Nuestra corcholata ganadora
Inició el 2023 de manera abrupta, con poco tiempo para la reflexión entre un hecho político y otro, la sucesión presidencial parece haberse adelantado, las aguas turbulentas y la vorágine de una victoria electoral impulsada por un fuerte respaldo popular al gobierno de la Cuarta Transformación, genera distintas reacciones al interior de nuestro partido.
Y no es para que se equivoquen, la convicción y el trabajo se mantiene, así como la tarea de quienes en puestos de representación impulsan este nuevo gobierno, no se detiene, sin embargo, la importancia que tiene la continuidad de este proyecto, nos obliga a pensar a mediano y largo plazo para sostener lo que con orgullo llamamos, la Revolución de las Conciencias.
Y esto es el principal objetivo de poner nuestra vista en el futuro electoral, garantizar que el esfuerzo y logros que el presidente Andrés Manuel López Obrador no sean en vano y que tengan esa continuidad necesaria para que la Cuarta Transformación despegue, pues lo cimientos han sido echados, ahora nos toca construir el proyecto.
Por esto es que se ha generado este interés fuera y dentro de Morena, sobre el sucesor de López Obrador, se trata de un proyecto que no solo a México ha comenzado a transformar, el modelo de la 4T es visto con interés y orgullo desde el extranjero, la relación que México ha tomado con nuestros hermanos latinoamericanos es trascendental en este vuelco a la izquierda que han dado la mayoría de las democracias en América.
Por otro lado, quienes encabezan los gobiernos de la 4T al interior, también es fundamental para reforzar, mejorar e impulsar como ejemplos de gobierno, y en su mayoría han sido ejemplares ante lo que los mexicanos esperan y exigen de las autoridades, la garantía de los derechos básicos, sociales y humanos son eje transversal y la mejor herramienta para que los ciudadanos puedan comparar la propuesta ya iniciada, a lo que el viejo régimen aplicó e impuso, al menos los últimos 30 años.
A los mexicanos no se les engañará fácilmente, conocen muy bien al viejo régimen, también a quienes se han disfrazado de manera camaleónica, así como a quienes han asumido este proyecto como el nuevo camino, si en verdad existe el interés de ver por el bien de México; de igual forma a la militancia y simpatizantes de nuestro proyecto, quienes sabemos, porque lo hemos vivido en carne propia, y hemos asumido también las consecuencias de remover las entrañas de nuestra sociedad para lograr la verdadera transformación de la vida pública, y sabemos que no se trata de los apetitos electorales personales, de intereses de grupo y mucho menos, de la comodidad de quienes ahora se resisten a estos cambios, con la esperanza de ver el regreso del pasado.
AMLO ha cumplido, los proyectos y obras comienzan a consolidarse y convertirse en hechos, sin embargo no son estos el cierre de una administración, por el contrario, ha sido el inicio de un proceso social del cual tenemos la responsabilidad de sostener.
Quien sea elegido por la mayoría para dar continuidad a la 4T, será sin lugar a duda quien cumpla con todos estos requisitos, y a quien nos sumaremos para seguir con esta responsabilidad, sí en verdad tenemos por objetivo que México supere el viejo sistema, el cual aún no ha perecido, podremos reconocer la voluntad popular y el camino a seguir, sin renunciar a nuestros ideales y principios, los cuales no nacieron ni en 2018 que AMLO fue electo, tampoco cuando se morena se convirtió en partido, sino los anhelos y sueños de democracia y revolución histórica de la lucha social.
Los jaloneos, golpes por debajo de la mesa, el doble discurso y la falta de definición no es para una u otra figura, tampoco para uno u otro proyecto, porque quienes fundamos este movimiento, conocemos y vivimos junto con el pueblo en las calles, las necesidades y exigencias de esta nueva sociedad, la única corcholata que sostenemos porque así los ciudadanos nos han permitido representar, se llama Morena.