‘Seguir a Cristo, requiere una gran exigencia’
Llama a no excusarse de forma aparente: arzobispo
El arzobispo de Chihuahua, Constancio Miranda Weckmann, ofició ayer la homilía dominical en la Catedral capitalina de manera presencial, donde hizo un llamado a los fieles a ser realmente seguidores de Jesucristo sin excusas banales, ya que se requiere una gran exigencia y compromiso.
Además de la misa en vivo, se respetaron las medidas sanitarias como uso de cubrebocas, aplicación de gel antibacterial, sana distancia, así como la transmisión vía virtual por el portal de Facebook de Notidiócesis.
En su mensaje, el obispo destacó la necesidad de los creyentes en tener fe y hacer lo propio para seguir el camino de Jesús, pero aunque haya tropiezos y justificaciones aparentemente normales, es necesario ser conscientes que Dios pide entrega total, aunque no radical, pero a conciencia para ser mejores seres humanos y respetar a los semejantes.
También, pidió no ser hipócritas para con los demás y predicar con el ejemplo todos los días, no para se vistos, sino para el agrado del Señor y en comunión con el Espíritu Santo.
Esto, lo basó en el evangelio según San Lucas, el cual dice textualmente lo siguiente: “Cuando se completaron los días en que iba a ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros delante de él.
Puestos en camino, entraron en una aldea de samaritanos para hacer los preparativos. Pero no lo recibieron, porque su aspecto era el de uno que caminaba hacia Jerusalén.
Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le dijeron:
Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo que acabe con ellos?
Él se volvió y los regañó. Y se encaminaron hacia otra aldea. Mientras iban de camino, le dijo uno:
Te seguiré a donde quiera que vayas.
Jesús le respondió: Las zorras tienen madrigueras, y los pájaros del cielo nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza. A otro le dijo: Sígueme. El respondió: Señor, déjame primero ir a enterrar a mi padre.
Le contestó: Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios.
Otro le dijo: Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de los de mi casa.
Jesús le contestó: Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás vale para el reino de Dios.