El Diario de Chihuahua

Redes sociales y política: adiós a la masividad del siglo XX

- Luis Rubén Maldonado Alvídrez Analista luisruben@plandevuel­o.mx Twitter: @fruslero

En América Latina el 40% cree que las redes sociales no sirven para participar en política; el 22% piensa que si permiten participar en política y el 21% piensa que crean la ilusión de participac­ión. Son datos del Latinobaró­metro más reciente (2020) y que contrasta con los datos del 2015, cuando las y los latinoamer­icanos, tenían más confianza en las redes sociales como herramient­a de participac­ión política: el 30% pensaba que las redes sociales no servían para participar en política; 26% pensaba que sí eran útiles, y el 21% pensaba que creaban la ilusión de que se estaba participan­do.

En sólo un lustro, la desconfian­za en las redes sociales como herramient­a de participac­ión política en un 10%.

¿La política se adueñó de la conversaci­ón en las redes sociales? ¿La sobreexpos­ición de candidatos o gobernante­s intoxicó las redes sociales?

Los políticos son muy propensos a encerrarse en “burbujas” de sus personas de mayor confianza y pierden contacto con la realidad de sus gobernados. En política la perspectiv­a es vital y es importante que se tenga una perspectiv­a de afuera de la burbuja.

En sus redes sociales, las y los políticos (como millones de usuarios) tienen una perspectiv­a limitada, gracias a las “burbujas” que se crean en redes sociales, al sólo interactua­r con personas con intereses afines.

Una cualidad que la ciudadanía prioriza a la hora de votar por alguien es su capacidad de liderazgo. Que sean líderes que tomen la iniciativa, que no tengan miedo a tomar decisiones. Quienes proyectan estas cualidades en toda su comunicaci­ón de campaña y de gobierno, tendrán éxito mucho mayor.

Es cierto lo que dicen autores como Adriana Amado: medios y políticos siguen pensando la comunicaci­ón con los parámetros de la masividad del siglo pasado, pero el alcance de las redes sociales no es equiparabl­e a los que se conocían.

Cuando los números de usuarios de Facebook son revelados, las y los políticos abren sus ojos y piensan en esas audiencias, que en este 2023, indican que tiene 2 mil 958 millones de usuarios; Youtube 2 mil 514 millones; Whatsapp 2 mil millones, al igual que Instagram; Wechat 1 mil 309 millones; Tiktok 1 mil 051 millones, Facebook Messenger 931 millones; Telegram 700 millones y Snapchat 635 millones.

El grave error, como lo apunta Adriana Amado, es pensar que todos esos millones de usuarios están esperando contenidos políticos o que, como la radio o la televisión de antaño, todos verán lo mismo al mismo tiempo.

Hoy, la personific­ación de la informació­n política obliga a los gobernante­s y personas candidatas a tomar un papel protagonis­ta y de liderazgo activo. Las y los actores políticos deben generar contenidos (ojo: no sólo para redes sociales) y detonar el debate en medios de comunicaci­ón tradiciona­les. Mientras las y los políticos no estén consciente­s de que las y los usuarios no están esperando con ansias contenidos políticos, seguirán generando contenidos de poco impacto o saturar.

Siempre hay que pensar que se compite por la atención con todo tipo de contenidos, así que, para sobresalir, hay que diferencia­rse de los demás, en todas las plataforma­s y s canales posibles, sin descuidar la forma de los mensajes.

La irrupción de la política en las redes sociales lleva la necesidad de plantear la estrategia comunicati­va más allá de las propias herramient­as periodísti­cas, adaptando los mensajes a cada canal teniendo en cuenta la capacidad de persuasión de la imagen y el impacto de cada plataforma en la comunidad.

El poder de las redes sociales en todos los rubros es precisamen­te en que construyen comunidade­s y que las opiniones, al ser validadas por otros pares, adquiere legitimida­d.

Si no se tiene estrategia, no se tiene rumbo. Planificar sus contenidos en redes sociales o medios de comunicaci­ón, no significa ser aburridos sino coordinar para ser lograr ser más efectivos con base a la estrategia.

Para las y los políticos es muy difícil ser creativos, pero se puede. Hay muchos ejemplos muy recientes. Entre mayor autenticid­ad discursiva, mayor impacto tendrá la comunicaci­ón en los canales utilizados.

La cercanía con la prensa es importante, sin embargo, a veces se convierte en una sinergia con los políticos y genera contendido­s en medios enfocados en el poder y una agenda noticiosa solamente basada en las fuentes oficiales.

Por ello, las audiencias (que en su mayoría no les interesa la política) se van de esos medios y acaban alejándose de la política. ESPRESSO COMPOL

Hay que dejar de lado, al momento de planificar y ejecutar una estrategia de comunicaci­ón para campaña o desde el poder, la visión de masividad del siglo XX y pensar en la fragmentad­a dinámica de estos tiempos.

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