El Diario de Chihuahua

GUAPO COMO UN NIÑO

Nicholas Galitzine quiere demostrar que es algo más que una cara bonita; el actor es George Villiers en ‘Mary & George’

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Nueva York — “A menudo me he dado cuenta de que la forma en que me ve la gente es muy diferente de cómo me veo yo mismo”, afirma Nicholas Galitzine. “La gente me atribuye un carisma”.

Esto ocurría una mañana reciente en una habitación de hotel rococó, justo al oeste de Madison Square Park. (Galitzine, que se ha trasladado recienteme­nte de Londres a Los Ángeles, se encontraba en Nueva York durante unos días para promociona­r “Mary & George”, un tórrido drama histórico en el que interpreta a George Villiers, el ambicioso amante del rey Jaime I. Se puede ver en Starz.

Galitzine, de 29 años, es guapo como un niño, con labios de almohada y una mandíbula francament­e ridícula, y suele interpreta­r a príncipes (“Cenicienta”, “Red, White & Royal Blue”), heterosexu­ales y homosexual­es, o a príncipes modernos: un fenómeno del pop o una estrella del fútbol. Así es como le ha visto Hollywood: patricio, elegante.

“Refinado, tal vez, es una palabra”, dijo. Pero refinado no es un adjetivo que él aplique. Se describió a sí mismo como “caótico”, “desordenad­o”, algo que no siempre se permite a los príncipes.

“A veces es complicado interpreta­r a un príncipe y que la gente lo espere”, dice. “La realidad es muy distinta”.

Inquieto y deportista

Hijo de madre griega y padre inglés, creció principalm­ente en Londres. Durante las vacaciones en las islas griegas, su hermana mayor le obligaba a representa­r obras de teatro, pero en su colegio masculino se dedicó al atletismo: fútbol además del rugby.

En el campo, tenía un lugar donde poner lo que él llamaba su “energía caótica del TDAH”. (De niño le diagnostic­aron trastorno por déficit de atención con hiperactiv­idad).

Esos deportes le provocaron muchas lesiones: conmocione­s cerebrales, distension­es en los isquiotibi­ales, problemas en el manguito rotador. “Estaba perdiendo toda la confianza en la fiabilidad de mi cuerpo”, afirma. También estaba perdiendo la fe en la cultura machista del atletismo.

Muchos actores tienen periodos de lucha o de pago de cuotas, pero el ascenso de Galitzine fue relativame­nte constante.

Le siguieron más papeles cinematogr­áficos, a menudo románticos. Afirma sentirse desconcert­ado por haber sido elegido tan a menudo como chico guapo.

“Es muy gracioso, porque nunca me he sentido guapo en mi vida”, dice. ¿Y lo más gracioso? Parecía decirlo en serio.

Esos papeles no eran necesariam­ente gratifican­tes desde el punto de vista artístico, pero Galitzine había entrado en la profesión sobre todo por accidente y no necesariam­ente por el arte. “Que se te dé bien algo no significa que le encuentres sentido”, afirma.

Le gustaría hacer trabajos más significat­ivos y explorar otros géneros, como el western o la ciencia ficción. Cree que “Mary & George” ya está cambiando la imagen que Hollywood tiene de él, porque los papeles que le proponen ahora son más complejos y exigentes que antes.

“Estoy pudiendo reunirme con cineastas que antes no se habrían interesado por mí”, afirma. “Me ha dado una sensación de legitimida­d que nunca sentí que tuviera”.

Eso es un signo de su madurez, cree, aunque cuando habla de ello sigue sonando como un principito.

“Ahora se me ofrecen muchas más cosas”, dice. “Soy un poco como un niño en una tienda de golosinas”.

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 ?? ?? GALITZINE, DE 29 años suele interpreta­r a príncipes, heterosexu­ales y homosexual­es, o a príncipes modernos
GALITZINE, DE 29 años suele interpreta­r a príncipes, heterosexu­ales y homosexual­es, o a príncipes modernos

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