PARTE PRESBÍTERO A SU ÚLTIMA MORADA
Imploramos Señor tu piedad para que tu siervo, a quien constituiste pensador de tus misterios en la tierra, pueda gozar en el cielo de la plenitud de tu verdad”
Constancio Miranda Weckmann
Arzobispo de Chihuahua
El obispo de Chihuahua presidió la misa de cuerpo presente en la Catedral Metropolitana de Chihuahua para dar el último adiós al presbítero Roberto Luján Uranga. A ella acudieron decenas de personas y sobre todo miembros de la Arquidiócesis de Chihuahua, así como obispos de distintas Arquidiócesis para despedir a su compañero religioso.
Esto luego de que desde el pasado martes el cuerpo del presbítero que falleció a la edad de 64 años fuera velado en la capilla de Mausoleos Luz Eterna de Chihuahua, posteriormente el ataúd fue trasladado a la Catedral, para luego ser inhumado en el panteón La Colina. “Nuestra presencia aquí quiere ser expresión de gratitud al Señor por el don de la vida sacerdotal de su siervo y súplica confiada de que participe ya en el banquete celeste, de quien tantas veces presidió la eucaristía en la tierra”, fueron las palabras con las que inició el obispo Constancio Miranda Weckmann esta eucaristía.
Como parte de la misma se llevaron a cabo los distintos rituales religiosos propios de quienes en vida fueron parte de la Arquidiócesis. Por lo que en el recinto se tuvo la presencia de feligreses de las distintas parroquias de las que el presbítero Luján fue parte en vida, así como compañeros religiosos y seminaristas, amigos que compartieron amistad fraterna con el difunto.
Además se tuvo la presencia de personalidades como el alcalde de Chihuahua, Marco Bonilla y su esposa la presidente del DIF, Karina Olivas, además de la presidenta del DIF Estatal, María Eugenia Galván.
La vida y legado del padre Beto, como era también conocido, fueron enumeradas por compañeros de hábito, quienes destacaron su devoción y aportaciones a la Arquidiócesis de Chihuahua.
“Imploramos Señor tu piedad para que tu siervo Roberto, presbítero a quien constituiste pensador de tus misterios en la tierra, pueda gozar en el cielo de la plenitud de tu verdad”, concluyó el arzobispo.
Al finalizar la ceremonia se realizó la bendición del féretro, y fue preparado para su inhumación en su última morada, para lo cual se trasladó al panteón La Colina.