¿Héroe o bandido?
Juan Manuel Bernal interpreta a un pistolero que puede ser un traicionero desertor a la patria o un soldado que da oro a quienes lo necesitan, en la serie ‘La Cabeza de Joaquín Murrieta’
Ciudad de México- Los rumores sobre el buscado Joaquín Murrieta (Juan Manuel Bernal) lo pintan como el mejor pistolero del país, pero cuando duerme y no tiene su arma, queda indefenso ante las pesadillas.
En sus sueños aún se aparecen los que fueron sus soldados durante la defensa del territorio mexicano del ejército de Estados Unidos, a quienes abandonó cuando supo que arriesgaban su vida para nada, pues los gobernantes iban a ceder el territorio como una venta.
La descripción de Murrieta depende de quién la dé: puede ser un peligroso fugitivo por el que se ofrece recompensa, un traicionero desertor a la patria o un héroe que da oro a quienes lo necesitan.
Los problemas de identidad no son sólo de él, sino de todos los que aparecen en ‘La Cabeza de Joaquín Murrieta’, que se estrena hoy por Prime Video. La serie plasma el México del siglo 19, cuando mexicanos, estadounidenses, nativos originarios y orientales peleaban al habitar la zona y hacerla suya.
“Una metáfora en la que me basé fue el rompimiento de un país que se quiebra en dos. Es exactamente para mí lo que le pasa a Joaquín Murrieta al desertar del ejército. Ahí hay un paralelismo que para mí era esa mexicanidad que hasta el día de hoy no hemos entendido”, reflexionó Bernal en entrevista.
Los integrantes del elenco describen su rodaje como si los hubieran puesto a jugar a los vaqueros en una zona desértica, pero sus personajes sufren porque los conflictos abundan.
Por un lado, antiguos propietarios de tierras se ven despojados de las mismas porque ahora pertenecen a Estados Unidos, como es el caso de Joaquín Carrillo (Alejandro Speitzer) y su familia. Esto incluso puede ocasionar sentencias de latigazos o de ser colgados en la plaza pública por orden de los rangers, bajo las órdenes de Harry Love (Steve Wilcox).
“No es un documental, sino una historia ficticia basada en eventos reales. Las cosas que hace mi personaje, la manera en que él trata al campesino, a los chinos, eso ocurrió, así es como se portó el norteamericano con la gente de la frontera. Era muy rudo tener que recrear y reconstruir esa experiencia”, destacó Wilcox.
Al inicio de la serie, Murrieta y Adela Cheng (Becky Zhu Wu) son los bandidos más buscados, aunque son un equipo que llega a reñir entre sí.
“Había que contextualizarnos en el siglo 19, con personajes que viven en el desierto en la ley del más fuerte. El fuerte sobrevive, el débil muere. Creo que él tiene una relación absolutamente parental con Adela, con ella tapa ese hueco de la familia que perdió en la prehistoria que yo me creé de cómo llega él a empezar la historia de Murrieta. Para mí hay una historia de amor de un padre hacia una hija”, consideró Bernal.
Las diferentes pérdidas y revanchas terminan por aliar a diferentes grupos, como el de Carrillo y Murrieta, aunque cada uno enfrenta sus propios demonios, al grado que Speitzer tuvo que recurrir a su psicólogo personal para profundizar en su personaje.
“Con Carrillo lo complejo era cómo es una vida después de la pérdida, a qué sabe, qué te mantiene vivo. ¿La cotidianidad? ¿La venganza? Ese es el arco del personaje, su búsqueda de qué es lo que me va a dar paz o no. “Es un tipo resiliente y empático en un contexto donde la empatía no existía".
De alguna manera California en 1850 sí era un ‘no lugar’. Había ideas de la identidad de si eres mexicano, estadounidense, californio y qué significaba. Mi personaje, siendo un ranger, viene básicamente a sacar a la gente de sus propias tierras” E Z , actor