Descubre En su trabajo su verdadera vocación
Sadie Sink, de ‘Stranger Things’ descubrió en su participación en ‘La ballena’ que además de actuar podía aportar ideas
Empezó en el mundo de la interpretación cuando tenía nueve años. Era tan niña que tuvo que esperar a rodar ‘La ballena’ a los 19 junto a Darren Aronofsky para descubrir que además de obedecer órdenes podía aportar ideas y que ser actriz tiene también una parte intelectual. A los 20, ha descubierto en su trabajo su verdadera vocación.
La cara de Sadie Sink en trance, con los ojos en blanco, y elevándose por los aires mientras escucha en un walkman Running up that hill, de Kate Bush, quedará como una de las escenas definitivas de la década.
A los 20 años, la chica pelirroja de ‘Stranger Things’ se ha acercado al cine de autor con “La ballena”, donde aguanta el cara a cara con Brendan Fraser. Y empieza a tener claro lo que quiere hacer con el resto de su vida.
Sink DE nacimiento
La historia de Sink –ese nombre tan perfecto y aliterativo no se lo pusieron en el despacho de un agente, sino que lo trae de nacimiento– es la de muchas otras jóvenes estrellas de décadas pasadas (fue Annie, la huerfanita, en Broadway, igual que Sarah Jessica Parker), pero que ahora, en tiempos de hijos del nepotismo (o de nepo babies, como llama la prensa estadounidense a los hijos de actores famosos que continúan la senda de sus padres) suena más exótica.
Su papel En ‘La ballena’
Ella puede ser muy cruel con ese padre obeso mórbido con el que no se ha criado
“Cuando leí el guion, la entendí hasta cierto punto, quizá de la manera en la que solo un actor interpretando a un personaje puede entenderlo.
Nunca la vi como una mala persona, la veía como una chica muy rota y muy perdida.
También enormemente lista, de una manera incluso negativa. Pero sí que empatizaba con ella, lo cual es importante para actuar con honestidad”.
Historia opuesta
Se está hablando mucho sobre los nepo babies en Hollywood. Su historia es la opuesta.
“Todo el mundo encuentra su lugar en la industria de distintas maneras. A veces lo pienso: si hubiera tenido padres actores, eso me hubiera ayudado mucho. Tendría tanto conocimiento… pero estoy muy orgullosa de mí misma, de cómo me he hecho mi lugar en la industria.