UNA HISTORIA DE ÉXITOS
Tras 25 años de servicio al deporte de Chihuahua, se despide con la frente en alto, el metodólogo cubano nacionalizado mexicano, Adolfo Irineo Del Corral Morales.
Con más de 330 medallas a nivel nacional tanto en olimpiadas, universiadas y primera fuerza así como internacionalmente brindadas a Chihuahua desde su llegada a esta capital en el lejano año de 1997, pasa a convertirse en uno de los grandes preparadores físicos y entrenadores de la historia moderna del deporte en el Estado.
“Cumplo en estos días 70 años y es momento de decir adiós al deporte y a mi querido Chihuahua donde tengo una hija de 17 años llamada Ximena” dijo entre lágrimas en los ojos y agregó “Viajó éste sábado 25 a Miami a reunirme con mis hijos Yohima y Adolfo en busca de la residencia en los Estados Unidos por lo que deberé estar por lo menos un año allá en lo que se hacen los trámites y papeles”, afirmó.
Su llegada a Chihuahua hace 25 años se dio por medio de un convenio deportivo entre la Conade y Cuba pero debido a sus conocimientos y éxitos, el regresó a su país natal nunca se dio y aquí hizo carrera usando su metodología deportiva en un principio para el béisbol con Dorados, Mazorqueros, Algodoneros, Manzaneros y hasta Faraones, así como en el ciclismo con las hermanas Abril y Stefany Tinajero incluso hasta fútbol americano en el Tec de Monterrey y Águilas y más adelante incursionaría en el karate con los hermanos Guillermo y Gabriela Domínguez.
Pero sin lugar a dudas su máximo logró y que lo catapultó a la gloria fue el haber descubierto a Damaris Gabriela Aguirre Aldaz a quien un día la vio en el tochito y la invitó a practicar la halterofilia por el año 2000 ya que le aseguraba un futuro prometedor en esa disciplina.
Adolfo Del Corral no se equivocó en aquel talento ya que la haría olímpica dos veces incluyendo una medalla histórica de bronce en Beijing 2008.
“El caso de Damaris fue muy especial ella siempre mostró agallas, coraje, actitud, fortaleza y deseos de triunfar que en pocos atletas pude constatar y el haber ido a unos Juegos Olímpicos en Atenas 2004, jamás olvidaré”.
Adolfo quien recibió su nacionalización en el 2003, no se arrepiente de nada al contrario se va agradecido con cada uno de los atletas con los que trabajó donde fueron más satisfacciones y alegrías. pero si se va triste por que el Estado no le cumplió con su jubilación al no reconocerles unos años en donde no se aportó para su pensión y hasta el momento no se ha resuelto nada.
“Me duele la falta de voluntades de las autoridades gubernamentales tanto nivel municipal como estatal y de la propia Universidad para poder ayudarme a resolver mi situación actual a la deuda que se tiene de aportaciones de cinco años que ascienden ya a más de 140 mil pesos para poder pensionarme y que no los tengo”, finalizó.