Aplicaron especialistas Protocolo de Estambul a víctimas de tortura
La aplicación de los mecanismos del Protocolo de Estambul para la elaboración del informe interdisciplinario que fue mencionado en la audiencia en contra del exfiscal de Derechos Humanos, Francisco G. A. estuvo a cargo de varias personas, incluidas expertos del Instituto Interamericano de Derechos Humanos, sicólogos y agentes investigadores. En total fueron 14 los integrantes de este documento.
El protocolo es un mecanismo instituido por la Organización de las Naciones Unidas y que es la base para definir si una persona tiene afectaciones producto de la tortura.
En la audiencia inicial en el proceso legal contra el exfiscal, la cual se desarrolló entre los días 21 y 28 de noviembre, fueron leídas las declaraciones de Yuridiana Ríos González, agente del Ministerio Público, Yanis Aguirre Hernández encargada de la Comisión Ejecutiva a Víctimas del Estado de Chihuahua, Samanta Enríquez Hernández del Departamento de Cibernética.
A estos se sumaron las expresiones de Rafael López Parra director Administrativo de la Fiscalía General del Estado, Fabricio Antonio Payán agente del Ministerio Público adscrito a la Unidad de Análisis Financiero, el comandante Carlos Javier Pineda, exjefe de la Unidad de Inteligencia y Análisis de la Zona Centro.
El grupo lo complementaron Jovana Morales, sicóloga, José Martín Mata Hernández, sicólogo forense, Jorge Enrique Parrilla Conterro, Adalberto Méndez López, abogado en Derechos Humanos, Adán Ernesto Flores Velazco abogado especialista en Derechos Humanos, César Contreras González, director de Acción Territorial de Vinculación Ciudadana y Políticas Públicas.
En la audiencia se explicó que los expertos del Instituto estuvieron en la ciudad de Chihuahua entre los días 6 a 10 de junio del 2022, para entrevistar a las presuntas víctimas quienes de manera voluntaria se sometieron al protocolo de Estambul, los días 7, 8 y 9 de junio del 2022; las entrevistas se realizaron en una suite del Hotel Sheraton, en jornadas de tres horas. Fueron aplicados los estudios a cinco de seis personas que señalaron haber sido víctimas de tortura.
Según el estudio las víctimas tuvieron diversas afectaciones físicas, psicológicas y sociales, como: insomnio, migraña, crisis de ansiedad, gastritis, colitis, problemas renales, ginecológicos o afectaciones en la vida sexual.
En lo que se refiere a las afectaciones psicológicas fueron baja autoestima, ansiedad crónica, trastorno post traumático, pensamientos suicidas, y las sociales: pérdidas de empleo, estigmatización social, consumo de alcohol y de comida incontrolado, afectaciones en general a sus proyectos de vida.
Aprobado por la ONU en 1999, proporciona el primer conjunto de directrices reconocido internacionalmente para los médicos y abogados sobre cómo determinar si una persona ha sido torturada y como documentar los síntomas, por lo que la documentación puede servir como prueba válida e independiente ante un tribunal. El Protocolo de Estambul se ha convertido en un instrumento crucial en el esfuerzo global para acabar con la impunidad de los responsables.
El Protocolo de Estambul es un documento no vinculante. Sin embargo, el derecho internacional obliga a los gobiernos a investigar y documentar casos de tortura y otras formas de malos tratos y castigar a los responsables de una manera integral, eficaz, rápida e imparcial. El Protocolo de Estambul es una herramienta para hacerlo.
Fue elaborado por más de 75 expertos en derecho, derechos humanos y salud durante 3 años de esfuerzo colectivo de más de 40 organizaciones diferentes, incluyendo el Consejo Internacional de Rehabilitación para Víctimas de la Tortura.