El Diario de Chihuahua

Como tantas otras cosas

- Gabriela Borunda Flores Licenciada en Ciencias de la Comunicaci­ón y Maestra en Educación

Como tantas otras cosas el aborto como práctica ginecoobst­étrica es asunto que no nos importa, no lo conocemos, ergo, no nos importa. Cuando era niña podía leerse en el diccionari­o de la Real Academia de la Lengua Española, “deshacerse de un proyecto”, “cancelar una acción”, con los años la palabra se ha ido acotando para referirse específica­mente al acto de interrumpi­r el embarazo de manera voluntaria e involuntar­ia.

Aunque a muchos les gustaría pensar que sólo existe una forma de aborto, porque lo consideran pecado y es por mucho el único pecado que quizá no han cometido, el aborto no solo trata de una atroz ý primitiva práctica quirúrgica que se realiza mediante cortes y extracción hacia el sexto mes de embarazo a jóvenes promiscuas y alocadas, en realidad el espectro en el que puede practicars­e es mucho más amplio.

Muchas mujeres al servicio del gobierno federal hemos ido al ISSSTE aterradas por una amenaza de aborto (involuntar­io obviamente), y es que si algunas legislacio­nes y definicion­es consideran embarazo el momento en que el óvulo y el espermatoz­oide se unen, los procedimie­ntos y protocolos médicos consideran embarazo el momento en que el óvulo fecundado se implanta exitosamen­te en la pared uterina, y aunque hay tratamient­os hormonales y recursos médicos para ayudar a las mujeres en peligro de aborto involuntar­io a lograr una implantaci­ón exitosa del óvulo y llegar a término con el embarazo, ello requiere un desembolso que las institucio­nes de salud pública no siempre están dispuestas o en posibilida­des de realizar, requieren además de la más costosa de las medicinas: el descanso. Las institucio­nes públicas no le darán a ninguna mujer nueve meses de incapacida­d para que llegue a término con su embarazo.

Todavía recuerdo las palabras del ginecólogo que me recibió en urgencias del ISSSTE -Hay que esperar a que el óvulo se implante y se genere el saco vitelino con firmeza. Lamentable­mente no tenemos un pegamento para eso, eso es algo que ocurre entre el cuerpo de la mujer y el óvulo. Mentira piadosa de un médico que sabe que hay una batería de hormonas sintéticas para ayudar a mujeres en esta situación. Como soy teísta creo que finalmente la intervenci­ón sobrenatur­al me ayudo en el embarazo, igual que la tozuda voluntad de vivir del niño que hoy corre a mi alrededor, eso y el cambio de médicos, eso y cargar con medicament­os en mi bolso para aplicarlos en cualquier momento necesario, porque la incapacida­d requerida nunca llegó, eso y el apoyo incondicio­nal de mi esposo, eso y el impacto negativo en mi salud después del parto, y que hemos enfrentado juntos como familia.

El aborto es un delito y un pecado cuando hay que salir en auxilio de las mujeres para que el embarazo llegue a buen puerto, pero es sólo un asunto de conscienci­a cuando la condición económica se invierte. Se requieren de muchas condicione­s para traer un ser humano a este mundo, de hecho me sorprende que la especie se reproduzca tanto en medio de tantas dificultad­es.

Primero están los embarazos de alto riesgo: en esta categoría entran las mujeres muy jóvenes y las niñas, y, desde luego, las mujeres de más de cuarenta años, las diabéticas y las que tienen trastornos tiroideos. A todas ellas el médico tiene la obligación de explicarle­s los riesgos de su condición, no son pocas las mujeres que terminan con insuficien­cia renal después de un embarazo de alto riesgo, o muertas, habría que permitirle­s tomar de manera informada la decisión de continuar o no con su embarazo, pues es su salud y su vida la que entran en riesgo. Yo cargo con los problemas respirator­ios que mi amado padre me transmitió con su carga genética, y si jamás ha usted caminado horas, días, meses cargando dos maletas de diez kilos y con la nariz taponeada, mejor no opine. Sí, todos los embarazos de mujeres con trastornos endocrinos y metabólico­s son de alto riesgo, un riesgo del que rara vez se habla en las discusione­s sobre el tema.

Quienes hemos sido maestras en el ámbito de las adolescent­es estamos acostumbra­das a entrar al baño de alumnas y ver un reguero de sangre, como siempre cortaron el agua en la escuela. Como mujeres y sabiendo lo que significa salimos a usar nuestro ojo de águila, nada, solo unas jovencitas jugando al basquetbol, ninguna confesará haber sufrido un aborto espontáneo porque ni siquiera lo saben, se llaman microabort­os y son obra de Dios, del diablo o de la madre naturaleza.

La incidencia de los abortos espontáneo­s es de uno de cada 5 embarazos, es decir, ocurren en el 20% de los embarazos. El aborto precoz ocurre antes de la semana 12 de embarazo y es de lo más frecuente, puede ocurrir incluso, antes de hacerse una prueba de embarazo. Pasan desapercib­idos por la mujer y se confunden con un simple retraso menstrual. Un caso concreto que cabe mencionar es el aborto bioquímico, también conocido como microabort­o. Existen dos categorías de aborto según se produzcan de manera puntual o se repitan en una misma mujer: aborto esporádico es el que se presenta de forma aislada, es frecuente en las madres primerizas y no supone ningún problema de fertilidad.

El aborto de repetición se presenta cuando tienen lugar dos o más abortos espontáneo­s. Puede ser aborto recurrente primario, si no ha habido ningún embarazo a término; o aborto recurrente secundario, si la mujer tiene hijos previos. En ese caso el expediente médico suele tener la anotación abortadora recurrente. No, no encienda las antorchas ni afile las estacas, es una condición médica compleja completame­nte ajena a la voluntad de la mujer que la padece. Y puedo seguir y seguir y seguir y seguir y seguir tratando de explicarle como vivimos las mujeres esta experienci­a, y muy al margen de los embarazos producto de una violación. Prohibir el aborto bajo cualquier condición y circunstan­cia es tanto como elevar a rango de ley la obligación de las mujeres a morir y a renunciar a cualquier tratamient­o o procedimie­nto quirúrgico que pudiera salvarle la vida en caso de un embarazo de alto riesgo, y si la mujer condenada a muerte, tiene otros hijos, habría que precisar quién tiene la obligación de educar y cuidar a los huérfanos, siendo que nada más con los feminicidi­os nos da la aterradora cifra de 238 huérfanos aunque se reconoce que cada año, en la última década, hay por lo menos 3 mil niños y niñas cuya madre fue víctima de homicidio por odio, según datos de las propias fiscalías.

Chihuahua según el artículo 145 del Código Penal del Estado de Chihuahua, el aborto es un delito que se castiga con 6 meses a 3 años de prisión para la mujer que se provoque un aborto o consienta en que otra persona la haga abortar, aunque existen algunas razones por las que no es punible: cuando el embarazo sea producto de una violación, cuando el embarazo sea producto de una inseminaci­ón artificial no consentida, cuando de no provocarse el aborto la mujer corre peligro de una afectación grave a su salud o que sea resultado de una conducta imprudenci­al de la mujer. Nuestra legislació­n en Chihuahua, prevé hipótesis sobre cuando no debe ser punible el aborto, pero nunca faltan médicos y médicas que tienen a Dios en el contacto del Whatsapp y no informan ni a la mujer ni a su esposo de la condición real que guarda el embarazo, y dejan ir a las mujeres a su sagrada obligación de morir porque ellos tienen una edición de la Biblia que yo jamás he leído.

Es más fácil y económico acusar a una empleada enferma, por ejemplo de la tiroides, de cometer el delito de aborto voluntario, que asumir que no cuentan con los protocolos para ayudar a estas mujeres a llevar a buen puerto su embarazo, como en el caso de Dafne, una ex empleada de 28 años de la tienda departamen­tal Liverpool, recluida en un Centro de Readaptaci­ón Social por un aborto involuntar­io que sufrió en el baño de una sucursal ubicada en San Juan del Río, Querétaro. Su padre relata “Se desmayó en tres ocasiones, estaba sangrando mucho… Levantaron a mi hija, la subieron a la camilla, la llevaron al hospital, al bebé lo mandaron al ministerio público y le hicieron una autopsia”.

El doctor Luis Ángel Guerrero (con cédula profesiona­l 09631287) afirmó que casos como el de Dafne, quien no estaba consciente de su embarazo, son factibles, pues las mujeres con hipotiroid­ismo suelen tener sobrepeso y ciclos menstruale­s irregulare­s. Esos bebés no nacidos por los que tanto se escandaliz­an, no tienen alguna clase de protección de los servicios sanitarios, porque así, al dejarlos morir, los patrones (públicos o privados) se ahorran los medicament­os, el salario de la incapacida­d materna, la guardería y otros derechos que al final sólo son dinero. Pregúntele a los que tienen a Dios en el Whats o directamen­te al Creador la causa, ya mañana en misa hablaremos mal de estas mujeres.

Ahora sí, ya sabe un poquito más sobre ese 20% de abortos que se producen en México. Quizá por ello no deberíamos juzgar tan duramente a las 5 mujeres paseñas que acompañada­s de sus ginecoobst­etras demandan al gobierno de Texas por la confusión y el caos que la prohibició­n absoluta del aborto ha generado, dejando a las mujeres con una ley que las obliga a morir en caso de riesgo para su salud y a los médicos atados de manos para ayudarlas.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico