Una traversía llena de miedo, vergüenza y hambre, pero también de esperanza
Judith y su pareja vienen recorriendo miles de kilómetros desde El Salvador y Guatemala huyendo de la violencia que azota sus países
Judith tiene 28 años, es tímida y apenas ve a los ojos, mirada que después de contar su historia se inundaría de lágrimas; ella y su pareja huyeron de El Salvador por la delincuencia que azota al país, una nación donde actualmente se está construyendo una megacárcel para pandilleros.
La travesía fue larga; miedo y vergüenza fueron los principales sentimientos que sintieron al emprender la huida.
"Pero es que no teníamos de otra, allá en nuestro país no teníamos opción, todos los días vivíamos con el miedo de morir a manos del crimen".
Los motivos no los detalló, pero dejó saber que había pasado por experiencias duras que la habían marcado de por vida, dichas experiencias provocadas por la delincuencia.
Abandonó a sus padres, con quienes trabajaba en la siembra y cosecha de chile, así como otros productos que les permitía tener ingresos en su familia.
Sin embargo, las condiciones y oportunidades laborales tampoco le permitían a ella mejorar en lo profesional.
"Lo peor de migrar es el hambre que pasas, son días o incluso semanas en donde apenas pruebas un bocado y no se diga la sed, además de pasar noches en la calle. Es algo que no se lo deseo a nadie", dijo.
Su sueño junto con el de su pareja, que es originario de Guatemala, quien la acompaña en la travesía, es encontrar un trabajo aquí en la ciudad, así como poder encontrar una casa en renta, situación que se torna complicada por su situación y la falta de documentación.
Asimismo, busca la oportunidad de terminar su carrera profesional que es enfermería, pues en la huída, además de dejar a su familia, abandonó sus estudios.
Al preguntarle sobre el siguiente paso a dar en esta búsqueda de "un sueño" como ella lo llamó, dijo: "vienes con la fe y esperanza de encontrar mejores condiciones, gente que te reciba con los brazos abiertos y eso lo vimos aquí en Chihuahua”.