Elías Calles y AMLO o Caín y Abel
Vamos a empezar con humor: Dios llamó a los tres principales líderes mundiales a reunirse con él en el Valle Sagrado de Machu Picchu: Marendra Modi, de la India, Joe Biden de Estados Unidos y López Obrador del país más feliz del mundo. Les concedió responder a una sola pregunta por cabeza. Modi cuestionó al todopoderoso ¿cuánto tiempo su país vivirá ese creciente nacionalismo hindú, la estabilidad económica y la eliminación de la violencia contra la minoría musulmana? Y Dios dijo “No más de diez años” y Modi lloró. Correspondió turno a Joe Biden quien cuestionó “¿Cuánto tiempo seremos el país más poderoso del mundo?” “No más de veinte años, le respondió el Creador. Y Biden lloró. Toco turno a AMLO y preguntó “Camarada Dios, ¿cuánto tiempo estaré en el poder si gano el Congreso de México este año?” y Dios lloró.
De regreso a sus países, López Obrador insistió en que lo hicieran en Mexicana y así conocerían el AIFA, el mejor aeropuerto del mundo. A las dos horas de viaje el piloto les anunció fallas mecánicas que causarían la caída de la aeronave. Esa es la buena noticia, la mala es que sólo quedaba un paracaídas. Y les pidió se pusieran de acuerdo quién lo usaría. Modi dijo qué lo merecía, porque la India, en su administración había encontrado paz y prosperidad. Biden alegó que él era necesario no solo para Estados Unidos sino para el mundo. Si ganaba las elecciones Donald Trump vendría el caos: discriminación racial, supresión de los programas preventivos del cambio climático, represión a las libertades ciudadanas y dejaría sin apoyo económico y político a Ucrania. López Obrador solo dijo “hagamos una encuesta”.
Plutarco Elías Calles se desempeñó como presidente de nuestro país del 1 de diciembre de 1924 al 30 de noviembre de 1928. El peligro de dispersiones políticas por quienes participaron en la revolución y se creían merecedores de toda clase de privilegios estaba en el aire. El 4 de marzo de 1929 fundó el Partido Nacional Revolucionario para transitar de un “gobierno de caudillos” a “un régimen de instituciones”. Es decir, el partido decidiría el rumbo político de la nación. Después del asesinato de Álvaro Obregón fungieron como presidentes Emilio Portes Gil del 1 de diciembre de 1928 al 5 de febrero de 1930 en carácter de interino. Continuó en la presidencia Emilio Portes Gil del 5 de febrero de 1930 al 2 de septiembre de 1932. Luego Abelardo Rodríguez del 4 de septiembre de 1932 al 30 de noviembre de 1934. Este periodo se caracterizó por la decisiva influencia y el uso del poder absoluto del fundador del PNR a quien se le concedió el título de “Jefe Máximo de la Revolución” y de ahí surgió el nombre de “Maximato”. Después correspondió la primera magistratura al General Lázaro Cárdenas del Río del1 de diciembre de 1934 al 30 de noviembre de 1940. Él vivía en el Castillo de Chapultepec, pero lo consideró un lujo injustificado. Algo así como vivir en Palacio Nacional. Entonces se cambió a una casa cerca del bosque más famoso de México y la denominó Los Pinos. Durante sus primeros años aparecían cerca de su hogar pancartas que decían “Aquí vive el Presidente, y el que gobierna, enfrente”. Finalmente, la madrugada del 10 de abril de 1936, Lázaro Cárdenas, acompañado por un cuerpo militar, dícese, sacó en pijamas a Elías Calles, lo llevó al aeropuerto, lo trepó a un avión y lo exilió a California EEUU. Además, ordenó la renuncia de los funcionarios callistas y ahí terminó el famoso Maximato.
Si Morena y partidos súbditos ganan la mayoría en el congreso tendremos un Nuevo Maximato. Que yo recuerde ningún candidato presidencial proponía el continuismo de manera tan abierta y descarada. Si gana Claudia, ¿quién va a gobernar? Ya sabemos quién. ¿Y cuándo llegará el próximo Lázaro Cárdenas con los suficientes pantalones para exiliar al Jefe Máximo de la 4ª Transformación? Por eso Dios gimoteó.
A mi álter ego la chamacada le preguntaron qué se siente llegar a viejo (ruco, adulto mayor, tercera edad, no importa) y respondió “no lo sé. Miren, un día se acostarán a dormir jóvenes y de pronto se levantarán viejos. Porque los años se vienen tan de repente que no se sienten”.