Los muertos que vos matáis... gozan de cabal salud
Los muertos que vos matáis gozan de buena salud" Don Juan Tenorio
TRIBUTO
Recordé y adapté esta frase de la obra El Tenorio, del genial poeta dramaturgo José Zorrilla cuando recibí de mis amigos de Casa de las Américas en la Habana el siguiente despacho comentando la conmemoración del décimo aniversario que hoy se cumple de la muerte de un inmortal, paradoja de la vida, me refiero, sí, al comandante Hugo Rafael Chávez Frías ( 28 de julio de 1954 a 5 de marzo de 2013), ellos tan fraternos siempre con un hombre que se ganó su aprecio por la mistad inquebrantable, me lo compartieron y como tal sumándome con aprecio y reconocimiento por su ser consonante y actuante a servir a su pueblo y a múltiples de Latinoamérica como la misma Cuba, Nicaragua y El Salvador y aun de Norteamérica lo comparto hoy con ustedes aquí;
“Los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos”. Declaración de la Casa de las Américas en el décimo aniversario de la desaparición física del Comandante Chávez.
Recordaba Fidel que durante los años noventa, en las Cumbres Iberoamericanas, amistosos jefes de Estado se le acercaban con espíritu fúnebre, dando por hecho que los días de la Revolución Cubana estaban contados. Nadie apostaba un centavo por su sobrevivencia, y ni siquiera por la viabilidad de alguna opción más o menos progresista. Pero en 1999 llegó al poder Hugo Chávez; su juramento al cargo de presidente de Venezuela, sobre la “moribunda constitución” de la Cuarta República, resultó ser un desafío al entusiasmo neoliberal e inició la gran ola izquierdista de la primera década del siglo XXI, que él encabezó en la variante más radical. Su impetuosa aparición hizo cierto el vaticinio del Bolívar cantado por Neruda: “Despierto cada cien años cuando despierta el pueblo”.
Heredero de la más legitima tradición revolucionaria, Chávez promovió profundas transformaciones en su país, conquistó el alma de millones de personas, y su papel fue decisivo en la creación de espacios y mecanismos de integración regional como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba) y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur). Fue esencial, también, en un definitivo gesto de independencia como el rechazo al Alca en la Cumbre de Mar del Plata, donde aglutinó a los presidentes que descarrilaron el perverso plan impulsado por el gobierno de George Bush. Su postura lo llevó a soportar las más desenfrenadas arremetidas de la derecha, incluido un golpe de Estado del que regresó en hombros del pueblo.
Como Fidel, a quien lo unieron lazos entrañables que desbordaban las afinidades políticas, Chávez fue un líder auténtico que se ganó el respeto y cariño de las masas por su capacidad de interpretar las necesidades y deseos de las mayorías. En su torrencial y embriagadora oratoria era capaz de mezclar las voces de los grandes próceres con la cultura popular; sabía pasar, casi sin transición, de alguna frase para la historia a una canción llanera, y apelaba sin titubeos a los mitos populares. “Aquí huele a azufre”, dijo –ocurrente y cáustico– en el estrado de la Asamblea General de la ONU, para desconcierto de los bienpensantes y regocijo de los condenados de la tierra.
A diez años de su desaparición física y a punto de cumplirse el bicentenario de ese monumento al evangelio imperialista que es la Doctrina Monroe, el pensamiento y la acción de Hugo Chávez siguen siendo imprescindibles. No hubo nada azaroso, por parte suya, en consagrar como Bolivariana a la República nacida de la Revolución que lideró, en genuina declaración de principios y de propósitos. Y valen para Chávez –sobre todo ahora, cuando tantos retos tenemos por delante– las palabras que, a propósito del Libertador, pronunció José Martí: “lo que él no dejó hecho sin hacer está hasta hoy, porque Bolívar tiene que hacer en América todavía”. Como cantó Alí Primera, ese grande de la cultura nuestroamericana de resistencia, cuyos temas citaba a menudo: «Los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos».
La Habana, 3 de marzo de 2023”.
MEMORIA
Corría el año 2009 justo el 24 de agosto, el diario español El País cabeceaba así una nota en su sección internacional, “Chávez construye un mundo diferente y posible” agregando “El prestigioso intelectual estadounidense Noam Chomsky se deja seducir por el presidente venezolano en Caracas”.