8 de marzo. ¿Caos o cordura?
Estamos a 16 días para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, fecha muy importante que, en los últimos años, ha sido ocasión para manifestaciones públicas en los países donde se conmemora. Algunos hechos que dieron origen a esta conmemoración se remontan al de las mujeres que organizaron una huelga para exigir mejores salarios y trato humano, en una textilera neoyorquina allá por 1857, y que fueron detenidas por la policía.
El 8 de marzo, pero de 1911, 123 de mujeres pierden la vida en un incendio ocurrido en una fábrica de ropa en Nueva York.
Seis años después (1917), el mismo día, solo que esta vez en Rusia, las mujeres marcharon para exigir “paz y pan”, tal como lo hicieron sus congéneres en la gran manzana en 1908.
Es hasta 1975 cuando la ONU conmemora el Día Internacional de la Mujer, como reconocimiento a la igualdad, a la justicia, a la paz, al derecho al voto y al desarrollo de ellas.
Pese a los 175 años de hechos documentados de abuso en contra de las mujeres, la Asamblea de las Naciones Unidas (¿?) se tardó 26 años desde su creación para reconocerle a la Mujer los mismos derechos que al hombre (1975).
En la constitución de la mayoría de los países del orbe se declara la igualdad entre el hombre y la mujer, se implementan políticas públicas con perspectiva de género y se exige paridad de género en los tres órdenes de gobierno y en los tres poderes de la unión.
Ciertamente hay avances, pero la igualdad sigue muy distante para alcanzarla, porque el machismo y la misoginia disfrazada de democracia paternalista persiste.
En Chihuahua, por ejemplo, hay indicios de que se quiere llegar al objetivo; sin embargo, no basta con “mujerizar” todo el poder público, pues se requieren contrapesos para evitar los excesos que los varones han cometido por siglos.
Empero, los resultados serían la quinta esencia que reivindiquen las luchas, sacrificios y martirio de las que vivieron y murieron por alcanzar la igualdad y la justicia.
El poder público es el instrumento para que las mujeres impulsen la igualdad, no un fin para descargar resabios, ni escenario para convertirse en vulgares copias de los varones que se hincharon de poder, privilegios y dinero al amparo del poder; so pretexto de representar a la Mujer. Y ejemplos abundan.
Es imperativo que las mujeres que marchen el 8 de marzo se informen y documenten para honrar a tantas y tantas que lucharon en Chihuahua, sin pretender cargos públicos, con el único fin de visibilizar los abusos e injusticias que aun prevalecen.
La conmemoración del Día Internacional de la Mujer es para mantener vivo el espíritu original de las que se atrevieron a desafiar el orden machista y terminar con las inercias paternalistas, no un modismo mezquino para generar caos y desmanes.
Por tal razón resulta injustificable que, con el pretexto del hartazgo, sean los ciudadanos los que paguen el costo de los destrozos y desahogos que ocasionan algunas vivales que se aprovechan de su condición de Mujer, para echar por tierra el verdadero propósito de la conmemoración.
Estamos lejos de alcanzar la igualdad y la justicia para las mujeres. Esto se debe a que todavía sigue vigente el predominio de varones en el poder y en la empresa.
Si en Chihuahua se le reconoce a la Mujer las mismas capacidades de los varones para ejercer el poder, no significa que el objetivo se ha alcanzado. Aún es prematuro asegurar que las cosas son diferentes en tanto no haya constancia tangible y permanente de ello. Eso lleva tiempo.
En torno a la sucesión presidencial, los electoreros venden la idea chafa de México está preparado para ser gobernado por una Mujer. La verdad es que desde mucho que lo está, pero las traiciones y la misoginia lo han impedido.
Si en el 2024 es elegida una Mujer como presidente, enhorabuena, pero que sea por sus capacidades, compromiso con la constitución y la democracia, y no porque replica como ventrílocuo las barbaridades de un caudillo.
Deseo fervorosamente que la lucha continúe y se alcance el anhelo de las mujeres que levantaron la voz y desafiaron al machismo, al paternalismo y a la misoginia.
Hago votos porque que la marcha sea nutrida, genuina y sin adjetivos.
Es cuanto.