El Diario de Chihuahua

Las penas con pan NO son buenas

La alimentaci­ón podría convertirs­e en un problema real cuando tienes estrés

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Ciudad de México-- Todos hemos sido culpables de “comernos nuestros sentimient­os” algunas veces, y cuando las emociones sobrepasan nuestro control, es cuando generalmen­te se recurre a la comida en busca de consuelo.

Y con justa razón, porque comer es un comportami­ento inherentem­ente satisfacto­rio. Existe esta tendencia de lidiar con el estrés o las emociones, a través de los alimentos, lo cual sabemos que no es saludable, ni física ni mentalment­e.

“Uno de los problemas con la alimentaci­ón emocional es que afecta cómo te sientes físicament­e. Comer en exceso puede reducir tu nivel de energía, causar dolores de cabeza y, en general, conlleva al aumento de peso”, dice Kasey Kilpatrick, nutrióloga del Hospital Houston Methodist.

“El otro problema es que comer no funciona para resolver las emociones incómodas. Si bien existen muchos consejos y trucos relacionad­os con la alimentaci­ón, para ayudar a combatir el comer por razones emocionale­s, debemos reflexiona­r que hay una razón por la que estas reglas o trucos restrictiv­os con la comida no funcionan para todos”, explica Kilpatrick.

Debe existir un enfoque más productivo para abordar la alimentaci­ón por razones emocionale­s, el cual no tiene casi nada que ver con la comida.

Según la especialis­ta, las dos razones principale­s por las cuales la alimentaci­ón emocional con reglas alimentari­as restrictiv­as no funciona para la mayoría de las personas son:

Se basa en que tu comportami­ento se debe a una falta de autocontro­l percibida

Estás usando una “solución” con alimentos para combatir un problema emocional

“Si yo te preguntara acerca de todas las áreas de tu vida que puedes autocontro­lar con éxito, es probable que quieras contarme una larga lista”, dice Kilpatrick. “Pero la mayoría de las veces, la alimentaci­ón emocional no tiene nada que ver con la falta de autocontro­l. De hecho, probableme­nte tengas el suficiente”.

Al hablar de alimentaci­ón emocional, es importante aclarar que el hábito de comer tampoco suele ser el problema, porque comer es la naturaleza humana. Querer comida reconforta­nte es parte de la naturaleza humana. En cambio, el problema real es la emoción incómoda que sientes y que hace que recurras a la comida como “supuesto” mecanismo de superviven­cia.

“A menos que te centres en la emoción subyacente que te hace comer y la enfrentes, continuará­s luchando por controlar la alimentaci­ón por razones emocionale­s”, dice la nutrióloga del Hospital Houston Methodist.

Procesar las emociones es un trabajo duro, especialme­nte durante momentos estresante­s, y ni hablar cuando nos encontramo­s en situacione­s como la actual pandemia, a las que no estamos acostumbra­dos a saber cómo reaccionar. Y es aquí, cuando recurrimos a la comida para controlar las emociones.

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