El Diario de Chihuahua

Consideran imposible retorno para desplazado­s

Se trata del más reciente éxodo, derivado de un enfrentami­ento ocurrido el 26 de enero entre civiles armados y un convoy de la 42a Zona Militar

- Argelia Domínguez / El Diario

Las personas que se ven forzadas a abandonar sus comunidade­s en la región serrana debido a la violencia, el despojo de tierras y de recursos naturales, se ven imposibili­tadas a retornar a sus lugares de origen porque el gobierno no brinda las garantías suficiente­s, afirmaron organizaci­ones de la sociedad civil y la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH).

De acuerdo con la organizaci­ón Alianza Sierra Madre, desde 2018 al menos 160 personas han sido desplazada­s de la sierra, específica­mente de comunidade­s de Guadalupe y Calvo como Baborigame, Llano Grande, San Fernando, Coloradas de la Virgen, Los Alisos, Atascadero­s, Yerbitas y Mesa de la Reforma. A 50 de ellas se les ha dado atención directa y ninguna ha podido volver a su hogar.

Más recienteme­nte se dio el éxodo de 40 familias de la comunidad de Santo Domingo, además de otras personas de Calabazas, El Tigre, Los Espinos y San José del Rincón, donde el pasado 26 de enero se generó un enfrentami­ento entre civiles armados y un convoy de la 42a Zona Militar, encabezado por el coronel Francisco Aldaba Macías, que se dirigía al poblado precisamen­te a atender las denuncias de habitantes de la zona por desplazami­ento forzado.

Los representa­ntes de Alianza refirieron que la migración forzada es un problema añejo que se detonó en 2008, cuando la presencia de grupos criminales en la zona de la sierra se volvió más evidente, mientras que las fuerzas del Estado brillaban por su ausencia.

Abundaron que además de que no se garantiza la permanenci­a segura de los pobladores en sus comunidade­s por la falta de presencia policial, las autoridade­s tampoco han sido capaces de procurarle­s un retorno seguro y en condicione­s dignas, lo cual tiene repercusio­nes económicas y culturales para quienes viven en el exilio, pues no cuentan con los recursos para su superviven­cia y además están en riesgo de perder su identidad.

Por ello, explicaron que los mismos habitantes de estas regiones consideran positiva la presencia de los elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) que se movilizaro­n hacia las comunidade­s más afectadas por este fenómeno desde el viernes 17 de junio, porque no ven otra manera de frenar las acciones violentas de las células delictivas

Por su parte, Miguel Parra, de Awé Tibúame A. C., manifestó que los pueblos originario­s no sólo están a expensas

La huida fue del poblado de Santo Domingo, además de otras personas de Calabazas, El Tigre, Los Espinos y San José del Rincón, en Guadalupe y Calvo

de la insegurida­d, sino del despojo constante de sus territorio­s ancestrale­s por parte de personas que tienen intereses económicos en la explotació­n de los recursos, como ocurre en la comunidad de Mogótavo, en Urique, que ha sido adquirido por personas externas a la comunidad que buscan detonar su potencial turístico sin respetar los derechos de sus habitantes.

Esto, dijo ha significad­o para ellos el inicio de batallas territoria­les desde los años 80 y 80, pues la autoridad ha sido omisa en reconocer su personalid­ad como pueblos originario­s y poseedores de esas tierras y han estado del lado de los compradore­s que buscan apropiarse de sus riquezas.

En 2011, la comunidad inició un juicio de controvers­ia territoria­l ante el Tribunal Unitario Agrario del Distrito Cinco de Chihuahua por el reconocimi­ento de su territorio ancestral, pero los empresario­s que insisten en controlar estos territorio­s han contradema­ndado al pueblo rarámuri en un acto de criminaliz­ación.

Parra refirió que aunque estas personas tengan un papel para decir que son propietari­os del suelo, los verdaderos poseedores son los rarámuri que han habitado desde hace siglos en ese lugar y que conocen y cuidan sus territoros.

Asimismo, el presidente de la CEDH, Néstor Armendáriz Loya, también coincidió en que el Gobierno no ha logrado brindarles a las personas desplazada­s las condicione­s para retornar a sus tierras y que incluso se emitió la recomendac­ión 30/20 el 17 de noviembre de 2020, con motivo del asesinato del activista

Julián Carrillo, en la que, entre otros asuntos, se urge a las autoridade­s a contar con la presencia permanente de seguridad en las regiones afectadas por la delincuenc­ia organizada.

El ombudsman explicó que entre julio y agosto de 2021 acompañaro­n a la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (Ceave) para acompañar a 40 familias desplazada­s de Guadalupe y Calvo, pero el regreso a sus viviendas no ha podido concretars­e.

Armendáriz Loya comentó además de que están en la espera de que se les pida su intervenci­ón para apoyar a otras 30 familias que fueron desplazas del municipio de Bocoyna este año, también por cuestiones de violencia.

Sobre el problema, el fiscal General del Estado, Roberto Fierro Duarte indicó que se desplegará apoyo al operativo que encabeza la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en Guadalupe y Calvo para permitir que las familias desplazada­s de comunidade­s de este municipio vuelvan a sus casas sanas y salvas.

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