Niñ@s de la calle
Niñez en situación de calle, una pesadilla sin freno, a pesar de los esfuerzos y legislación vigente, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) registra alrededor de 100 millones de infantes entre 10 y 14 años en situación de calle, de los cuales, 40 millones viven en América Latina, condenados al abuso sexual, físico y/o emocional; al rechazo permanente de su familia de origen, a problemas de salud mental y adicciones; viven fuera del desarrollo, sin oportunidades educativas, sin seguridad social.
En México, se estima que más de 29 mil niños, niñas y adolescentes viven en orfanatos o albergues y cerca de 5 millones están en riesgo de perder el cuidado de sus familias por causas como pobreza, adicciones, violencia intrafamiliar y procesos judiciales; el senador Ricardo Velázquez Meza del partido oficialista Morena, aseguró que aproximadamente 2.3 millones de menores padecen este fenómeno. Lo lamentable, es que, durante el primer debate presidencial, ni Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez tocaron el tema, ciertamente el formato fue malo, pero al hablar de grupos vulnerables, ninguno presentó propuesta alguna.
Así el contexto en el Día Internacional de los Niños en Situación de Calle (12 abril), Juan Martín Pérez, director de Tejiendo Redes Infancia, en medios nacionales señaló que ciertamente se han hecho intentos por cuantificar la cantidad de infantes y adolescentes que viven en la vía pública, más no se cuenta con una estadística, las metodologías utilizadas no han sido apropiadas, dijo: “lamento que hayan pasado 12 años desde que el Estado mexicano se comprometió ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos a desarrollar políticas públicas a favor del sector, pero hasta ahora lo único que se ha visto es una ampliación de la limpieza social; es decir, de retiros forzados de los infantes que son llevados a albergues, de los cuales finalmente huyen”.
Expertos coinciden que el mayor problema es la invisibilidad que tiene la niñez que vive en las calles, entre más tiempo pasan en ellas, es más difícil su reinserción familiar, ellos aprenden a vivir allí y adquieren una cultura callejera. Ellos nunca están solos, están con poblaciones callejeras, adultos que los explotan.
Para reducir esta problemática se debe fortalecer la crianza positiva a través del acercamiento de herramientas a padres, madres, cuidadores y tutores, atender el riesgo del trabajo infantil, lo que implica impulsar el empleo digno para las personas adultas y promover estrategias para la detección y canalización de casos de riesgo, acercar programas y servicios a familias con mayor probabilidad de violencia y trabajo infantil, así como promover acciones para reducir riesgo de adicción y delincuencia en adolescentes.
Es alarmante, que 8 de cada 10 niñas, niños y adolescentes viven en pobreza o vulnerabilidad por carencias e ingresos; y más de 16 mil niñas y niños menores de 5 años continúan muriendo cada año, en muchos casos por causas prevenibles, alrededor de 7 niñas, niños y adolescentes son asesinados cada día; 9.5% no asiste a la escuela en educación básica y 21.6% en media superior; esto solo por mencionar algunas de las situaciones que les afectan y que suelen ser más desproporcionadas dependiendo de la zona geográfica en la que habitan, su etnia, alguna condición de discapacidad, su situación migratoria, su género, entre otras que los colocan en mayor condición de vulnerabilidad.
Las situaciones tan graves demandan atención y acción urgente por parte del Estado, y en un contexto electoral como el que vivimos, es imperante recordar que la democracia implica representar, proteger y trabajar por todas las personas en el país, sin distinción de edad. Ciertamente, las niñas, niños y adolescentes no ejercen voto, pero es responsabilidad de tod@s, impulsar y asegurar que sus voces, intereses, necesidades y derechos, sean escuchadas y formen parte de las agendas públicas. Como dijo Karl Augustus Menninger, psiquiatra estadounidense, quien fundó la primera clínica psicoanalítica del mundo, “Lo que se les dé a los niños, los niños darán a la sociedad.” Sumemos Voces.
El México que vivimos, demagogia como discurso, PRIMERO LOS POBRES”