de LA LUCHA LEGÍTIMA A LA AGRESIÓN
Agitadoras ocasionan múltiples destrozos en edificios públicos
Protegidas con capuchas y pañuelos, y bajo el “manto de la conmemoración del 8 de marzo”, colectivos radicales de mujeres se dieron a la tarea de ocasionar severos daños a los edificios públicos de la ciudad de Chihuahua, con el pretexto de la libertad de expresión y exigencia de justicia.
Amparadas en el anonimato y con el apoyo de los gritos de la multitud congregada en la Plaza del Ángel, las agresoras no se conformaron con romper vidrios y dañar puertas del Palacio de Gobierno como ya lo habían hecho en años anteriores, ahora fueron más allá y prendieron fuego a puertas y ventanas del inmueble ya vandalizado por denuncias marcadas con pintura y spray.
Gritando consignas de la lucha feminista, pero también con piedras, palos, martillos, hachas, objetos contusos, encendedores y aerosoles –entre otras cosas- las mujeres pasaron de la legítima y libre manifestación a convertirse en agitadoras y agresoras.
Por momentos se convirtieron justamente en lo que dicen combatir.
Los actos vandálicos se replicaron una y otra vez por parte de las feministas, quienes no conformes con la destrucción generada al inmueble, agredieron a las personas que intentaban apagar el fuego luego de que por lo menos cuatro ventanales del edificio, por el costado de la avenida Venustiano Carranza, estuvieran en llamas.
Las radicales incluso lanzaron golpes con palos a los hombres que portaban el extintor mientras grababan todo con teléfonos celulares y continuaban gritando.
“Sí me representan, sí me representan”, vociferaban las féminas que se mantenían sobre la explanada de la Plaza Mayor, en tanto que las instigadoras continuaban su tarea destructiva –posiblemente encargada por alguienque más que señalar las violencias de las que dicen ser objeto y a sus violentadores, las pintaron a ellas, y a quienes estuvieron detrás del movimiento, de cuerpo entero: manipuladores y manipuladas, titireteros y títeres.
Lejos, muy lejos quedó la verdadera esencia de la lucha feminista. Las mujeres que acudieron a la marcha, convencidas de la necesaria equidad, se retiraron desencantadas y temerosas por la violencia generada.
“Vinimos a marchar, a manifestarnos y pedir igualdad en derechos y alto a la violencia contra las mujeres, pero esto no tiene sentido. Destruir para nosotras no es el camino indicado, si es que en algún momento queremos lograr cambios positivos”, dijeron algunas de las asistentes quienes optaron por retirarse del lugar.
El fuego y la violencia incrementaron, subieron de tono en cuestión de segundos, por lo que fue necesaria la presencia de los bomberos y los cuerpos de seguridad para salvaguardar a quienes se mantenían de manera pacífica en el sitio donde, hasta ese momento, no se reportaban lesionados.
Las agresoras finalmente fueron replegadas.
La marcha conmemorativa del 8 de marzo, que inició a las 4:00 de la tarde en la glorieta de Pancho Villa, se convirtió en un evento violento, una simulación de la lucha de género.
Las afectaciones que dejaron las manifestantes, incluyeron pintas, vidrios quebrados, puertas y ventanas destrozadas por los golpes y el fuego, en espacios públicos como el Palacio de Gobierno, el edificio de Rectoría, el Palacio Municipal y la Torre Legislativa. A estos se sumaron daños en las diversas estaciones de la ruta troncal del Bowi así como edificios de empresas privadas.
De acuerdo con asistentes al evento, en esta ocasión la actividad destructiva de algunas de las participantes se recrudeció, ya que el aumento en el nivel de agresividad fue evidente porque, a pesar de que en la primera etapa las cosas transcurrían de manera normal, al acercarse al Palacio de Gobierno “la cosa se puso muy densa” y todo se salió de control.
Los grupos de agitadoras con el rostro cubierto que iban en el contingente, y que de manera indiscriminada dañaron locales comerciales, empresas y edificios, se acercaban más a la imagen de “porros pagados” que a las feministas de cepa a quienes sí interesa el bienestar de las niñas y las mujeres de Chihuahua.
Mientras tanto, las líderesas de los colectivos que convocaron a la marcha, entre los que se encuentran: Marea Verde, Las Ochas de Marzo, Movimiento Malinche, Niñas en acción, Mujeres Venus México, Pro Trans Chihuahua, Mujeres en la Lucha, Niñas en resistencia, Artemisas, Aquelarre Violeta, Unión y fuerza de mujeres trans, entre otros, se mantuvieron alejadas de las agresoras, conocedoras todas –porque su caminar entre intereses políticos y personales obliga- que es mejor “quedarse atrás”, junto a las palabras y la politiquería, mientras otras pasan a los hechos. * (Nombre ficticio por razones de seguridad de una mujer que participó en la marcha del 8M y compartió con El Diario su crónica y puntos de vista sobre los hechos ahí ocurridos)