Millones tirados en un Cecytech abandonado
Como si fuera cualquier cosa sin valor, ya no digamos económico, sino social, vemos baños destrozados, aulas pintarrajeadas, vandalismo que no es espontáneo, sino producto del abandono en que fue dejado el edificio nuevo del Cecytech “Industrias”, en un predio de “Los Relices”, al norte de la ciudad.
Están las aulas sin piso de cerámica, con tubería expuesta en laboratorios, por donde pasarían gases y líquidos para experimentar y ayudar al crecimiento académico de alumnos.
Como decorado en paredes podemos leer en letras azules “Beny, Chava, Brenda”, hasta un pentagrama propio de ciencias ocultas, aderezado con corazones y rayones.
Lástima de inmueble, construido lejísimos, sin servicios de transporte y ni siquiera servicio básico, como agua y drenaje.
Para llegar, los auditores debieron cruzar terracería pedregosa que a duras penas transitan automóviles, imaginemos a los alumnos a pie, caminando entre esas piedras y matorrales, sin alumbrado público. Peligro inminente para jovencitas y jovencitos que inician o cursan el bachillerato ofrecido apenas superando los 16 años.
Este plantel jamás debió construirse en ese lugar, por las especificaciones municipales y estatales inadvertidas al momento de iniciar la edificación, incluso las derivadas del convenio mediante el cual fueron recibidos los recursos federales. Ni número y calle tiene para acabar pronto.
La obra estaba a cargo del Instituto Chihuahuense de Infraestructura Física Educativa corralista, el “Ichife”, quien construyó pese a la inviabilidad.
El dictamen tardío de Desarrollo Urbano era clarísimo, “... la edificación que está en proceso de construcción y la cual pretende dar en uso de equipamiento urbano para educación media y superior CECYT No 19, contraviene totalmente a lo estipulado en el Artículo 4, fracción X de la Ley General de Asentamientos, Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano, referente a promover una adecuada accesibilidad que genere cercanía y favorezca la relación entre las diferentes actividades urbanas, con medidas de flexibilidad de uso de suelo compatibles y densidades sustentables ...”
“...se considera a la zona donde se ubica dicha edificación, con un uso de suelo de Comercio y Servicios, así como de Habitacional H36-45 Viv/ha, por lo que se requiere un cambio de uso de suelo a Equipamiento General… dificulta la conexión e integración con el resto de la mancha urbana, generando aislamiento que se traduce en factores de inseguridad, tanto pública como de accesibilidad al predio…”.
Ya era muy tarde. La edificación estaba muy avanzada. Vino entonces un acuerdo desesperado de terminación anticipada del contrato Ichife/022/17, en marzo del 2018, “por causas de interés general y...causa justificada… (porque) representaría un menoscabo económico al Estado, ya que se entregaría un edificio que no se podría utilizar y que no cuenta con accesibilidad ni con las obras de cabecera necesarias para su buen funcionamiento”.
Dos meses después vino un acuerdo de continuación de la obra, inexplicable, para evitar la pérdida de inversión, hasta que en diciembre del 2020 definitivamente “se dan por terminados anticipadamente los trabajos relativos a la construcción de espacios educativos que integran un módulo tipo H Edificio, primera etapa, incluye obras y redes exteriores en el CECYT Plantel 19”.
Un monumento a la ineptitud, por ausencia de vigilancia y evaluación de obra y proyectos en general. Están las imágenes en edición digital e impresa de El Diario. ***
Durante los primeros años quedaron evidenciadas esas irregularidades con toda su crudeza, junto con los hallazgos más importantes de la cuenta pública 2021, ante los integrantes de la Comisión de Fiscalización.
No pudieron observar los legisladores las imágenes que le presentamos porque la presentación de power point no corrió por alguna razón técnica, pero aquí las tenemos.
En el caso de los Cecytech, son cuatro obras que estaban inconclusas o nuevas sin usar, a finales del año pasado cuando fue realizada la auditoría, con afectación a cientos de estudiantes que debieron tomar clases en recintos improvisados.
Está el plantel 19 “Industrias” como ya vimos, pero además están el 21 “Riberas Chihuahua”, 23 “Riberas Juárez”, y 22 “Ayuntamiento Juárez”.
Eran dineros federales, al parecer ni un peso estatal, provenientes del Convenio de Coordinación celebrado con la SEP, por 43.5 millones de pesos, para el programa Fondo Concursable de Inversión para Educación Media Superior 2016.
Ni así hubo el esfuerzo por la mejor administración del recurso, y en caso de falta de unos pesos, sacarlos de la misma bolsa local para evitar el escenario que encontraron los auditores.
Era un convenio que venia del 6 de junio de 2016, entre la Secretaría de Educación Pública (SEP), el Gobierno del Estado de Chihuahua, el Instituto Chihuahuense de Infraestructura Física Educativa (/ CH/FE) y el Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Chihuahua (CECYTECH), que la administración corralista debió cumplir y dejó pasar.
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No es lo único que hay en los hallazgos presentados por los sabuesos de la Auditoría Superior.
También quedó evidenciado cómo un funcionario de Salud obtuvo medicamento contra el cáncer por 107 mil de pesos, en un asunto donde la prescripción de las medicinas podría considerarse adecuada, como empleado del Instituto Chihuahuense de Salud, hasta como prestación, pero resulta que el oncológico entregado está indicado para pacientes con cáncer de mama, que están recibiendo quimioterapia, condiciones ajenas al servidor público beneficiado.
Los auditores de la ASE no creían lo que estaban viendo, por lo que acudieron al expediente clínico del funcionario, cuya identidad desconocemos. Cuál sería la sorpresa que no hay registro alguno de padecimiento cancerígeno.
Utilizaron el nombre del funcionario para sacar el medicamento ilegalmente, principal línea de investigación seguida hasta el momento.
Hay más. Quedó expuesto para el anecdotario en la Secretaría de Hacienda el contrato por 98.6 millones de pesos pagados a un despacho privado, porque realizaría la reestructura o refinanciamiento de la deuda pública, pero no dejó evidencia alguna de su chamba.
De 170 actividades que debieron haberse ejecutado, 137 fueron relatorías o documentos oficiales que emanan de la Secretaría, y las otras 33 nunca fueron presentadas.
En el descaro total hay evidencias de supuesto trabajo con documentos fechados antes de la celebración del contrato. Existió uso indebido de la figura del Fideicomiso para contratar a dicha empresa de manera discrecional y directa, pasando por encima de la Ley de Adquisiciones. La clásica adjudicación directa.
No por nada, con independencia de las auditorías de los primeros cuatro años de la anterior administración, hay 2 denuncias penales, 2 informes de responsabilidad, 8 promociones de responsabilidad administrativa, 5 solicitudes de aclaración y 101 recomendaciones.
Es poco, pero en muchos casos sólo es la punta de la madeja, como es el caso de los Cecytech, donde hay involucrada responsabilidad no sólo de quien fungió como titular de los mismos, sino de quienes estuvieron en Desarrollo Urbano, Coesvi y por supuesto del Ichife, el responsable técnico de la obra educativa.
En el más completo absurdo construyeron unas instalaciones de cuatro millones de pesos en la nada y hoy luce fantasmal hasta donde sabemos.
El compendio de los últimos ocho meses de aciaga administración corralista quedó en evidencia en unas cuantas láminas ejecutivas de power point, presentadas ante la Comisión de Fiscalización del Congreso, a mediados de esta semana.
Son más de mil millones en irregularidades que deben motivar acciones administrativas y penales, por el grave daño social ocasionado.