Por qué empeora la molestia y qué hacer al respecto
Aunque los estudios en humanos son contradictorios, un puñado de estudios pequeños en animales respaldan la noción de que los cambios en las condiciones meteorológicas pueden influir en las molestias y los dolores. Por ejemplo, un estudio descubrió que las ratas con artritis mostraban más comportamientos relacionados con el dolor cuando estaban en entornos de presión y temperaturas bajas.
También hay algunas posibles razones: el dolor es posible que empeore debido a cómo responden los nervios al ambiente. Un estudio reportó que los nervios en las ratas que comunican sensaciones de dolor al cerebro estaban más activas en presión atmosférica más baja. ¿Por qué? Wolf, quien no estuvo involucrada en el estudio, señaló: “El cambio en la presión barométrica causó que los nervios estuvieran más irritables, más sensibles”. Tal vez lo mismo ocurre en las personas.
Los investigadores también han hallado que los descensos en la presión del aire están relacionados con la inflamación de tejidos, lo que puede conducir al dolor. Un estudio de 2014 descubrió que cuando la presión del aire disminuía, el tejido conjuntivo que rodea las articulaciones de las personas con artritis reumatoide se expandía, lo que generaba dolor y sensibilidad.
Aunque no se ha probado una relación entre las temperaturas bajas y el dolor, Timothy E. Mcalindon, jefe de reumatología en el Centro Médico Tufts en Boston, opinó que es una suposición razonable. Mcalindon agregó que a la gente se le aconseja que caliente antes de ejercitarse en parte debido a que el calor ayuda a relajar los músculos y los tejidos conjuntivos, por lo que parece razonable que el “frío pueda en realidad poner más tiesos los tejidos conjuntivos” y hacer que duelan.