Condenan asesinato de sacerdotes
Ante el asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos de 79 años y Joaquín Cesar Mora (81), el pasado lunes en Cerocahui, dentro del templo en donde servían, las autoridades eclesiales condenaron estos hechos, exigieron justicia y se solidarizaron con tantas personas que vivieron la misma situación, a la vez que evidenciaron que, ese sufrimiento no genere empatía y atención pública.
Las Arquidiócesis de Chihuahua, Diócesis de la Tarahumara, la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús y el Episcopado Mexicano alertaron que hay una violencia imperante, absurda e irracional que arrebata la vida de tantas personas y llena de inseguridad las comunidades en Chihuahua y en todo el país.
En sendos comunicados de prensa señalaron que el asesinato de los sacerdotes no son aislados, ya que, en la Sierra Tarahumara, como en muchas otras regiones del país, enfrentan condiciones de violencia y olvido que no han sido revertidas.
La Arquidiócesis de Chihuahua, presidida por Constancio Miranda Weckmann a través del sacerdote y vocero, Gustavo Sánchez Prieto señaló que con dolor y tristeza recibieron la noticia de los crímenes en la Iglesia de Cerocahui, dos sacerdotes jesuitas y un laico.
“Nos duele su muerte, otra expresión más de una violencia absurda e irracional, criminal, que arrebata la vida de tantas personas y amarga la vida de familias y llena de inseguridad a nuestras comunidades”, indicó.
“Hasta cuándo,tenemos que soportar esto en México? pregunto al Gobierno Federal”, apuntó el clérigo y, añadió “Hasta cuándo, la pregunta va también a los hermanos que asesinan, podremos vivir en paz? Hasta cuándo?”.
El sacerdote dijo que oran con profunda fe y esperanza en Jesús, Señor de la Vida y piden por el eterno descanso de las almas de los difuntos.
Agregó que dan gracias a Dios por la respuesta generosa de los Jesuitas, y pedían por sus familias.
“Oramos por México y por el mundo entero, hemos despreciado a Dios y la vida humana, que es don suyo, es pisoteada, desde el aborto hasta la violencia organizada”, subrayó el sacerdote Sánchez Prieto.
Señalan que no se trata de un hecho aislado pues en la Sierra Tarahumara, se enfrentan condiciones de delincuencia y olvido que no han sido revertidas