¿VIAJAR EN AVIÓN AFECTA EL ESTÓMAGO?
La presión de la cabina o estar sentado muchas horas suele causar problemas a nuestro aparato digestivo. Consejos para que tu próximo vuelo sea más cómodo
Amenudo siento una incómoda hinchazón cuando viajo en avión. ¿Por qué ocurre eso? ¿Hay algo que pueda hacer al respecto?
Los viajes en avión pueden causarle problemas al funcionamiento interno de nuestro aparato digestivo, producir gases, inflamación y la necesidad de liberar cierta presión.
Esa opresión que sentimos a la altura del cinturón durante un vuelo “es algo real”, señaló Melissa Hershman, una gastroenteróloga de la Oregon Health and Science University.
Algunas personas —como quienes padecen el síndrome del intestino irritable— sufren con los gases que provocan los aviones y se inflaman más que otras, comentó Baha Moshiree, una gastroenteróloga del Atrium Health Wake Forest, en Charlotte, Carolina del Norte.
No obstante, entender las causas de estos síntomas puede ayudarnos a desarrollar estrategias para evitarlos, afirmó.
Por qué viajar en avión nos produce gases
El tracto digestivo siempre tiene gases. Hershman explicó que tragamos aire cada vez que comemos y bebemos y, además, las bacterias del intestino también producen gas.
Cuando un avión sube y la presión de la cabina baja, esa cantidad normal de gas se expande y abarca más espacio en el estómago y en los intestinos, señaló. Esto es algo parecido a lo que le sucede a una bolsa de papas fritas o a una botella de plástico con agua, añadió Moshiree. “Todo se infla”.
No se ha hecho mucha investigación sobre el tema, pero en un estudio de 1969, 18 militares “aceptaron evitar soltar gas” durante un vuelo simulado. Conforme la altitud simulada subió del nivel de la tierra a aproximadamente 9 mil metros, el promedio del gas de su abdomen aumentó más de cuatro veces.
Parece que estar a gran altitud también disminuye las contracciones musculares que mantienen en movimiento el contenido del aparato digestivo, señaló Moshiree, y los especialistas no saben por qué ocurre esto, añadió. Pero esta es una de las razones por las que sentimos estreñimiento los días que viajamos en avión y un intestino lento también puede hacer que se acumule más gas.
Estar sentados durante varias horas en un vuelo largo tampoco beneficia, señaló Hershman; caminar y realizar otras actividades físicas casi siempre nos ayuda a mantener el tracto gastrointestinal “en movimiento”.
Fíjate en lo que comes
Desde el día anterior a tu salida, evita alimentos que sabes que te producen gases, señaló Tamara Duker Freuman, una dietista de la ciudad de Nueva York que se especializa en trastornos digestivos.
Los responsables más comunes son los alimentos altos en oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables, llamados también FODMAP, como los frijoles, las cebollas, el ajo, el trigo, algunos frutos secos, los productos lácteos y las frutas.
Toma medicamentos y suplementos
Puedes considerar tomar algún fármaco de venta sin receta, como, por ejemplo, Gas-x o Mylanta antes del vuelo, señaló Hershman. También podrías probar algún suplemento de enzimas como Beano o Fodzyme antes de comer, lo que puede ayudarte a disminuir los gases derivados de la digestión, añadió.
Evita el chicle
La incomodidad en los oídos durante el vuelo puede aliviarse con la goma de mascar, pero esto también puede hacer que tragues más aire, dijo Hershman. Si te preocupa inflamarte, trata de no usar chicle o limita su consumo, explicó.
Mueve el cuerpo
Si tienes oportunidad de hacerlo, levántate de tu asiento más o menos cada hora, recomendó Freuman. Trata de hallar algún espacio para tocarte la punta de los pies o girar la cintura hacia uno y otro lado. Estos movimientos pueden ayudar a que el gas se distribuya en el intestino.
Respira profundo
Si estás atrapado en tu asiento, la respiración diafragmática puede ayudarte a reducir el estrés y relajar el intestino, explicó Riehl. Primero, realiza una inhalación de cuatro segundos por la nariz y siente cómo el abdomen se infla, aconsejó.