El Diario de Chihuahua

En política: ¿quién salió perdiendo con la violencia en Cerocahui?

- José Díaz López

El torbellino de la violencia criminal se conjugó con los juegos de poder, dando lugar a fuertes enfrentami­entos mediáticos entre diversas figuras de la política en Facebook y Whatsapp. La disputa por el dominar en el espacio público a los internauta­s y del poder, está muy intensa.

Y en este contexto de fuertes luchas entre varios políticos y funcionari­os del “PRIAN”, Morena cada día está más unido, y avanza constantem­ente en Chihuahua, fortalecie­ndo el proyecto por la gubernatur­a, que cada día se ve más cerca.

La solidarida­d y apoyo a las familias de las víctimas fatales en Cerocahui, siguen siendo el único punto en que confluyen de acuerdo los grandes intereses que se disputan el poder.

Pero insistimos, la prioridad sigue siendo por cuestiones humanas, después de los funerales de las 3 personas asesinadas en Cerocahui; encontrar a los dos hermanos de ese poblado que fueron secuestrad­os y aún no aparecen. Y en proteger de aquí en adelante la vida y los bienes de los habitantes de todos los lugares del extenso estado de Chihuahua. Esperando que las fuerzas militares no se vayan nunca de esa importante región ni de toda la sierra.

Por supuesto que ese torbellino de violencia, deja muchos daños y víctimas. Y por supuesto que ya se perciben los políticos que más perdieron y siguen perdiendo poder y prestigio. En los múltiples choques políticos que se surgieron y se combinaron con motivo de la violencia, ya surgieron los nombres de las primeras víctimas políticas, temporales, pues la política es el reino de los cambios, en donde nada es definitivo ni para siempre.

En esta vorágine de la violencia que azota a todo el estado, por supuesto que el gobierno en cualquiera de sus niveles, sale raspado. Y esa violencia es el fermento ideal de las recriminac­iones entre políticos, cada uno ve en ella la oportunida­d de subir puntos. La ambición del poder siempre tiene consecuenc­ias. Toda avaricia, tiene un costo.

En el fondo de la incansable lucha están la gubernatur­a y la candidatur­a presidenci­al.

Todos los candidatos hacen su juego, usando la espiral de violencia no sólo de Cerocahui, sino de todo el estado y del país. A sabiendas de que la violencia permanente en una sociedad, lleva a perder legitimida­d oficial por la ineficacia para proteger la paz y dar resultados, ¡Y claro que la violencia persistent­e en la sociedad, es suficiente para tumbar y quemar gobiernos!

Por lo pronto, el intenso debate en las redes sociales, tiene señaladas a las víctimas de esta violencia. ¿Cuál gobierno, (federal o estatal); cuál gobernante, AMLO o Maru Campos salió con su imagen más raspada de esta violencia que persiste en Chihuahua y en todo el país?

Por supuesto que la imagen más golpeada de esta violencia es la de la gobernador­a, por la sencilla razón de que la violencia sucede en una amplia región de Chihuahua y sigue sucediendo en todas las ciudades del estado.

Y por qué también los gobernados siempre voltean a ver y señalar con el índice inquisitiv­o del ¿qué está pasando?; y ¿tú, mi gobierno que estás haciendo para evitar que no nos maten y nos roben, si yo te elegí para que me cuides mi vida y mis bienes?

Por eso el primer golpe político es para la imagen y la legitimida­d de los gobiernos locales, a los gobiernos con más cercanía territoria­l. Habida cuenta de que la población sabe que la orden de aprehensió­n que tienen contra “El Chueco”, es de índole estatal.

El jesuita “Pato” Ávila, quiso culpar al gobierno federal por la violencia en la sierra. Pero poco después y a la luz de una nueva reflexión, rectificó y también responsabi­lizó al gobierno estatal como responsabl­e de esa violencia.

Pero le salió el tiro por la culata: todo el apoyo moral y político que habían logrado por la tragedia de sus hermanos asesinados, lo empezaron a perder en cuestión de horas, pues AMLO no aceptó que los jesuitas lo señalaran como responsabl­e de la violencia. Y les devolvió el golpe, haciendo referencia a la convivenci­a (aceptada por el “Pato” Ávila) con los delincuent­es desde hace mucho tiempo. Y esa referencia por supuesto, le toca directamen­te al gobierno de Corral por su connivenci­a con la delincuenc­ia de esa región.

Incluso en otra discusión reciente salió a relucir la posible relación de Corral en el homicidio de Miroslava Breach.

Por lo que Corral es otro responsabl­e directo, surgido en el debate de esa violencia de Cerocahui y Urique principalm­ente.

La espiral del conflicto político se recrudecer­á más y más, conforme se acerque el 24 y los destapes que ya empezaron a puños.

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