El Diario de Chihuahua

Migrantes esperan horas para seguir en el tren

Se ven obligados a interrumpi­r su viaje ante avería de las máquinas

- Diego Villa / El Diario dvilla@redaccion.diario.com.mx

Ciudad Juárez-- Por casi tres horas horas, migrantes de países como Veneczuela,

Colombia y Honduras esperaron cerca del punto de revisión militar a la entrada de Juárez –el llamado “Precos”– para continuar su viaje en tren, ante una avería de las máquinas.

Penélope Pacheco de 21 años de edad y Celeste P. de 17 son dos de las viajeras, quienes llevan tres meses en el trayecto.

Se conocieron en la Ciudad de Mexico, mientras trabajaban en el mercado Abelardo L. Rodriguez preparando comida y vendiendo joyería, respectiva­mente.

En su trayecto se han encontrado con algunos obstáculos, como agentes de migración acosadores o criminales que causaron daño a un tren en el que viajaban para forzar a que se detuviera.

Sobre los agentes, Penélope contó que “los de Migración nos humillaban por ser venezolano­s. Nos decían que nos bajáramos del tren, que no es su culpa que nuestro país esté así. Denle gracias a Dios de que su país no está pasando por lo mismo que el nuestro”.

De los criminales, recuerdan que fue en Aguascalie­ntes, donde pasaron de noche sobre el tren de carga. Durante una de las paradas del tren, vieron cómo varios hombres se acercaron a los vagones para cortar mangueras que conectaban uno con otro, lo que retrasó la partida de la máquina, pero finalmente no hubo ningún intento de atraco, pues al ver que tendrían que esperar, el grupo de migrantes descendió para armar fogatas y ponerse en guardia.

Al inicio de su trayecto también encontraro­n dificultad­es. Policías (que no lograron identifica­r adscripció­n) les exigieron bajar de los vagones, ordenaron que siguieran caminando, pero al intentarlo les tapaban el camino. “¿Qué es lo que querían entonces?”, reclamó Celeste.

Ayer, en territorio Chihuahuen­se, un grupo de cerca de 70 personas estaba varado cerca de las 11:30 en Precos, mientras se observó personal de Ferromex intervinie­ndo la máquina que jalaba los más de 100 vagones de ese viaje. Llevaban más de dos horas y tardaron otra en retomar el camino, aunque algunos migrantes se desesperar­on y empezaron a caminar al pueblo más cercano de camino a la frontera con Estados Unidos, Samalayuca.

Quienes decidieron seguir a pie contaron con la suerte de ciudadanos con autos con placas de Chihuahua que se detuvieron para darles “aventón”.

“La gente nos defiende”, recordaron ambas mujeres entrevista­das, de origen venezolano.

Ha defendido a los grupos de personas en contexto de movilidad de que han formado parte desde Ciudad de México hasta el norte. Se han abocado a darles comida, agua, ropa, a dejarlos ducharse en sus casas, a visibiliza­r los abusos que han sufrido y hasta a encarar a autoridade­s que han intentado desanimarl­os de seguir su camino.

Cerca de la una de la tarde, el tren continuó su camino, rumbo al norte, y de lejos se observaban algunas, ya menos, siluetas de los migrantes que venían a la frontera, buscando el sueño americano.

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centro y sudamerica­nos en Precos

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