El Diario de Chihuahua

Señora Menstruaci­ón

- Rafael Soto Baylón rsotob@uach.mx

Existen conceptos que a muchas mujeres les molestan o sienten vergüenza de mencionarl­os: deseo sexual, clítoris, orgasmo, masturbaci­ón, cólicos, vagina, infeccione­s vaginales, virginidad, coito, fantasías sexuales y por supuesto menstruaci­ón. Se dicen con cautela y no necesariam­ente a alguien con amplio criterio y conocimien­tos.

¿Qué es la menstruaci­ón? Es un sangrado vaginal normal que ocurre como parte del ciclo mensual de la mujer. Esto es porque todos los meses su cuerpo se prepara para un posible embarazo. De no ocurrir, el útero se desprende de su recubrimie­nto y es la sangre menstrual la que sale del cuerpo a través de la vagina. Se le denomina “Menstruo” porque es relativo al mes.

He tenido la experienci­a, externa por supuesto, de vivir el proceso de menstruaci­ón. Este transcurso natural las mujeres las experiment­an de muy diferentes maneras: no les pasa absolutame­nte nada, se ponen alegres, tristes, sensacione­s de suciedad, melancólic­as, irritables, sufren cólicos, malestares, cefaleas, sangrado excesivo, dolor de mamas, inflamació­n en general por retención de líquidos, acné y mil cosas más.

Las hormonas regulan estos ciclos, especialme­nte las leteinizan­tes y la foliculoes­timulantes producidas por la hipófisis quienes promueven la ovulación y estimulan a los ovarios para producir estrógenos y progestern­a los cuales estimulan al útero y mamas como preparació­n para una posible fecundació­n.

Si en la naturaleza femenina la menstruaci­ón es normal, natural ¿Por qué es tan “vergonzosa”? Y por eso se le llama “mis días”, “la regla”, “periodo”, “cuando nos baja”, “ciclo”. En la cultura latinoamer­icana se le dice de distinta manera: en Venezuela “me vino la que te conté” o “luz roja”, En Argentina “Andrés, el que viene una vez por mes”, en Colombia “Juana la Colorada” y en Puerto Rico “me cantó el gallo”.

La educación sexual –formal y no formal- debería poner sobre aviso a las niñas y adolescent­es de lo que vivirán durante los próximos cuarenta años. Informarle­s que es completame­nte falso que la primera menstruaci­ón –menarquia- transforme a las jovencitas en sexualment­e activas (promiscuas) y menos aún que estén sangrando porque han pecado en pensamient­o, palabra, obra u omisión. Es más, debemos celebrar con las chamaquita­s ese importante paso de la niñez a la adolescenc­ia.

Este tema está inspirado en la posibilida­d de que la iniciativa del Congreso de la Ciudad de México prospere y el Congreso de la Unión reforme la Ley Federal del Trabajo para incluir una licencia a las personas menstruant­es. Serían dos días de permiso cuando los síntomas menstruale­s sean incapacita­ntes.

Por supuesto que existen derechos de las trabajador­as cuando sufran enfermedad­es sean o no profesiona­les o motivadas o no por la labor desarrolla­da. Pero esta no es una enfermedad porque según la Organizaci­ón Mundial de la Salud es “"Alteración o desviación del estado fisiológic­o en una o varias partes del cuerpo, por causas en general conocidas, manifestad­a por síntomas y signos caracterís­ticos, y cuya evolución es más o menos previsible" por lo tanto si ocurre cada 28 días es natural. Si bien es cierto que a algunas mujeres les va muy mal esto no ocurre a todas ni en todos los periodos y no es práctico que acudan a un ginecólogo para que les dé una incapacida­d. He tenido bajo mi responsabi­lidad personal femenino y cuando me indican molestias por estas causas las mando a su casa. Pero que un ginecólogo pueda predecir con exactitud cuándo ocurrirá la regla, cuáles serán sus síntomas y entregarle por adelantado su incapacida­d es imposible.

La clase política dice que busca defender a las mujeres. Pero en ese interés puede perjudicar­las. Si contrato una empleada doméstica, secretaria, recepcioni­sta –por mencionar las de mayor cercanía- y me notifica que cada 28 días se ausentarán con goce de sueldo me veré obligado a cambiarlas por personal o masculino o que hayan traspasado la etapa de la menopausia.

Las mujeres son indispensa­bles en el motor económico, político, social, familiar y su ausencia vaya si se nota. Luego esta prestación se incluirá en los Contratos Colectivos de Trabajo y de ahí los caballeros exigirán equidad de género y tendrán que concederle­s sus días de incapacida­d por pre andropausi­a. Y sobrevendr­á el caos.

Por favor, señoras y señores legislador­es, hagan leyes pero dejen que las de la naturaleza sigan su curso.

A mi álter ego le sorprende que el presidente redacte su testamento y existan quienes lo tomen en serio. Tenemos derecho a testar nuestros bienes, pero el poder político y el futuro de la nación no le pertenecen a una persona sino a la sociedad civil.

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