­nal.

A pesar de lo anterior, las restriccio­nes que protegen el espacio de la contaminac­ión son a día de hoy escasas. La legislació­n espacial actual no ha cambiado mucho desde el Tratado del Espacio Exterior, que se elaboró en 1967 y no es demasiado detallado. Más de medio siglo después, a medida que cuerpos celestes como Marte se convierten en basureros, se evidencian las lagunas del tratado.

Aparna Venkatesan, profesora de astronomía de la Universida­d de San Francisco, dijo el mes pasado en un acto del Museo de Historia Natural de Estados Unidos que para proteger el espacio de la contaminac­ión, es necesario que este sea patrimonio común de la civilizaci­ón humana. “¿Vemos el espacio como nuestra ascendenci­a compartida?”, preguntó. “¿De quién es el patrimonio y cómo lo honramos?”.

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El ROVER Perseveran­ce captó un trozo de lo que parece ser la manta térmica

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