LA LOCURA DE CREERNOS CUERDOS
Ser cuerdos es actuar con la razón y estar locos es carecer de estabilidad mental. Al menos eso siempre hemos creído y por lo general terminamos con la conclusión que somos normales, que tenemos una cordura mental y que actuamos de manera adecuada y correcta.
Sin embargo, hay un principio -lógico, por cierto- que nos abre los ojos a lo que realmente es locura y es lo que alguna bibliografía de las agrupaciones de Alcohólicos y Narcóticos Anónimos les repiten como mantra que locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes. Les sirve para ubicarlos que la enfermedad del alcoholismo o adicción a sustancias es un padecimiento crónico, gradual y mortal y que se autoengañan si pretenden intentar beber como las “personas normales” y que no pierdan el control o el gobierno de sus actos. Entonces, locura es hacer algo sabiendo que el resultado será el mismo, tal vez hasta más grave, y no será diferente o normal. Un alcohólico sabe que no debe tomar porque no habrá ningún resultado diferente a experiencias anteriores. ¿Cuántas veces hacemos lo mismo en la vida cotidiana, esperando resultados diferentes?, ¿tenemos la esperanza que con la repetición cambie el destino?
Los seres humanos, cometemos varias
¿Cuántas veces hacemos lo mismo en la vida cotidiana, esperando resultados diferentes?, ¿tenemos la esperanza que con la repetición cambie el destino?
veces el mismo error, nos volvemos a tropezar dos y más veces con la misma piedra o caemos en el mismo bache. Cuando cometemos un crimen, volvemos al lugar del delito, lo que significa que creemos que pueden cambiar las circunstancias o podemos cambiar el pasado. Es una forma de locura repetir la conducta y volver a sufrir las consecuencias.
Están considerando 2023 como el año de la Inteligencia Artificial (IA) con las sorpresas y avances que ofrece la tecnología digital, pero también nos llevará a escenarios, que, de antemano, sabemos el desenlace. ¿Es la locura de nuestro siglo?
Por lo pronto, The Wall Street Journal alerta del advenimiento de lo que llama medios sintéticos como se conoce Chat GPT que permite que los estudiantes obtengan de ahí sus ensayos y tareas en cuestión de segundos, que se puedan elaborar un libro o documento producto de la IA, y no del cerebro humano. Pero también que los acosadores sexuales puedan crear videos pornográficos con imágenes de las personas con las que están obsesionados y que un delincuente puede sintetizar la voz de su jefe y decirle que le transfiera dinero.
Entramos a la era del llamado deepfake que son imágenes, videos o audios que simulan e imitan de manera muy fiel la voz y apariencia de una persona, por eso el surgimiento de los medios sintéticos, que engañan y son falsos generando aún más la desinformación, alterando rotundamente la verdad y realidad de las personas y las cosas.
Estos deepfakes son creaciones generadas por Inteligencia Artificial que con filtros alteran la realidad, o sea, falsos. ¿A dónde iremos a llegar?, ¿es tecnología o es suplantación de las personas?, ¿es jugar a ser dioses? ¿para qué? ¿cuál es la finalidad? Deepfake es la representación de algo falso que se manipula con la tecnología de aprendizaje profundo.
Por un lado, la suplantación de la identidad de las personas con tarjetas de crédito o débito es una plaga que cada día se extiende más y los delincuentes la usan para cometer fraudes y extorsiones y por otro lado, pero por otro lado, presumimos la IA a pesar que facilitará aún más la falsedad o robo de identidades. Esa es una locura: hacer algo sabiendo los resultados negativos y aún asi lo seguimos repitiendo.
Y entre más sofisticada es la tecnología, más difícil se hace detectar si los contenidos que aparecen en las redes sociales son reales o falsos. Simplemente estamos ante una gran operación de manipulación de la realidad con aplicaciones o software que transforma videos de origen y extraen datos para mezclarlos con otros y alterar la realidad.
Algo similar está sucediendo con el popular Tik Tok que mientras en varios países lo están restringiendo, en México, al contrario, como una locura que nos lleva a consecuencias que ya sabemos, lo impulsan, esperamos otros resultados diferentes.
El Parlamento Europeo decidió prohibir la aplicación de Tik Tok en teléfonos corporativos de sus trabajadores y parlamentarios además de recomendar que no se instale en dispositivos personales. Desde el 20 de marzo, anunció el Parlamento, una vez descargada e instalada Tik Tok en sus dispositivos debe desinstalarse lo antes posible, en vista de las “preocupaciones en materia de ciberseguridad”. Luego en EUA la Cámara de Representantes voto a favor de otorgar al presidente Joe Biden el poder de prohibir la aplicación de redes sociales de propiedad china Tik Tok asi como otras similares. La razón principal es porque esa red capta datos personales de los usuarios, desde características faciales.
En China la app Tik Tok está prohibida para elementos del ejército y existen restricciones en los horarios de uso para el resto de la población, estando limitada a menores de 14 años a sólo 40 minutos diarios .
Ya desde 2020 Tik Tok fue prohibido en India, Bangladesh y Pakistán ante una serie de inquietudes gubernamentales por el contenido de los videos. Por ejemplo, en Pakistán fue por contenido inapropiado que violaba los valores religiosos y culturales del país. En Bangladesh por considerar que la aplicación difundía contenidos obscenos y vulgares.
En cambio, en México el camino de la locura, pensando que aquí no sucederá lo de otros países y el resultado será diferente, el operador de telecomunicaciones de Televisa, Izzi, anunció que se convirtió en el primer operador de TV de paga en integrar Tik Tok a su plataforma que permitirá a los usuarios disfrutar del contenido de la aplicación asiática desde su decodificador izzitv, sin crear una cuenta y sin costo adicional. Como en muchas acciones, vamos en contra del rumbo.
En México hay 57 millones de usuarios de Tik Tok en la plataforma que ha derivado en videos caseros de mal gusto, vulgares y obscenos, que denigran a la mujer como objeto sexual, alimentan el morbo, deforman el lenguaje.
Pero como la locura: seguimos empecinados en avanzar a un barranco donde ya sabemos de antemano que seremos presa y victimas de fraudes y extorsiones, de videos corrientes y vulgares que son los nuevos contenidos “culturales”, de esas plataformas digitales, caracterizadas de violencia digital, abuso y escarnio. Algo similar de locura es que estamos ahogados por la violencia del crimen organizado, pero celebramos y consumimos las narcoseries por canales abiertos o de paga y nos hacemos fans de delincuentes, les damos fuerza comercial y pagamos. Ahora que se acercan las ferias, con grupos musicales que interpretan narcocorridos hacemos largas filas por comprar boletos para escucharlos. Desde señoras burguesas ansiosas por oír bandas que hacen apologías de narcos en sus corridos y al día siguiente están “muy preocupadas” por la violencia en el país. Se quieren sentir más jóvenes escuchando música de jóvenes, sin importarles el contenido.
Acaso, ¿no es cosa de locos? .
Esa es la locura: hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes.