Rumbo a la Presidencia del 2024
Nos encontramos una vez más rumbo a la carrera final por la presidencia de México. Las y los presidenciables empiezan a definirse con notoriedad, y con ello aumenta también la incertidumbre sobre quién será la persona que dirija por seis años la vida política de un país con más de 130 millones de habitantes. Las elecciones presidenciales del 2024 en México son de suma importancia para el futuro de nuestra nación, ya que, por un lado, puede llegar a la Presidencia una persona que dé continuidad a los proyectos del actual presidente o, por otro lado, alguien que cambie totalmente el rumbo de la política. En ambas circunstancias se juega el futuro de México.
Para las dos posturas existen detractores y partidarios: en un país democrático se vale estar a favor o en contra. En estas elecciones, la ciudadanía tendremos la oportunidad de elegir a nuestro próxima o próximo presidente, quien será responsable de liderar el país hasta el año 2030. Entre las razones por las cuales estas elecciones son cruciales, se encuentra el hecho de que México enfrenta una serie de desafíos y problemas que deben ser abordados de manera efectiva por el próximo mandatario, de frente a un pueblo dividido. Al parecer, la línea entre los que apoyan a Andrés Manuel López Obrador y los que están en su contra se hace notar cada vez más conforme nos acercamos a la recta final, como era de esperarse.
Por otro lado, los desafíos que encontrará México en el próximo sexenio no solo son de política partidaria, sino también los que son incluidos en los temas de la inseguridad, la corrupción, la desigualdad económica, la pobreza y la falta de empleo. La tarea no es ni será fácil, por ello cada vez debemos ser más conscientes y preguntarnos quién es la persona que queremos al frente de la nación para enfrentar dichas situaciones.
En el mismo sentido de la continuidad o no de las políticas públicas actuales, las relaciones exteriores aparecen con prontitud en la cancha de juego del 2024, específicamente cuando hablamos de la relación de México con otros países, especialmente con los Estados Unidos. Recordemos que México es un importante socio comercial de los Estados Unidos, y las políticas del próximo presidente mexicano pueden afectar la relación económica entre ambos países, o mejorarla, por lo que este no será un tema que pase desapercibido fuera de México.
En esta carrera por la Presidencia ya podemos comenzar a visualizar algunos perfiles específicos, de todos colores y sabores. Si a mí me lo preguntan, creo que hay algunos que destacan por encima de otros. Del lado del actual presidente, nos encontramos por ejemplo a Marcelo Ebrard. Este personaje puede ser clave en la decisión del candidato de Morena, pues se escucha que Ebrard no solo es de la confianza del actual presidente, sino que también es bien visto en diversos sectores opositores a Morena. Quizá pueda ser él quien represente finalmente una bandera de unidad.
Por otro lado, desde la oposición, se escuchan personajes como Juan Carlos Romero Hicks, un destacado político panista que tiene un gran peso en la política nacional. Nuevamente, un hombre de acuerdos y de tratos, que pudiera ser uno de los que dé una buena batalla a la designación de candidato presidencial. Porque debemos de decirlo, nuevamente como en los viejos tiempos, será el presidente quien designe candidato para su partido.
Finalmente, mucho se habla sobre el hecho de que la próxima presidenta de nuestro país será una mujer. Por un lado, ya sabemos quién es la favorita del presidente para encabezar las elecciones, pero también es interesante considerar otros perfiles femeninos que pueden reaparecer por la puerta grande. Entre varias, una de ellas es Beatriz Paredes, quien se destapó por la grande en octubre del año pasado, y quien, si se dan las condiciones, pudiera avanzar en la carrera final. Recordemos que el PRI, aun cuando algunos creen que ya no da para más, siempre da sorpresas.
En resumen, independientemente de los candidatos y candidatas, las elecciones del 2024 serán cruciales para el destino de todos nosotros. Por ello, es esencial que las y los ciudadanos participemos libremente en el proceso electoral, para elegir democráticamente a una líder o un líder que respete los intereses del pueblo por encima de todo.